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 martes, 07 de agosto de 2007  
Acusaron a Von Wernich de torturar psicológica y moralmente
Rubén Schell estuvo desaparecido en El Pozo y declaró en el juicio contra el ex capellán policial. “Lo que me hizo este hombre fue peor que las torturas que me aplicaron”, señaló el testigo

Rubén Fernando Schell, sobreviviente de la dictadura militar, reveló ayer que el ex capellán de la Policía Bonaerense Christian Von Wernich, enjuiciado por crímenes de lesa humanidad, lo interrogó y lo sometió a una “tortura psicológica y moral” por el lado de “los afectos y la fe”, lo cual consideró “peor que las torturas” físicas.

   Schell narró que cuando estuvo en el centro clandestino Pozo de Quilmes, en la Brigada de Investigaciones de esa ciudad, Von Wernich le preguntó “qué cagada había hecho, si andaba poniendo bombas o haciendo política”, lo cual, dijo, “fue peor que las torturas (físicas), fue una tortura moral”.

   “Un guardia nos alertó que venía el cuervo (por el cura) y que iba hablar conmigo; llegó con un asistente que le cebaba mate y me preguntó qué cagada había hecho y si andaba poniendo bombas o haciendo política; quería conocer a qué iglesia iba, cómo se llamaba el cura de la parroquia y de qué hablábamos en las reuniones”, dijo Schell. Y él le contestó que “era un militante de base que trabajaba con la gente del barrio ayudándola y que pertenecía a una familia cristiana”.

   “Lo que me hizo este hombre fue peor que las torturas que me aplicaron, fue una tortura moral y me dolió que un sacerdote como dijo que era, hiciera estas cosas”, enfatizó.

   Contó que “lo que hizo fue una tortura psicológica diciéndome que cuando saliera se me iban a cerrar todas las puertas, que los amigos y los vecinos me iban a dar vuelta la cara, que no me iba aceptar ni mi familia, pero ocurrió todo lo contrario”.

   “Me interrogó, me preguntó quienes eran mis amigos, con quién salía, pero no me amenazó; con una actitud muy cínica me hizo un ablande por el lado de los afectos y de la fe, eso es lo que más me dolió”, sostuvo Schell.

   Y sostuvo: “Le dije que era un cura con jinetas, un hijo de puta, que bendice armas para que otros maten y que no era él quien me debía juzgar sino su jefe, si es que lo tenía; más, le aseguré que si después de esto me torturaban no me importaba”.

   “Von Wernich se levantó y se fue, nunca más lo vi y a los 10 ó 12 días me liberaron”, dijo Schell, preso “102 días y 11 horas”. Explicó que luego de ser liberado “en las proximidades de la fábrica Peugeot en la ruta 2” fue a su casa “y muy por el contrario de lo que me había vaticinado el cura, fui muy bien recibido por los vecinos, por mis amigos, por los compañeros de trabajo y por mi novia con la que aún seguimos juntos; en esos momentos también volví a insultar a este señor que fue el que más me lastimó durante mi cautiverio”.

   Schell, que se definió como militante de base de la Juventud Peronista pero no de Montoneros, fue secuestrado el 12 de noviembre de 1977 cuando salía de su trabajo. l
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Rubén Schell fue secuestrado en noviembre del 77, cuando salía de su trabajo, y se definió como militante de base de la JP.

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