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 martes, 07 de agosto de 2007  
Un punto de rating
Central Córdoba sólo empató con Cambaceres en su estreno televisivo

Javier Parenti / Ovación

Un punto de rating. Sólo uno midió Central Córdoba en el debut. Muy poco para las pretensiones de estreno. Claro que en el minuto a minuto fue más que lo proyectado por Cambaceres, pero ni hablar de acercarse a hacerlo bailar por un sueño. El que lo vio por TV se habrá pegado al zapping con el control, porque en el Gabino Sosa no se vio ni un caño de Bezombe, que era el que más prometía. Y con el 0 a 0 el sueño de los charrúas quedó nominado para la segunda fecha.

  A Córdoba le costó arrancar y poner en funcionamiento la táctica ideada por el Bocha Forgués y trabajada en la pretemporada para demostrar las intenciones de protagonismo. Cambaceres quiso peleárselo en mitad de cancha. Pero de a poco el charrúa fue inclinando el plano ofensivo hacia el arco visitante desde los pies de Bezombe, quien no tuvo una buena presentación y en la mayoría de los casos equivocó el destino de sus pases y el rumbo de sus intenciones.

  Dos jugadas de pelotas parada (12’ y 18’) ejecutadas por el 10 de Tablada, y una contra armada por derecha entre Liendo y Acosta entusiasmaron a los dueños de casa. Pese a esto, los puntas no recibían juego, no lo buscaban, y desde atrás tampoco llegaban soluciones. Igual, Cambaceres apostó a cambiar la estrategia y se paró para jugar de contra.

  Ni hablar al quedar con diez a los 27’ del primer acto, cuando Lemme le entró duro de atrás a Bezombe, por segunda vez, y no tuvo más que irse a las duchas.

  La ventaja numérica era para aprovechar. Pero Córdoba no supo cómo. Al punto que sólo generó una chance, que pasó cerca del travesaño por un remate de media distancia ejecutado por Bochietti cuando transcurrían 35’. Aunque la más clara fue para los de Ensenada con un desborde de Muñoz, que Benítez cabeceó desviado al segundo palo.

  Las esperanzas de ver un programa mejor, de vibrar con entusiasmo jugadas de gol se frustraron. Salvo una combinación cambiada de los protagonistas visitantes que Muñoz desvió desde el corazón del área. Es que Córdoba quería, pero no por ello iba a lograr algo. Una clara muestra de la impotencia fue que casi ni se notó el hombre de más.

  Encima, Pablo Bezombe era bien controlado, aunque marcado celosamente. Y en lugar de buscar una alternativa a su juego se empecinó en pedir y pedir faltas al árbitro. Tanto fue que Luis Alvarez no le creyó cuando cayó en el área a los 79’ en una jugada que pareció penal, y encima lo amonestó en la siguiente que se tiró.

  El charrúa siguió pugnando por quebrar el cero hasta en el descuento, pero no tuvo premio en una película de suspenso con muy poca acción. La que perdió en el minuto a minuto de la TV y sólo rescató un punto de rating en su presentación. l
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No desequilibró. Bezombe no estuvo fino en su juego y se empecinó en buscar la falta salvadora.

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