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 martes, 07 de agosto de 2007  
Newell's
Vangioni, el del gol
“Si la pelota no rebotaba terminaba adentro igual”, tiró Piri en el diálogo que mantuvo con Ovacion

Luis Castro / Ovación

Leonel Vangioni se llenó de gloria y vivió su momento inundado de felicidad. No sólo por haber debutado en la red, sino porque su grito agónico sirvió para que Newell’s arrancara de la mejor forma el torneo Apertura. Todo esto hizo que el lunes fuera diferente a los demás, aunque lo transitó como siempre rodeado de su familia. “Si la pelota no rebotaba terminaba en gol igual. Yo remate al arco, por suerte entró”, le dijo en la charla con Ovacion en su ciudad natal de Villa Constitución.

  El Piri tuvo todos sus privilegios y ayer descansó hasta cerca del mediodía, hora en que se levantó para compartir las milanesas con papas fritas que había cocinado mamá Chari. El día de descanso sirve también para “darnos el gusto, porque en la semana no se puede comer esas cosas”, contó el zurdo volante, de 20 años, junto a su hermano Facundo (también apodado Piri, de 16 años , que juega en las inferiores de Newell’s) y su hermana de 11.

  No todos los Vangioni pudieron vivir en el Coloso del Parque el momento de máxima expresión del volante y observarlo sepultado en la montaña de jugadores que se armó en el festejo. Su papá, Armando, también apodado Piri, se lo perdió porque aún sigue despuntando el vicio e integra el equipo Riberas del Paraná que el domingo cayó 1-0, en una de las fechas de la Liga Regional del Sud. “Es un marcador central un poquito áspero, pero más o menos sabe con la pelota. Ahora está un poco viejito (41 años), je. Se enteró de que había hecho el gol en la cancha donde jugó”.

  Piri papá muy pocas veces tuvo la chance de ver a su hijo, Piri 2, ya que los domingos “participa en el campeonato de la Liga. Salvo cuando juego un viernes o sábado. Las que me siguen a todas partes desde que jugaba en inferiores son mi mamá y mi abuela Ramona”.

  Ese apoyo incondicional, sobre todo de su abuela, se lo retribuyó regalándole la camiseta con la que anotó el primer tanto con la casaca leprosa en primera división. “Nunca le había dado nada, por eso la que usé el domingo se la di a ella”, confesó Leonel en su casa enclavada en el barrio Amelo de la localidad villense.

  A pesar de haber sido tapa de los diarios y que su conquista fuera mostrada en todos los canales de TV, Vangioni tiró un dato llamativo. “Sólo vi una vez el gol y nada más”, dijo. Y agregó: “No me gusta mucho mirarme en la tele porque me da un poco de vergüenza. Mi viejo se encarga de grabar los partidos, pero yo no miro ni leo nada”.

  A pesar de que trata de mantenerse ajeno a lo que se pueda decir o escribir sobre él, el puntaje que pueda obtener de un partido siempre llega a sus oídos. “Lo que me ponen en el diario no lo miro, pero te lo comentan y te enterás. No me molesta lo que me pongan, cada uno puede opinar lo que quiera”.

  El teléfono no paró de sonar y las felicitaciones recibidas se multiplicaron. Aunque también apareció un enojo de un amigo hincha de San Lorenzo. “Estaba recaliente conmigo, je”.

  “Lo primero que pensé cuando marqué el gol fue en mi familia y en la gente que festejaba. Aunque no vi mucho porque estaba abajo de la montaña que hicieron mis compañeros”, recordó. l
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Piri de festejo. El del domingo fue el primer tanto en primera división.

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