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 sábado, 07 de julio de 2007  
Pamplona da rienda suelta a sus famosos Sanfermines

Los Sanfermines 2007, una de las fiestas españolas más conocidas en el mundo por los famosos encierros de toros, comenzaron ayer en Pamplona, en el norte de España, con el lanzamiento de un cohete, el conocido como “chupinazo”.

   “Pamploneses, pamplonesas, ¡viva San Fermín! ¡gora San Fermín!”, gritó la alcaldesa, Yolanda Barcina, desde el balcón del ayuntamiento, en una Plaza Consistorial abarrotada en la que predominaban el blanco y el rojo, los típicos colores de estas fiestas, y que se había ido llenando a lo largo de la mañana de vecinos y turistas.

   La controversia política la pusieron los dos concejales de Acción Nacionalista Vasca (ANV), la formación para la que Batasuna, el ilegalizado brazo político de ETA, pidió el voto en las elecciones del 27 de mayo. Ambos trataron de colgar una ikurriña (la bandera del País Vasco) del balcón y llegaron a forcejear en el interior del consistorio con agentes de la policía municipal que finalmente impidieron que la bandera vasca ondeara.

   La fiestas en la capital de Navarra se extenderán a lo largo de nueve días. Hoy tendrá lugar el primero de los encierros matutinos a las 8 de la mañana. En ellos se corre hasta la plaza por el centro histórico de Pamplona delante de seis toros que se lidiarán por la tarde allí.

   Durante estos días, la población de la capital navarra, de aproximadamente 200.000 habitantes, se incrementa notablemente y su centro se llena de gente prácticamente durante las 24 horas del día.

   El pañuelo rojo fue anteayer el protagonista de la manifestación antisanfermines en las calles de Pamplona. Ataviados además de con ellos con cuernos de plástico, cientos de defensores de los derechos de los animales protagonizaron un encierro humano organizado por el colectivo Personas por el Trato Etico a los Animales (Peta).

   La otra cara de la diversión son los heridos, en algunos casos incluso muertos, que se producen durante los famosos encierros. Unos dos millares de personas corren los encierros diariamente, si bien el fin de semana, cuando más gente alberga Pamplona, el número de corredores puede casi duplicarse. El número de heridos oscila cada año entre los 200 y los 300. Y es que, como dicen muchos pamplonicas, un encierro no es sólo correr delante del toro.

   “Se aprende a correr después de haberlo hecho muchos años”, asegura Luis, nacido en Pamplona. “Y hay gente, sobre todo turistas, que comete verdaderas imprudencias. Lo más peligroso pueden ser las caídas”.

   Y aunque los encierros constituyen sin duda el acto central de la fiesta, los Sanfermines son mucho más. Y para participar en ellos, “los únicos requisitos son las ganas de pasarlo bien y el respeto a los demás y a la ciudad”, asegura la alcaldesa, que organizó además procesiones, actuaciones musicales y otras puestas.

   Este año, de la seguridad de unas fiestas que en total costarán unos 5 millones de euros (6,8 millones de dólares) se ocuparán más de 2.000 agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad.

   El próximo 14 de julio cae el telón de la sostenida fiesta taurina. Será entonces cuando, al son de la música, se escuche “Pobre de mí, pobre de mí, que se acabaron las fiestas de San Fermín”.

Los Sanfermines 2007, una de las fiestas españolas más conocidas en el mundo por los famosos encierros de toros, comenzaron ayer en Pamplona, en el norte de España, con el lanzamiento de un cohete, el conocido como “chupinazo”.

   “Pamploneses, pamplonesas, ¡viva San Fermín! ¡gora San Fermín!”, gritó la alcaldesa, Yolanda Barcina, desde el balcón del ayuntamiento, en una Plaza Consistorial abarrotada en la que predominaban el blanco y el rojo, los típicos colores de estas fiestas, y que se había ido llenando a lo largo de la mañana de vecinos y turistas.

   La controversia política la pusieron los dos concejales de Acción Nacionalista Vasca (ANV), la formación para la que Batasuna, el ilegalizado brazo político de ETA, pidió el voto en las elecciones del 27 de mayo. Ambos trataron de colgar una ikurriña (la bandera del País Vasco) del balcón y llegaron a forcejear en el interior del consistorio con agentes de la policía municipal que finalmente impidieron que la bandera vasca ondeara.

   La fiestas en la capital de Navarra se extenderán a lo largo de nueve días. Hoy tendrá lugar el primero de los encierros matutinos a las 8 de la mañana. En ellos se corre hasta la plaza por el centro histórico de Pamplona delante de seis toros que se lidiarán por la tarde allí.

   Durante estos días, la población de la capital navarra, de aproximadamente 200.000 habitantes, se incrementa notablemente y su centro se llena de gente prácticamente durante las 24 horas del día.

   El pañuelo rojo fue anteayer el protagonista de la manifestación antisanfermines en las calles de Pamplona. Ataviados además de con ellos con cuernos de plástico, cientos de defensores de los derechos de los animales protagonizaron un encierro humano organizado por el colectivo Personas por el Trato Etico a los Animales (Peta).

   La otra cara de la diversión son los heridos, en algunos casos incluso muertos, que se producen durante los famosos encierros. Unos dos millares de personas corren los encierros diariamente, si bien el fin de semana, cuando más gente alberga Pamplona, el número de corredores puede casi duplicarse. El número de heridos oscila cada año entre los 200 y los 300. Y es que, como dicen muchos pamplonicas, un encierro no es sólo correr delante del toro.

   “Se aprende a correr después de haberlo hecho muchos años”, asegura Luis, nacido en Pamplona. “Y hay gente, sobre todo turistas, que comete verdaderas imprudencias. Lo más peligroso pueden ser las caídas”.

   Y aunque los encierros constituyen sin duda el acto central de la fiesta, los Sanfermines son mucho más. Y para participar en ellos, “los únicos requisitos son las ganas de pasarlo bien y el respeto a los demás y a la ciudad”, asegura la alcaldesa, que organizó además procesiones, actuaciones musicales y otras puestas.

   Este año, de la seguridad de unas fiestas que en total costarán unos 5 millones de euros (6,8 millones de dólares) se ocuparán más de 2.000 agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad.

   El próximo 14 de julio cae el telón de la sostenida fiesta taurina. Será entonces cuando, al son de la música, se escuche “Pobre de mí, pobre de mí, que se acabaron las fiestas de San Fermín”.
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