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 domingo, 01 de julio de 2007  
Víctimas inocentes en la guerra a los narcos en las favelas

Diana Reneé / DPA

Río de Janeiro. — Los habitantes de las cerca de 300 favelas que rodean Río de Janeiro son las víctimas más expuestas a la guerra urbana que va en aumento en la ciudad brasileña donde, dentro de dos semanas, se inaugurarán los Juegos Panamericanos de 2007. Para las familias de trabajadores pobres que viven en esas barriadas —dominadas por bandas de narcotraficantes o por “milicias” formadas por ex policías que explotan servicios como gas y transporte—, tanto la presencia de delincuentes como las incursiones policiales para desalojarlos son una pesadilla que amenaza a diario su supervivencia.

   “Mi nieta recibió un balazo dentro de casa. Eso es una guerra”, afirmó la abuela de Larissa de Andrade Silva, de 13 años de edad, herida en el tobillo durante un megaoperativo policial de combate al narcotráfico que dejó este miércoles un saldo de 19 muertos en el conjunto de favelas de Alemao, en la periferia de Río.

   Las estadísticas oficiales confirman que los enfrentamientos entre policías y delincuentes aumentaron desde enero pasado, en la medida que se acercaban los Juegos Panamericanos de Río. Según Mauricio Campos, quien integra la Red de Comunidades y Movimientos contra la Violencia, el número de muertes registradas en tiroteos entre policías y supuestos delincuentes aumentó en un 40% en el primer trimestre, frente al mismo período de 2006.



Acción de exterminio. Campos sostiene que esas acciones revelan que el gobierno está utilizando los Juegos Panamericanos como pretexto para una “acción de exterminio”, ya que el incremento de la violencia no se reflejó en una disminución en los índices de criminalidad.

   Campos apuntó que, entre enero y marzo pasados, la cantidad de drogas decomisadas bajó un 8%, el número de armas incautadas cayó un 9% y el total de arrestos efectuados disminuyó un 21%. “Esos números son la prueba de que la política del gobierno es la de exterminio”, sostuvo Campos. La denuncia aumentó la polémica en torno al plan de seguridad puesto en marcha por las autoridades provinciales y federales para establecer una “tregua forzosa” en la criminalidad durante los Panamericanos, que se realizarán en Río de Janeiro entre el 13 y el 29 de julio.

   El operativo movilizará a entre 15.000 y 25.000 efectivos policiales y, según el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, logrará restablecer la paz en la “Ciudad Maravillosa”, que desde hace años vive periódicamente jornadas de pánico a raíz de los enfrentamientos entre bandas rivales de delincuentes o entre éstos y la policía.

   El episodio más reciente fue el megaoperativo de combate al narcotráfico que movilizó a unos 1.350 policías en el complejo de Alemao, un conjunto de 16 favelas donde viven más de 100.000 personas.

   La barriada —una de las regiones más pobres de Río— es blanco desde hace casi dos meses de operativos policiales, que dejaron hasta ahora un saldo de por lo menos 46 muertos y 86 heridos, según los balances más recientes.

   El megaoperativo de esta semana logró decomisar una cantidad significativa de armas, drogas y munición, pero no resultó en la captura del jefe del narcotráfico en la barriada y —una vez más— dejó a víctimas inocentes, entre ellas cuatro adolescentes y tres mujeres.

   El secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame, aseguró sin embargo que la operación fue “un éxito”, ya que, por primera vez en muchos años, permitió a la policía ingresar en el “cuartel general” de los narcotraficantes y romper el “pacto silencioso de no agresión” que, según afirmó, regía desde hace mucho en Río.



Daño colateral. En mayo pasado, al comentar el pánico sembrado entre la población por la ocupación policial del complejo de Alemao, Beltrame sostuvo que las víctimas inocentes son un “daño colateral” de una acción necesaria para liberar las favelas del dominio de las bandas de narcotraficantes: “Para hacer tortillas hay que romper los huevos”, dijo. Pero esa justificación no convence a todos: “Yo cuestiono qué huevos son elegidos. No son mis hijos, ni tampoco los suyos (de Beltrame)”, afirmó el ex secretario de Seguridad Pública de Río, Luiz Eduardo Soares.
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Las barriadas de Río, blanco de los operativos policiales.



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