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 domingo, 01 de julio de 2007  
Marcha nacional por el desarrollo rural de FAA
Los productores sureños dan pelea por la tenencia de la tierra
Reservas mapuches crearon cooperativas que incentivan la producción familiar

Alfreedo Montenegro / La Capital

“Hace 20 años el 80 por ciento de la población de Ingeniero Jacobacci, a 200 kilómetros de Bariloche, vivía en la zona rural. Esa proporción cambió: ahora sólo el 20 por ciento de la gente habita los campos y cerros”, dice Miguel Gotari, impulsor de la Federación de Cooperativas de la Región Sur (Fedecorsur).

En la llamada línea sur rionegrina el invierno crudo empieza en mayo, con temperaturas que van de 0 a -10 grados. “Pero, las nevadas son esperadas para enfrentar las sequías que azotan a la región. A veces se dice que la nevazón ataca a la gente al dejarla aislada y sin leña en los puestos. Eso es sólo una consecuencia de la pobreza y de la falta de atención del Estado sobre la tenencia de la tierra necesaria para producir. La nieve trae humedad, agua y vida al suelo, pero cuando falta espacio territorial no se puede producir, preservar, tener leña y alimentos para pasar el invierno. Lo malo es la miseria, no la nieve”, explica Gotari, veterinario y miembro de la cooperativa La Colmena.

“La desertificación deja improductivas a 330 mil hectáreas por año porque el soprepastoreo provoca que los campos pierdan su capacidad. Por eso luchamos y promovemos tareas para la captación del agua, la forestación y la diversificación de la producción, para no depender sólo de la lana”, resalta.

Desde Jacobacci, una ciudad de diez mil habitantes, miembros de la Federación que organiza el trabajo colectivo y solidario desde 1990 marchó por nevados caminos de tierra hacia Plaza de Mayo el jueves pasado. La columna se sumó a las de entidades de pequeños y medianos productores de Aluminé, Fernández Oro, Conesa y Río Colorado, en la Marcha Nacional por el Desarrollo Rural y los Pueblos del Interior, organizada por la Federación Agraria Argentina (FAA).



Kume Peuke, buen corazón

“Desde mayo tomamos un puesto abandonado por una estancia de Cerro Bandera. Es un campo de nuestra reserva que recuperamos porque se lo habían sacado los hacendados a nuestros abuelos”, resopla indignado don José Collueque, mapuche de 73 años.

Kume Peuke Mapuche (“Buen corazón de la gente”) es el nombre de la Cooperativa Ganadera Indígena creada a unos 60 kilómetros al suroeste de Ingeniero Jacobacci .

Dionisio, de 28 años e hijo de José, cría ovejas en medio del silencio de un blanco paraje rescatado con el duro trabajo diario. “Nuestra cooperativa está integrada por nueve familias que habitan unas 3.800 hectáreas, con 400 animales”, dice el joven.

En tanto, don José reclama: “Exigimos que nos restituyen las 20 mil hectáreas dejadas por el bisabuelo Antonio Collueque. Tenemos toda la documentación y queremos lo nuestro”.

La arboleda, los ranchos, invernaderos, un molino para tener energía, una cabaña ganada al Ministerio de Bienestar Social y espejos de agua son obra del mapuche, que forestó, crió animales, armó quintas, corrales y diques para reservar el agua de los deshielos.

“El trabajo de Don José y su comunidad —resalta Gotari— es una prueba del valor de la producción cuando hay forestación, diversificación y trabajo comunitario”.

Hacia el sureste, a 60 kilómetros de Jacobacci, la reserva mapuche Chaiful (“Terreno quebrado”) también tiene una cooperativa: la Kiñe Ain Kazan (“Un grupo trabajando”). Su presidente, Enrique Casiano (31 años) y el secretario Pedro Collio (29), cuentan que “39 familias pueblan las 30 mil hectáreas de la reserva”, ubicada entre las faldas de los cerros, a unos 1300 metros de altura.

“Cada familia trabaja unas 300 ovejas, de las que se obtiene cuatro kilos de lana de cada una, y se vende el kilo a dos dólares”, relatan. En cuanto a la carne de cordero, aunque desde la cooperativa no se comercia con frigoríficos, indican que el kilo se vende a cinco pesos y que por animal se obtiene unos 20 kilos.

Las comunidades ancestrales y otras entidades de pequeños productores acopian la lana de todos en la Fedecorsur, que la exporta a la cooperativa Central Lanera Uruguaya, que a su vez las coloca en Europa.
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Los productores del sur participaron, junto a sus pares de todo el país, de un acto en Plaza de Mayo.

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