Año CXXXVII Nº 49520
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Mundo digital


suplementos
Ovación
Señales
Economía
Escenario
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Salud 27/06
Página Solidaria 27/06
Turismo 24/06
Mujer 24/06
Economía 24/06
Señales 24/06
Educación 23/06
Estilo 16/06

contacto

servicios
Institucional



 domingo, 01 de julio de 2007  
El movimiento swinger ya sumó a unas 80 parejas en Rosario

Probablemente cueste diferenciar entre un encuentro de este tipo y una velada de sexo libre. La movida swinger está definitivamente instalada en un submundo de Rosario. Y, según sus integrantes, aunque solapada, va en franco crecimiento. Para ellos el intercambio de parejas es “un estilo de vida”. Y hasta tienen una máxima: “Comparten a quienes aman y piden lo mismo a los demás”.

   Según una página de internet que aglutina esta práctica (y otras vinculadas a la sexualidad sin concesiones) a nivel internacional, en Rosario hay unos 650 duetos involucrados en la experiencia, pero no todos siguen las mismas reglas. Según Marcos (swinger con su esposa desde hace 11 años) Rosarigaswinger, el grupo que él integra (de 80 parejas), cumple las estructuras y no los demás. Por eso es el único que merece llamarse así.

   Para muchos, a los antiguos bacanales grecoromanos ahora se los denomina reuniones grupales con intercambio de parejas (swinging). Este anglicismo se traduce literalmente como “aquello que se hamaca, que va de un lado a otro”, pero en el contexto erótico, se trata de un juego sexual que consiste en una especie de trueque. “Yo te paso a mi mujer y vos a la tuya”. Si se tiene en cuenta como definición de orgía a toda actividad sexual en la que interviene un número mayor a dos personas para tener relaciones al mismo tiempo, podría ser más o menos lo mismo. Aunque en este caso, los lazos y los encuentros llegan a mantenerse en el tiempo y no suelen ir más allá de cuatro personas.

   Eso es lo que aseguró Marcos durante una entrevista que tuvo con La Capital. “Al que se zafa lo echamos ”, dijo. Pero, ¿cómo se formó el club? Muy de a poco, con el correr del tiempo. A diferencia de Capital Federal, en Rosario no hay boliches para swingers; hasta hace algunos años existió un bar de encuentros (La Balsa, Maipú esquina Pasco) pero hoy se organizan reuniones privadas, la mayoría en quintas de Funes y, obviamente, las parejas que intiman se siguen viendo en sus respectivos domicilios o en hoteles que acepten a cuatro personas en una misma habitación (probablemente no más de dos).

   La operatoria es así: un matrimonio swinger comienza a pulular por lo que ellos llaman “confiterías de onda” (generalmente locales gay) donde el resto de los activistas de esta metodología sabe que puede hallar una pareja con los mismos gustos; o, en todo caso, se conecta con Línea Privada, un programa sobre contactos que emite LT3.

   Juan está parado en una casa de fin de semana contra una pared y junto a su esposa, observando una escena. Ambos buscan a otra mujer para llevarla a su casa. “La mayoría de las veces tomamos un trago, vemos un rato a la gente, jugamos juegos eróticos y nos vamos. Pero en otras oportunidades, conocemos a alguien que nos gusta y se viene con nosotros”. Es que Rosarigaswinger admite los tríos (dos mujeres y un hombre) y la bisexualidad femenina, pero no masculina.

   ¿Y las edades? Abarcan un rango muy amplio. Desde adolescentes (emancipados al estar casados) hasta los 65 años y quizás más. “Hoy el viagra hace maravillas”, remató Marcos. l
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
“Es como hacerlo con los ojos cerrados”




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados