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 sábado, 23 de junio de 2007  
Aseguran que todo suma para la libreta: saberes y conducta
Epoca de boletines. Los docentes aconsejan seguir de cerca la nota de los chicos

Instrumento de control, de evaluación o simplemente de aprobación de los aprendizajes, la libreta o boletín de calificaciones despierta más de un debate entre padres y maestros. En especial, en tiempo en que las notas llegan a los hogares y empiezan a funcionar como verdaderos pasaportes a premios y castigos.

Desde junio, poco más de 500 mil alumnos santafesinos que cursan la EGB recibieron (por estos días les toca al tercer ciclo) sus libretas y en poco tiempo llegará el turno a los 100 mil estudiantes del polimodal.

¿Y qué expresan las notas de las libretas de calificaciones? “Son un promedio de todo lo que comprende el proceso de aprendizaje del alumno, comunican el trabajo de los chicos en el aula”, dice la directora de la Escuela Nº 227 de Pujato, María del Carmen D’Alleva. Y enseguida aclara que esta nota resume el resultado de “las evaluaciones escritas, trabajos prácticos, participación del alumno, cumplimiento de tareas, su relación con docentes y pares”.

Pero además —señala la docente— “se consideran las diferentes potencialidades de cada alumno, por lo que se trabaja, en algunos casos con adaptaciones curriculares”. Esto es, acomodando contenidos y tiempos a los requerimientos de quienes aprenden.

Para la directora de Pujato, la participación que tengan los padres en este proceso es fundamental, porque asegura se trata “de una responsabilidad compartida”.

Con esta misma idea acuerda Sandra Bembo, vicedirectora de la Escuela Media Nº 432 Bernardino Rivadavia de Rosario y también profesora de historia: “Es esencial que los padres hagan un seguimiento de lo que su hijo aprende en la escuela, en especial si las notas que lleva son bajas”. Agrega que es común que muchos padres esperen a fin de año para acercarse a la escuela, cuando el contacto debe ser permanente. “En este sentido vemos que las reuniones de padres que organizamos institucionalmente son fundamentales para este apoyo que se busca”, dice Bembo.

La vice de la escuela secundaria de Oroño al 1.100, explica que la asistencia cuenta mucho en las calificaciones. Un dato que no es menor para quienes cursan el tercer ciclo y el polimodal. “Es mucha la repitencia en los 8º años”, dice Bembo para llamar la atención sobre un problema que tiene diversas miradas. En su visión, el papel de acompañamiento que cumplan los padres es decisivo.



Tema central

“La evaluación es un tema central en el campo educativo que no debe confundirse con una nota”, asegura Florencia Seravalle, directora de la Escuela Nº 103 y cientista de la educación (UNR), para definir la complejidad del proceso evaluativo. Igual que las otras docentes dice que “debe considerarse todo lo realizado por los niños”, y en particular, añade lo conveniente de discutir y unificar con las maestras los criterios para calificar.

A diferencia de otras instituciones, la Escuela Vivir y Convivir de Rosario — propone proyecto educativo de inclusión— “no entrega libretas sino informes sobre la construcción del proceso de enseñanza y aprendizaje”, tal como dice Juan Cairo, docente de 5º, 6º y 7º años de lengua y literatura.

“De esta manera evitamos el estereotipo del proceso en lo cuantitativo, y que los padres se informen que la construcción del conocimiento dura todo el año y se sirve tanto de lo capitalizado como de los errores, ya que es un todo y no la suma de partes”, explica.
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