Las historias detrás del Monumento a la Bandera

Eugenia Langone / La Capital

“Siempre creemos que el Monumento está ahí porque a alguien se le ocurrió y lo hizo. Eso pasa porque se cuenta la última parte de la historia. El Monumento es la conclusión de casi un siglo, una historia que estuvo cargada de violencia simbólica e institucional”, afirma Raúl D´Amelio, director del Museo de la Ciudad y curador de la muestra “El arquitecto y la obra” que se expone en el Castagnino (Pellegrini 2202). Recorre los debates estéticos, políticos y los proyectos fracasados que se dieron de 1872 a 1957, pero también mirando al autor, el arquitecto Angel Guido: una figura al menos polémica.

   La complejidad del proyecto se revela en esas idas y vueltas, pero además en el hecho de que la obra fue proyectada en la Década Infame, levantada en los gobiernos peronistas e inaugurada por la Revolución Libertadora.

   El primer homenaje a la bandera se hizo en la isla en 1872 y llegar hasta el actual no fue fácil. La iniciativa quedó más de una vez ligada a los avatares políticos. El proyecto de principios del siglo XX fue encargado a Lola Mora y aunque las esculturas fueron realizadas y enviadas a la ciudad, la iniciativa se desestimó.


Nacionalismo
Ideas nacionales y el debate sobre si debían ser “artistas nacionales” y “patriotas” los autores de la obra consumieron gran parte del concurso en 1928, que terminó desierto. Y hubo que esperar hasta el 36 para que se sentaran las bases de uno nuevo, que en 1939 fue ganado por Guido y Alejandro Bustillo y los escultores José Fioravanti y Alfredo Bigatti. El primero, controvertido al menos, por sus ideas nacionalistas.

   Esa compleja trama de historias es la que se relata en la muestra que podrá verse hasta el 23 de julio próximo.