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 domingo, 17 de junio de 2007  
Esplendor y ocaso de una época

Mora Cordeu

Novela

El desperdicio, de Matilde Sánchez. Alfaguara, Buenos AIres, 2007, 296 páginas, $ 37.

Con tono melancólico la escritora y periodista Matilde Sánchez enhebra en “El desperdicio” tres décadas de historia argentina a través de la vida de una mujer que se perfila con fuerza, al ritmo de los años 70, y se va desdibujando en el tiempo hasta aquellos funestos días de la crisis de 2001.

La escritora esboza con nitidez los contrastes de este relato protagonizado por Elena Arteche, una joven de origen rural que viaja a Buenos Aires a estudiar y enseguida se convierte en una crítica y profesora brillante, digna de ser admirada por su singularidad entre el grupo de jóvenes en el que se mueve.

Elena Arteche irrumpe como esos recuerdos que perduran sin que nadie los convoque, como “una herida en una parte del cuerpo expuesta al roce”. Recuerdos que resisten “la erosión de los años”. No hay culto a la nostalgia ni voluntad de revisitar el pasado, aclara la narradora.

Ella encarna el concepto de extrañamiento urdido por los formalistas rusos que desde distintos ángulos envuelve toda la novela en la que el esplendor y la decadencia de un personaje entran en sintonía con una época, la de los años 60 y 70.

El disparador de “El desperdicio”, cuenta Sánchez, “se remonta a una serie de viajes que hice por la provincia de Buenos Aires. Yo hacía mucha crónica periodística en ese momento, a principios del 2000 y luego en el 2001, para reflejar el éxodo del campo”.

En ese marco, “la novela trata de pensar y de sacar conclusiones acerca de la juventud, para unas generaciones que tuvieron jóvenes muy épicos. Mi generación tenía algo de heroico y de erróneamente triunfalista”.

La autora subraya que nunca se leyó tanto como en esa década. “Seguí la militancia de mis compañeros y la acompañé desde una lectura muy activa. Y había una participación en el espacio público muy importante. En ese sentido este es un libro sobre la juventud y sobre el final de un paradigma, el fin de la civilización del papel, por decirlo de una manera esquemática”, sintetiza la autora de las novelas “El Dock” y “La ingratitud”.


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