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 domingo, 17 de junio de 2007  
Mercados
Brasil pasa a ser un riesgo para la economía argentina
El tipo de cambio en el vecino país afecta la renta empresaria y contagia malestar

Salvador Di Stéfano

Los datos de la economía internacional siguen acercando confusión a los mercados mundiales. La suba del barril de petróleo y el gas inquietan a los inversores por una mayor inflación, sin embargo si se mide el índice de precios sin contar energía y alimentos la inflación en Estados Unidos está bajo control. El resultado de estos indicadores fue una fuerte recuperación de las acciones a escala mundial, sin embargo la tasa de retorno de los bonos de Tesorería a 10 años quedó cotizando por encima del 5% anual y es señal amarilla para las inversiones.

La gran incógnita es qué pasará con la tasa de interés, porque hace un mes atrás la tasa de largo plazo cotizaba al 4,6% anual y ahora lo hace al 5,2% anual. Muchos dicen que las expectativas de los inversores es un escenario de mayor inflación que por ahora no se refleja en los índices.

La realidad es que hay mucha liquidez a escala mundial y las acciones no paran de marcar valores cada vez más altos, sin racionalidad.

La tasa de interés es la peor enemiga de la Bolsa. Si compramos un bono de Tesorería americano a 10 años que rinde el 5,22% anual el dinero lo recuperaremos en 20 años. Si invertimos en Bolsa el recupero dependerá de las ganancias esperadas versus el valor de la compañía en Bolsa. En EEUU la relación precio de la empresa versus ganancias esperadas está por debajo de 20 años, pero hay que tener en cuenta que una suba de la tasa implica para las compañías mayores erogaciones en concepto de pago de intereses y esto puede afectar el flujo de ganancias futuros.

Por otro lado, en los últimos cinco años se vivió un escenario empresarial en el cual predominaron agresivas fusiones y adquisiciones. Esto se debió a que las empresas en conjunto mostraban tasas de utilidad superiores al costo de endeudamiento. Hoy con la suba de la tasa la ecuación costo de dinero versus utilidades esperados en algunos casos se iguala o queda negativa, con lo cual a futuro las megafusiones difícilmente puedan sustentar las cotizaciones actuales.



Maquillaje

Hoy la hiperliquidez disimula muchas amenazas en los mercados financieros. En la semana que termina el gobierno de Brasil pretende reemplazar la falta de competitividad con créditos blandos subsidiados. Esta ayuda al sector productivo es muy importante, pero no podría ser sustentada a futuro, con lo cual las empresas deberán trabajar para convivir con un real cotizando a 1,90 o de lo contrario la contracción económica invadirá al país vecino, comenzando por el sector agropecuario, que si bien no tiene retenciones en Brasil tuvo que soportar una apreciación del real de 3,20 a 1,90 lo que le quitó al sector la crema del negocio y lo dejó con rentabilidad nula.

Este problema que hoy padece Brasil no se está dimensionando en cabal medida en Argentina. Un traspié de la economía brasileña puede traer aparejado un gran dolor de cabeza, básicamente por los productos que se dejarían de exportar, y por la oferta de productos que pueden invadir el país por la desaceleración de la economía brasileña.

En este contexto, el Banco Central (BCRA) sigue recibiendo una avalancha de dólares, pero no está claro si en el segundo semestre del año ocurrirá lo mismo. Lo que hoy sobra, en el segundo semestre del año escaseará. Por eso el BCRA subió la tasa de corto plazo al 7,5% anual, como presagio de lo que vendrá. Seguramente habrá menos crédito y más caro.

La Bolsa y los bonos perjudicados por la suba de tasas interna y externa. Los bonos en dólares cada vez rinden más por la suba de la tasa internacional. Los bonos en pesos están peor por la trampa que el Indec le tiende con la inflación. El Merval sigue definiendo un gran lateral en el techo de un mercado alcista de largo plazo. Está mostrando el final de una gran suba y el retroceso puede ser grande.
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