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 domingo, 17 de junio de 2007  
Crece la oferta comercial por una demanda más selectiva
Vinos: Rosario es la segunda plaza de consumo en el país
Las bodegas ven un buen potencial de crecimiento en el mercado regional

Clarisa Ercolano / La Capital

Si bien está lejos de ser la tierra del buen sol, Rosario sí quiere posicionarse como la ciudad del buen vino, con consumidores que cada vez más priorizan la calidad por sobre el precio, tiendas y negocios que abren sus puertas para dedicarse exclusivamente al rubro y restaurantes que se esmeran por contar entre sus filas con bodegas de lujo. Además, la ciudad también se consolida como sede de eventos destinados a reservarle un lugar de privilegio a la industria vitivinícola y la producción que ella genera.

El Gran Rosario es la segunda región que más vino consume en la Argentina y además, supera ampliamente el nivel per cápita a escala nacional. En todo el país, la compra promedio es de 35 litros por persona por año y en la ciudad, el consumo supera los 40 litros per cápita anuales. Además, el paladar local —ahora con un gusto más refinado y priorizando la calidad por sobre la cantidad ingerida— se volvió un factor de interés para las bodegas que ven una interesante oportunidad de expansión del mercado por fuera de las regiones tradicionales.

“Acá siempre existió la costumbre de tomar vino y de gran calidad, los consumidores están formados e informados y ese factor fue visualizado por las bodegas, que saben que el rosarino es un consumidor culto”, refirió Augusto Saraco, uno de los organizadores del Salón de Vinos de Alta Gama que agotó en tiempo récord las 400 entradas diarias que disponía para los visitantes.

Si embargo, y pese al auge que vive hoy la región en este sentido, Saraco explicó que algunas empresas líderes todavía “desprecian” la plaza porque creen que con realizar publicidades y acciones de marketing a escala nacional resulta suficiente. Otras, en cambio, tomaron a Rosario como una de las postas para sus eventos de degustaciones anuales que tradicionalmente tienen parada en Buenos Aires, Mendoza y algún centro turístico de magnitud.



La costumbre de beber

Hernán Matas es dueño de la vinoteca Rey de Copas, una de las primeras en abrir en la ciudad. El empresario vincula las raigambres italianas y españolas de Rosario con el gusto por la ingesta de vinos y se anima a asegurar que dado los altos índices de consumo de la plaza regional, “si un producto triunfa acá, se puede decir también que lo hará en el resto del país”.

Pero más allá de las costumbres heredadas, Rosario se posiciona después de Buenos Aires como la ciudad con mayor cantidad de vinotecas por número de habitantes. “Sin lugar a dudas Rosario es parte del boom del vino y ahora el desafío es lograr que además de la venta exista un agregado de valor en cuanto a la atención y el asesoramiento”, dijo.

En ese sentido, los empresarios vinculados al sector están trabajando para lograr que la tendencia se afiance. Por caso, el Salón de Alta Gama convocó a 35 bodegas de todo el país. “Algunas de renombre y otras no tan conocidas pero con productos totalmente novedosos, porque hay que tener en cuenta que la gente también demanda mas allá de las marcas reconocidas y quieren empezar a ver otras cosas, sobre todo en una ciudad como esta, que cuando a algo ya se lo conoce, se busca cambiarlo inmediatamente”.

Un caso testigo que Matas y Saraco mencionan es el de las bodegas Canale, de más de cien años de trayectoria en la Patagonia y que, luego de cuarenta años sin presencia local, volvió a la ciudad a mostrar sus productos. “Están descubriendo que el mercado de Buenos Aires tiene un techo y que se saturó y que por ende hay que empezar a decantar hacia el resto del país”, afirmaron.

El denominado menú degustación es otra tendencia que se consolida en la ciudad y donde la vedete principal no es la comida, sino el vino que la acompaña. “A la gente le gusta cambiar, llegar a un restaurante y poder apreciar las diferentes variedades”, indicó Saraco.

El futuro se muestra promisorio en este rubro. Matas afirmó que la compra de vinos ya no se hace por moda. “Ahora, cuando la gente tiene algo más de dinero en el bolsillo, va y consume”, dijo y reconoció que “este mercado es como un niño en pañales que recién empieza a dar los primeros pasos y en diez años el crecimiento va a ser fabuloso y la Argentina va a producir los mejores vinos de la historia”, arriesgó.



Gran exportador

Actualmente el nivel de exportaciones de vinos de la Argentina ronda los 500 millones de dólares en vinos, con un crecimiento promedio del 25 por ciento y el país se consolida globalmente como un proveedor de un producto que equilibra calidad y precio. “Es uno de los pocos productos de los cuales no se desconfía ni se duda de su calidad en el extranjero”, refirió Saraco y además indicó que el vino es uno de las producciones con mayor valor agregado del país.
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Los consumidores rosarinos ahora empiezan a priorizar la calidad al precio del vino.

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