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 domingo, 10 de junio de 2007  
Asaltan y balean en el abdomen a un farmacéutico: está grave

Un farmacéutico de 40 años quedó gravemente herido cuando un delincuente que lo asaltó ayer a la mañana en su local de Garay y Alem le disparó un balazo a quemarropa que ingresó por un brazo, le perforó el abdomen y le fracturó el otro brazo. Tras el estampido, el agresor se marchó en bicicleta del lugar. La policía no tenía pistas sobre su paradero. Los vecinos aseguraron que ese fue el quinto robo en poco tiempo al comerciante. Que anoche estaba conectado a un respirador, en estado crítico. La herida le ocasionó la perdida de dos litros de sangre.


Tambaleando
Fabián Llinares se encontraba solo ayer a la mañana. Eran las 9 y Clara, su mujer y también colega, se había retirado a hacer unas compras. La farmacia está en la ochava noreste de Garay y Alem. En ese momento llegó un hombre joven en bicicleta

   “Escuché un tiro desde mi casa. Cuando me asomé a la ventana vi salir al asaltante. Vestía de negro y llevaba una mochila. Subió a una bicicleta vieja y se fue por Garay hacia 1º de Mayo. Enseguida apareció el farmacéutico que, pobre, pudo caminar hasta la puerta, salir y pedir ayuda”, comentó a La Capital una vecina que vive frente a la farmacia. Y que prefiere no dar su nombre porque lo que vio ya se lo contó a la policía.

   Junto a otros vecinos, que se acercaban a conocer novedades de Llinares, la mujer contó que ella misma le alcanzó una frazada para abrigarlo cuando el herido comenzaba a perder el conocimiento. “Nos dijo «por favor, ciérrenme la puerta». No se le veía mucha sangre, pero comenzó a desvanecerse. Lo abrigamos hasta que llegó una ambulancia que se lo llevó al Clemente Alvarez”, rememoró la testigo.

   En el Heca lo operaron. La bala le entró por el brazo izquierdo, le atravesó la zona intercostal y le fracturó el antebrazo derecho. “Está sedado, conectado a un respirador. Fue transfundido porque perdió mucha sangre que hubo que desalojar del abdomen. El pronóstico es grave”, dijo anoche el médico Federico Davidow.

   Fuentes de la seccional 16ª indicaron que el arma utilizada por el delincuente fue una pistola calibre 9 milímetros del tipo de las que usa la policía, a juzgar por la vaina servida que quedó en el piso de la farmacia, entre el mostrador y la puerta de ingreso.

   Otro vecino de la cuadra, que también resguardó su nombre por temor a represalias, remarcó que al farmacéutico ya lo habían asaltado cinco veces. “En una época puso un policía adicional, después un vigilador privado, le faltó colocar rejas delante del mostrador”, sostuvo. Llinares se hizo cargo de la farmacia hace siete años.

   “En esa época era soltero y lo ayudaba su papá. Años después se casó con Clara, que también es farmacéutica. Desde entonces trabajaban los dos o se turnaban”, contó otra vecina. La pareja tuvo un nene, Manuel, que tiene un año y medio. Cuando Fabián y Clara trabajan en la farmacia el bebé queda al cuidado de una vecina que vive sobre Alem en frente al local. Anteayer a la tarde, la criatura permanecía en la casa de la niñera.

   “Le dije a la mamá que no se preocupara, en mi casa se puede quedar el tiempo necesario mientras ella acompaña al marido. Manuel comió bien y ahora duerme una siesta. Pero después del almuerzo estaba inquieto porque sabía a que a esa hora lo tenían que buscar sus papás”, contó la mujer.
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La farmacia donde trabaja Fabián Linares.

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