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 domingo, 10 de junio de 2007  
Rossi y Bielsa ya cuentan las horas

Por Mauricio Maronna
La nacionalización de la campaña porteña, el caño de Marcelo Tinelli, la bizarría de Gran Hermano y las bochornosas campañas de Newell’s y Central han hecho olvidar a la mayoría de los ciudadanos santafesinos que, en 21 días, deberán elegir, entre otras postulaciones, quién será el candidato a gobernador del justicialismo, partido que lleva casi 24 años en el poder. La ausencia de ejes atractivos convierte hoy a los comicios del 1º de julio en una estación neblinosa para los precandidatos que, más allá de aparatos y tracciones diversas, no saben cómo reaccionará el ciudadano independiente a la hora de ir a las urnas.

   Lo mismo sucedió en la campaña de inauguración del nuevo régimen electoral pero, finalmente, una masiva concurrencia a las urnas sorprendió a propios y extraños, al punto de que hubo partidos que puntuaron mejor en las primarias a concejal que en la general. La obligatoriedad del sufragio (salvo expresa constancia por escrito) les otorga a los encuestadores y a los políticos un margen de inseguridad que también debe ser merituado con responsabilidad a la hora del análisis político. La compulsa en el peronismo luce mucho más atractiva que en el resto de partidos o frentes, donde la cuestión parece saldada de antemano: Miguel Lifschitz resultará ganador sobre Carlos Comi. Allí sólo cabe dilucidar si el referente a intendente de la Coalición Cívica logrará colar a Nire Roldán en la lista a concejal.



Efecto Rosario. El PS tiene doble tracción en Rosario, con Hermes Binner y el actual jefe del Palacio de los Leones en la misma lista, algo que curiosamente no sucede en la ciudad de Santa Fe, donde Marta Fassino y Mario Barletta carecen del nombre del gran elector en la boleta sábana. Héctor Cavallero, postulante bielsista a la Intendencia, lleva (siempre a priori) las de ganar ante Juan Héctor Sylvestre Begnis. Su gestión al frente del municipio, el grado de conocimiento y los años de pelea electoral en la ciudad le otorgan un plus.

   Las primarias dejarán para la comidilla de peronistas y socialistas una lectura de entrecasa que algunos querrán elevar a la categoría de dogma, pero que tendrá un valor relativo a la hora de la gran final del 2 de septiembre: si el Frente Progresista o el Frente para la Victoria recogen más voluntades.

   Desde el bielsismo confían en una victoria (no tan holgada como la que pronosticaban al inicio de la tarea proselitista) de la mano de la Casa Gris, que mostró inocultables preferencias hacia su candidato, y del aval de referencias territoriales importantes. Algo no ha podido confirmar el ex canciller pese a lo que se ventiló hace meses en todos los medios (locales y nacionales): una supuesta decisión presidencial que haría “bajar” a Agustín Rossi de la contienda. El fallido anuncio no hizo otra cosa que subirle la autoestima (y la masa crítica) al jefe de la bancada de diputados nacionales oficialistas, que advirtió sobre “una operación de prensa masiva” que terminó por fortalecerlo.

   Pero hasta Carlos Reutemann pareció ir en la senda anunciada por el canciller cuando dijo en un programa televisivo de diciembre del 2006 que éste tenía “viento de cola” por el apoyo de la Casa Gris y del gobierno nacional. El Lole después se mantuvo prescindente de las internas, al punto de que hay reutemistas en ambas filas. ¿Es el reutemismo un movimiento en fuga?



El perro y el Lole. Frente a las demandas para que se involucre en la pulseada, se le escuchó decir: “No sé para qué quieren que participe si estamos en presencia según los medios del mejor gobierno provincial de la historia”. Se sabe que el senador vuelca en signos de interrogación lo que para él no es una pregunta sino un síntoma de malestar.

   En las últimas horas, durante un acto convocado por Creo en Santa Fe en la seccional 10ª de la ciudad capital, Rossi se llevó una ovación al sostener: “Extrañamente se han dejado de escuchar voces que reivindiquen la figura de Reutemann. Y yo lo hago desde la autoridad que me ofrece el hecho de que nunca fui reutemista, funcionario ni candidato impulsado por él. Pero hay que saber reconocer todo lo bueno que ha hecho” por la provincia. “Al perro de uno, si se lo quiere, hay que pasarle la mano por el lomo”, reclamó alguna vez el hombre de Llambi Campbell.

   Desde quienes abrevan en el bielsismo, los que sí llevan al Lole como estandarte son Jorge Lagna y Ricardo Spinozzi, postulantes a diputado provincial y senador por General López, respectivamente.

   Hay que reconocerles a Bielsa y a Rossi estar llevando adelante una campaña civilizada, lejos de la superchería porteña, aunque ambos deberán cumplir una obligación cívica que los pondrá a la altura de las circunstancias: debatir públicamente, y cara a cara, sus propuestas. El debate no es sinónimo de agresión, sí de valor republicano. Lo hizo el ex titular del Palacio San Martín cuando fue candidato en Capital Federal, lo quiere hacer ahora Rossi. Sería un magnífico aperitivo para el tête a tête que el ganador de la interna reclamará a Binner.

   Mientras el peronismo debe pasar por el tamiz de la interna, el candidato del Frente progresista goza del tiempo a favor, lo que le ha permitido lanzar su promesa de campaña más resonante: la reforma de la Constitución en el 2008. Binner ha bajado los decibeles de sus críticas y su postulante a vicegobernadora cargó culpas sobre “un periodista que sacó de contexto” sus palabras sobre la poesía progresista, el armamento justicialista y un fraude en ciernes. Aunque utilizó un viejo tic para evitar arrepentimiento: echarle la culpa al mensajero.



La reforma de Binner. Rossi ya mostró su negativa a la reforma. “Lo que quiere Binner es impulsar la reelección y la unicameralidad”, se despachó. Bielsa ha dicho que la idea de eliminar una de las dos Cámaras es un intento de quitarles peso específico a los departamentos menos populosos. El año próximo tampoco traerá respiros en la política doméstica.

   La UCR, que mira directamente al 2 de septiembre con la fórmula Alicia Tate-Juan Carlos Millet, respiró con alivio tras la resolución judicial que declaró válidas las internas y le posibilitó ir con candidatos y escudo propios a los comicios.

   Roxana Latorre camina incansablemente los departamentos y hace oídos sordos a las versiones que aluden a un pedido de la Rosada para declinar su postulación por afuera del Frente para la Victoria. El ex ultraduhaldista José Pampuro le hizo una sugerencia en ese sentido pero la indómita senadora reitera que ni Cristina Kirchner ni los funcionarios más cercanos al presidente la conminaron a cantar las hurras.

   Sea quien fuere el ganador de las internas, el peronismo necesita imperiosamente que el presidente Néstor Kirchner se implique directamente en la suerte del oficialismo como lo está haciendo con Daniel Filmus, a quien colocó en el ballottage pese al nimio 4% con que arrancó la campaña. Sabedor de esta circunstancia, Binner se cuida de criticar al jefe del Estado al punto de mostrarse lejos de Elisa Carrió quien, el jueves, reiteró su apoyo al Frente Progresista. Lilita es la candidata a presidenta del PS, según lo resolvieron sus cuerpos orgánicos.

   Todas las actividades proselitistas de la Argentina parecen haber entrado en impasse hasta que pase el temblor de la ciudad de Buenos Aires. Según pudo saber

La Capital, Macri (que es Mauricio) le advirtió a Filmus que en algún momento se cansará de poner la otra mejilla, y que su equipo de comunicación tiene preparado un spot para el último día de campaña que repasa la currícula del ex funcionario de Carlos Grosso y Susana Decibe (sinónimo de Menem).

   Al tanto de una segura derrota, el ministro de Educación ha hecho llegar sus reparos al presidente Kirchner por la campaña sucia que embadurna las calles de la gran ciudad. “Ustedes (por los periodistas) están confundidos. Las agresiones de Kirchner a Macri no son estrictamente por el ballottage. El hombre (por el presidente) ya está pensando en el 2011. Ahí el rival a vencer será Mauricio...”, reveló a este diario una alta fuente de la Casa Rosada.

   En la Argentina, Salvador Dalí no hubiera sido un eximio representante del surrealismo sino, apenas, un artista alineado en el costumbrismo.

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Bielsa, Rossi y Kirchner.


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