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 jueves, 17 de mayo de 2007  
Caso Belsunce: amigo de Carrascosa insiste en defenderlo

Buenos Aires.- Michael Taylor, el vecino del country que buscó con el cuñado Guillermo Bártoli un local para velar a María Marta García Belsunce, sostuvo hoy que era “obvio que íbamos a buscar una casa de sepelios que diera certificado de defunción”, pues los médicos de emergencias no quisieron otorgárselo, y negó que se hubiera querido cremar el cadáver.

Además, Taylor insistió en defender al viudo Carlos Carrascosa: se quebró al sostener que el acusado “estaba destruido” e hizo emocionar la mirada del imputado, mientras aseguró que era “inconcebible” que hubiera llegado al juicio convocado para declarar por la defensa.

“Yo debería estar declarando para la Fiscalía. El que debería estar sentado de ese lado es Carlos, buscando al asesino de María Marta”, dijo el marido de Nora Pichi Taylor, la vecina sobreseída en la causa del supuesto encubrimiento después de estar procesada junto a familiares y allegados a la víctima.

“Cuando llegué todos me dijeron que había sido un accidente, Y me quedó accidente en la cabeza. Después, con el tiempo, me quedé pensando si en realidad no adopté ese concepto de accidente tan fácil tal vez como una necesidad interna de buscar una seguridad. El (country) Carmel era un lugar seguro, más allá de algunos robos, pero uno necesita sentirse seguro”, afirmó.

Como su esposa, Taylor cuestionó la “manipulación de los medios” y las “verdades a medias” que se difunden, y cargó las tintas contra el vecino Nicolás Pachelo, al que acusó de amenazar a su esposa desde un auto apuntándole con el dedo y luego soplando la supuesta arma, al mejor estilo cowboy.

Al respecto, admitió que hubo una reunión en su casa a la que fueron Horacio García Belsunce (h), el abogado José Scelzi, el gerente del country Alberto White y el jefe de los vigiladores del barrio para hablar de los seguimientos al vecino al que María Marta creía responsable del secuestro de su perro Tom.

“Fue después de la muerte de María Marta, cuando se supo el resultado de la autopsia”, detalló frente al Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro. Pero además Taylor desmintió cualquier vinculación con el Cartel de Juárez, la organización de narcotráfico en la que fue mencionado porque, según explicó, una de las empresas de la que tenían acciones apareció nombrada en esa causa. “No sé lo que es el lavado de dinero”, enfatizó.

Taylor comenzó contando la amistad que lo unía a María Marta y Carrascosa, a los que conoció gracias a su primera mujer, y precisó que, tras quedar viudo, decidió buscar un lugar como el country Carmel para iniciar una vida nueva.

Contó que fue él quien abrió las puertas del country a María Marta, madrina de su hijo, porque era tan común que fueran que sólo avisaban “si no iban”, hasta que finalmente el matrimonio les avisó que había decidido irse también a vivir al country.

En medio de anécdotas de vida, recordó que el 27 de octubre de 2002, día del crimen, llegó al country y vio que había dos ambulancias frente a la casa de sus amigos y Sergio Binello le avisó que María Marta “había tenido un accidente”.

Entre la conmoción y el shock (“estábamos todos muy mal”, dijo), Bártoli -cuñado de María Marta- le pidió que lo acompañara esa noche a contratar un servicio de sepelio. Contó que su mujer le sugirió que fuera a la casa Ponce de León (a la que asistieron primero) y recordó que como allí les dijeron que no era posible porque no había nadie que firmara un certificado de defunción, se dirigieron a la funeraria Casa Sierra.

“Ir a buscar ese servicio no es lo mejor del mundo. Uno quería terminar el trámite lo más pronto posible. Lo único que tenía Guillermo claro que era que se necesitaba el certificado de defunción porque los médicos de la ambulancia no habían querido firmarlo. Hicimos el trámite en Casa Sierra y Guillermo me pidió que eligiera el cajón”, contó.

Taylor descartó las versiones que decían que se quiso cremar el cuerpo -“en ningún momento hubo esa alternativa”, dijo- y rechazó que por ello se hubiera elegido un féretro barato.

“Pregunté los valores y elegí uno que tenía un precio razonable, ni el más caro ni el más barato; me pareció que era el que correspondía para María Marta, era lo que hubiera elegido ella para mí, nada ostentoso”, dijo. Y admitió que la mañana del velorio fue a Pilar a comprar medialunas y llevarlas a la casa de Carrascosa para los que habían pasado toda la noche en vela.

“Carlos estaba muy mal, estábamos todos muy mal. En ese estado, ¿qué decisión se puede tomar?. Es muy doloroso todo esto. Se han tergiversado tantas cosas”, añadió. (DyN)


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