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 jueves, 17 de mayo de 2007  
El 56 por ciento de los rosarinos aún ve la homosexualidad como enfermedad
El prejuicio se mantiene, a pesar de que la OMS desterró esa concepción hace ya 17 años. Paradójicamente el 67 por ciento de los encuestados apoya la sanción de una ley de unión civil

La discriminación admite muchas formas. Aunque seis de cada diez rosarinos creen que la ciudad es tolerante hacia la homosexualidad, a la hora de decir qué entienden por ella más de la mitad la sigue explicando como una "enfermedad", ya sea de origen psicológico o desconocido. Esa creencia se resiste a desaparecer, pese a que hace hoy exactamente 17 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) la desclasificó como enfermedad mental y ya lo había hecho antes, en 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría. Sin embargo, los prejuicios no se traducen en el rechazo de algunos planteos que el colectivo homosexual viene formulando desde hace años. Por ejemplo, que se apruebe una ley para legalizar la unión de parejas del mismo sexo (ver aparte). Y sobre eso, el 67 por ciento de los rosarinos se expresa a favor.

Los datos surgen de una encuesta que realizó el Area de Investigación de la Opinión Pública municipal entre febrero y marzo pasados, sobre un universo de casi 400 personas y en todos los distritos de la ciudad.

El estudio apunta, según explicó ayer el coordinador del Area de Diversidad Sexual del municipio, Esteban Paulón, a "contar con información fiable para poder priorizar acciones y dejar de manejar tantos supuestos", frecuentemente poco realistas.


Pobres adelante
El estudio comienza preguntando a los encuestados cuáles creen que son los grupos o sectores que sufren mayor discriminación en Rosario El ránking ubica en los tres primeros lugares a los pobres 88,7 por ciento travestis y transexuales 82,6 y homosexuales 77,9 En orden decreciente siguen motivos referidos al color de piel la nacionalidad la religión y la condición femenina

Curiosamente, cuando se indaga sobre qué cree que recae fundamentalmente la intolerancia en Rosario, la homosexualidad sólo se lleva el 36,7 por ciento. El aborto, en cambio, sube al 59.


Igualdad
Nueve de cada diez rosarinos opinan que las personas homosexuales deberían tener los mismos derechos que las heterosexuales Pero eso ocurre sólo en términos genéricos y carece de correlato cuando se indaga sobre derechos más específicos

Aun así, el 67 por ciento de los encuestados se pronuncia a favor de una ley, por ejemplo de unión civil, que otorgue iguales derechos a las parejas del mismo sexo que a las formadas por un hombre y una mujer.

El apoyo más fuerte a esa norma se da entre las mujeres (72,6 por ciento a favor, contra el 60,6 de los hombres) y los más jóvenes: entre los 18 y los 24 años, el 72,5 por ciento está de acuerdo, y de los 25 a 44 también el 70 por ciento se muestra conforme. La gente mayor, sobre todo de más de 65 años, es la que tira un poco para abajo el total.

El matrimonio homosexual, en cambio, concita una adhesión menor, del 47 por ciento. De cualquier forma, ese porcentaje supera al de los que están en desacuerdo, que llegan al 44,6. Y donde se advierte un rechazo franco es en la opinión sobre si parejas del mismo sexo deberían tener derecho a adoptar: el 71,3 por ciento de los encuestados dice que no.


Conceptualizaciones
Más allá de la cuestión de los derechos la encuesta indaga sobre un aspecto medular cómo conciben los rosarinos a la homosexualidad

Si se toma ítem por ítem, la mayor parte de los encuestados -el 37,7 por ciento- la considera simplemente una "elección sexual". En cambio, si se suman los dos ítems que definen a la homosexualidad como enfermedad se llega al 56,6 por ciento: el 25,6 cree que se trata de un trastorno psicológico y el 31 por ciento que es una enfermedad de causas desconocidas.

Lo curioso es que definir la homosexualidad como enfermedad es algo que estarían dispuestos a suscribir muy pocos profesionales. Al margen de a qué causas se pueda atribuir, la OMS la desclasificó como enfermedad en 1990 y muchos años antes otras organizaciones internacionales habían hecho lo propio.

En este tema también son los más jóvenes los que cargan con menos prejuicios. Entre los 18 y los 24 años, seis de cada diez encuestados no ve a la homosexualidad como enfermedad, sino como una elección sexual. En el otro extremo, siete de cada diez mayores de 65 años la conciben como una patología.

Y otra pregunta a los encuestados, muy reveladora, es si les resultaría problemático que su hijo o hija fuera homosexual: entre los que dicen "sí" y "más o menos" suman 56 por ciento. Mucho más del doble de los que ven con malos ojos que sus hijos se casen con alguien de otro estrato social u otra religión, o que vivan en pareja sin papeles.

Cabe recordar que Rosario cuenta con la primer área de diversidad sexual de la Argentina. En Sudamérica, sólo Brasil cuenta con un programa estatal y específico para lesbianas gays bisexuales y transexuales. Como antecedente en el país existen únicamente dos espacios: en Buenos Aires y Córdoba donde la problemática de las minorías sexuales están incluidas en dependencias ligadas a los Derechos Humanos. Por eso, el área de la diversidad municipal constituye la primera que intentará tratar puntualmente la problemática de un 10 por ciento de los rosarinos.

A la repartición (que funciona en el cuarto piso de Córdoba 856) abocada a asistir a las minorías sexuales se le debe sumar la realización de las olimpíadas deportivas, el mapa turístico gay, la pensión para parejas municipales de un mismo sexo y el Camino de la Diversidad.
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