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 domingo, 13 de mayo de 2007  
[Muestras]
Invitaciones consentidas
Una exhibición de arte contemporáneo reúne diez intervenciones mutidisciplinarias

Por Sara D'Angelo

“Invitar a alguien es invitarlo a hacer algo juntos, es invitarlo a ser cómplice. Y me gustan las complicidades”. Así comienza el texto número cero. El texto que Fernando Farina, director del área cultural de la Fundación La Capital, utiliza como disparador para otra de sus propuestas. Y esta vez, su ingenio para disponer, inventar o diseñar algo cristalizó en una muestra. “Diez invitaciones premeditadas y consentidas” es el nombre que no por azar ni casualidad pensó para llamar a esta exposición, de la cual confiesa que no sabía exactamente para dónde saldría disparada.

Farina, en su texto número cero, invitó a Carlos Herrera para que decidiera cómo iba a continuar, sólo con la condición de que esta acción se repitiera. Y Herrera a su vez pensó: “Esta muestra tiene que ser de artistas jóvenes contemporáneos a mí, que no sean mis amigos, que no dependan de grupos ya establecidos, que no formen parte de clínicas artísticas sectarias, que no sean parte de instituciones, que no tengan tantos vicios artísticos y que por sobre todo tengan ganas de trabajar en este proyecto”.

Con la exposición a la vista, Herrera admitió que le hubiese interesado que en la lista ingresaran artistas que realicen obras relacionadas con la música, la performance o el arte efímero, modos que actualmente son vitales dentro de las puestas escénicas de los artistas contemporáneos jóvenes. Y también reconoció que si bien pudo lograrse cierto espíritu de desfachatez en la muestra, interiormente, deseaba aún “más descontrol y diversión”. Esa es su premisa a la hora de producir.

A través de la muestra, se generó un diálogo entre diez personas en la que una invitó a otra y ésta a su vez a otra, hasta llegar a diez. Por eso las invitaciones fueron (pre)meditadas y (con)sentidas, según explican sus convocantes.

Cada artista fundamentó su elección en un texto que acompaña a la obra, y que da la clave para entender la cadena de decisiones. Además de Herrera, participan Adrián Villar Rojas, Mariana Tellería, Juan Barbieratti, Lisandro Arévalo, Georgina Ieraci, Valeria Gericke, Luis Rodríguez, Iván Dina y Romina Coletta. En ese orden se demandaron uno a otro. Así, Herrera dijo de Villar Rojas: “Su obra es compleja, crítica, corrosiva, nada improvisada y romántica, sus fotografías son desopilantes y cargadas de poética vulgar”.

De la obra al texto
Existe una diferencia entre la “interpretación” y el “uso” de los textos que ha sido estudiada, entre muchos autores, por Umberto Eco. Si tomamos a la obra como texto, podemos entender, como Eco explica, que cada texto puede o bien ser interpretado, lo que implica el deseo de determinar un significado desde el texto mismo, o bien puede ser usado, es decir, en este caso la voluntad sería la de imponerle un sentido que no está previsto.

Poniendo en juego estas cuestiones que remiten a las significaciones, con la perplejidad que acosa a todo espectador del arte contemporáneo, Mariana Tellería presentó una obra que ha sido objeto de múltiples y encontradas interpretaciones por parte del público. Villar Rojas, su elector, la define como “una de las artistas más talentosas de su generación”. En su instalación Tellería apela a la sensibilidad. “Es esa posibilidad la que moviliza la mayoría de mis trabajos, cada objeto y cada situación que planteo busca eso. La obra se convierte en texto cuando uno la escribe y otro la lee. Los distintos niveles de lectura—explica— hacen que la obra cobre significación. Uno como creador también puede poner límites y puede ser más exigente; puede bajar una línea o plantear cosas mucho más abiertas y poner diferentes objetos que sabés van a ser muy significantes”.

Eslabones perdidos
A Luis Rodríguez lo citó Valeria Gericke, la invitada de Georgina Ieraci, y él a su vez llamó a Iván Dina, comprendiendo que esta muestra era una oportunidad para incorporar gente situada en las afueras del sueño artístico de la ciudad.

Manifiesta que su decisión de incluir a Dina en esta cadena de eslabones perdidos (o no tan perdidos) fue “automática e inconsciente”, porque su visión del arte le parece fundamental y atractiva. “La obra nace así sin pretensiones de ser, simplemente siendo”, advierte en su escrito.

El recorrido
Resulta complejo arriesgar una descripción de la muestra como totalidad o al menos ofrecer al espectador una hoja de ruta que lo guíe. Acaso resulte esclarecedora la mirada de Carlos Herrera, que en una lectura general de la muestra, piensa a este conjunto de artistas en dos bloques claramente diferenciados, no solo conceptualmente sino también espacialmente.

Adrián Villar Rojas, Mariana Telleria, Juan Barbieratti, Lisandro Arévalo, Iván Dina y él mismo forman parte del primer conjunto de obras que se pueden ver al ingresar a la sala. “Estos seis artistas —considera— confrontan al espectador con una propuesta totalmente desquiciada de prejuicios artísticos tradicionales. Atravesando esta sala nos encontramos con el segundo conjunto de obras conformada por los artistas Georgina Ieraci, Valeria Gericke, Luis Rodríguez y Romina Coletta, espacio en el cual bajamos tres cambios a nuestra velocidad inicial e ingresamos en un mundo diferente, relajado, espacialmente mas ordenado, claro e intimista. Dos propuestas diferentes, dos modos, dos registros, dos instancias deliciosas de diez artistas jóvenes, contemporáneos y rosarinos”.

La clave de la radicalidad, de extrema capacidad de innovación, de esta propuesta reside en la asunción de un riesgo compartido por el curador y cada uno de los artistas, ninguno de los cuales pudo controlar las posibles derivas de cada una de las elecciones involucradas. El producto final está a la vista, abierto a la interpretación, condicionado apenas por la exigencia de la intentio operis, la intención de la obra, lo que la obra dice, como propuso Eco.

La muestra puede visitarse en el Museo Diario La Capital (Sarmiento 763) de martes a sábados, de 10 a 12 y de 16 a 20, y los domingos, de 16 a 20. La entrada es libre y gratuita.



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