Duhalde ratificó en Rosario sus diferencias con Kirchner

El ex presidente Eduardo Duhalde volvió a mostrar ayer diferencias de criterio con el jefe del Estado, Néstor Kirchner, respecto de las políticas productivas. También aseguró que la crisis social y política en Santa Cruz "es un tema muy local" consecuencia de una "falta de diálogo" que, a su entender, no se proyectará al resto del país.

Al ingresar a La Fluvial para la presentación rosarina de su libro "Memorias del incendio: los primeros 120 días de mi presidencia", Duhalde auscultó la convulsionada tierra natal de Kirchner y desechó la amplificación del conflicto.

"Es un tema muy local y creo que se resolverá pronto. El gobierno entendió que tiene que dialogar y consensuar, y lo hará", afirmó el ex mandatario a La Capital.

Si bien atribuyó la crisis a la "falta de diálogo", Duhalde estimó que la nueva administración de Daniel Peralta "abrirá las conversaciones, algo que se tendría que haber hecho antes".


Cruces
Acerca de la estocada lanzada por Kirchner respecto de su advertencia sobre la falta de un proyecto productivo y la necesidad de crear un cartera para el área fue breve y contundente

El presidente había dicho que algunos "creen que con construir un Ministerio de la Producción se soluciona todo", pero Duhalde se limitó a señalar: "Es una opinión y estoy totalmente en desacuerdo".

Ya buceando en su libro, y respaldado por una pantalla gigante, repasó hechos clave de sus primeros días de gestión en el 2002, cuando la Argentina aún se desangraba por la caída de Fernando de la Rúa.

Las imágenes, disparadas desde una computadora, captaron la atención del ex jefe de la Side Miguel Angel Toma, Oscar Daniele (62 Organizaciones), Néstor Ferrazza (CGT-Rosario), Angel Baltuzzi (vicepresidente del PJ santafesino), Eduardo Buzzi (FAA) y Elías Soso (Asociación Empresaria).

Fue un vertiginoso regreso al pasado reciente, un mix que arrancó con la represión policial, los cacerolazos, los ahorristas enfurecidos, el helicóptero presidencial despegando de la Casa Rosada y Adolfo Rodríguez Saá anunciando el default para luego renunciar, hasta desembocar en un Duhalde colocándose la banda albiceleste.

Buscando desdramatizar el bombardeo visual de la peor crisis institucional en la historia democrática del país, el ex mandatario apeló a una anécdota. "Terminé de asumir y un periodista me preguntó: «¿Piensa renunciar?»", recordó con gesto incrédulo. También reveló que en algunas redacciones apostaron sobre la duración de su mandato.

En su rol de "bombero", Duhalde reivindicó al Movimiento Productivo Argentino. "En junio de 2001 advertimos que la situación era ingobernable, pero no fuimos escuchados", destacó.

Además, dio por cumplidos sus tres objetivos: reconstruir la autoridad política e institucional, recuperar la paz y sentar las bases de un nuevo modelo económico y social.

De cara al presente, alertó que "no se garantiza el derecho humano básico, el de alimentarse". Y siguió reprochando la ausencia de una cartera de la Producción (por la que pasó el ministro del Interior, Aníbal Fernández).

Como despedida, insistió con su frase más emblemática: "Estamos condenados al éxito, no hay dudas". Desde el fondo del colmado salón alguien gritó "volvé Duhalde", dibujando una sonrisa en el siempre adusto rostro del ex presidente.

Duhalde presentó su libro "Memorias del incendio".