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 sábado, 12 de mayo de 2007  
"Tinelli rompió las reglas del código popular"

Alguna vez Marcelo Tinelli fue igual a los muchachos de la barra del bar de la esquina, amigo del chiste fácil y la cargada cuasi adolescente pero con un trasfondo de lealtad, acorde a lo que prescribe el antiguo código de barrio. A pesar de su vertiginoso florecimiento económico, logrado a costa de repeticiones fundadas en las leyes de la rentabilidad, el público siguió creyendo en él y aún lo tiene -TV mediante- como invitado de honor en las cabeceras de las mesas familiares, noche tras noche. Sin embargo, hay que admitir que el hombre postergó los escrúpulos y de aquel código de barrio no le quedan ni las tapas. Lo que hizo el lunes con Diego Maradona no tiene nombre. Llevar al hombre que más alegrías le dio a los argentinos en los últimos años casi directamente desde la clínica donde estaba internado al estudio de televisión no puede ser disimulado por una declamada amistad, ni por lágrimas mentidas. Quedó claro que todo se hace a la hora de sumar un punto del maldito rating que terminará por sumergirnos en el más profundo mar de ignorancia del que la Argentina tenga memoria. Por esos puntos -que para los productores valen oro y para el público nada-, el conductor de "ShowMatch" voló tan bajo que trajo a la memoria aquél refrán que habla de lo que muestra quien se agacha demasiado. Allí estuvo Diego Maradona, un hombre que necesita paz, como lo dice su farandulesco médico personal en un pedido de auxilio para que el "Diez" pueda lamerse sus heridas del alma solo, como debe ser. Tinelli rompió las reglas del código popular y sepultó con ese acto cualquier presunción de inocencia en torno a sus verdaderas intenciones. Lejos de escapar de la trampa de los que justifican estos actos invocando "lo que quiere la gente", y más lejos aún de asumir el compromiso de ofrecer lo que "necesita" la gente, el chico de Bolívar no recuerda a quién le debe su fama y sus millones. Y es probable que el precio que deba pagar por este olvido sea el mismo que hoy le pone a

sus amistades.
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