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 domingo, 06 de mayo de 2007  
Un software permite monitorear la alimentación de la hacienda
Sirve para tener información sobre el comportamiento del ganado con las distintas pasturas. Abre infinitas posibilidades tanto a los productores ganaderos como a los tamberos

Santa Fe.— Científicos argentinos crearon un software que permite saber cuánto y qué comieron vacas u ovejas simplemente con escuchar los sonidos que producen al masticar. El logro, que por ahora es un software “de laboratorio”, puede abrir grandes posibilidades a productores ganaderos y lecheros, que podrían obtener información de qué hacen sus animales en el día.

   El trabajo fue elaborado por un grupo de ingenieros de la Facultad de Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), junto a ingenieros agrónomos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de la Estación Experimental Balcarce del Inta, quienes durante meses grabaron los sonidos que vacas y ovejas producen al comer.

   Partiendo de la hipótesis de que cada pasto genera un sonido diferente, los investigadores se propusieron identificar cada uno de esos “ruidos”, a partir de un software especialmente diseñado, que además es inédito en el mundo.

   “Existen formas de determinar automáticamente cuántas veces mastican los animales por hora, por ejemplo”, explicó el Diego Milone, uno de los autores del trabajo. Pero hasta ahora no hay un mecanismo tan fehaciente como este software que sea capaz de indicar —con precisión de gramos— cuánto y qué comió una oveja.



Cómo se hace. Los “ruidos” masticatorios de los animales se graban en un dispositivo MP3 y luego son “descifrados” por el software, que se encarga de reconocer cada sonido y generar un informe con datos tan concretos como si la vaca comió o no, cuándo, cuánto y qué.

    Antes de formular el software, los investigadores experimentaron con los distintos sonidos que hace el animal cuando come, que son diferentes según la pastura (alfalfa, pastovillo), la altura de esa pastura y la humedad.

   “Dejamos a la vaca pastando, la grabamos y después identificamos a qué corresponde cada parte del registro sonoro”, explicó Milone, también investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Con ese conjunto de datos, los investigadores “entrenan” el modelo, que se basa en una hipótesis casi obvia: cada pasto hace un ruido distinto.

   “El objetivo es que el sistema inteligente que proponemos se dé cuenta de cuáles son las diferencias espectrales entre una masticación de alfalfa y de pastovillo, por ejemplo. El sistema se entrena a partir de los datos que le damos y le repetimos cientos de veces, hasta que él mismo ajusta sus parámetros y aprende cuáles son las características de cada tipo de bocado”, graficó.

   Luego, con otro conjunto de datos, ese modelo se prueba “para ver si efectivamente reconoce lo que tiene que reconocer”, o sea, si cada señal es interpretada como lo que verdaderamente es: una mordida de alfalfa o de pastovillo.



Otras aplicaciones. El software creado es “de laboratorio”, como se llama a los programas que sólo pueden ser usados por especialistas, y forma parte de una etapa básica de la investigación, que puede derivar en innumerables aplicaciones tecnológicas.

   “Nuestra investigación termina cuando proponemos un modelo que efectivamente reconozca en forma automática los eventos masticatorios; el desarrollo del equipo es otra etapa”, indicó Milone, para la que se necesita la intervención de una empresa que fabrique los equipos y comercialice el software.

   “Al productor le interesa saber qué come el animal, cuánto come y en qué momento del día. Todo eso sirve para evaluar el comportamiento del animal y optimizar la producción lechera o ganadera”, graficó el investigador.

   Las aplicaciones podrían multiplicarse si al sistema de grabación se el agrega un sistema de posicionamiento global (GPS). De esa manera, podría saberse “en qué lugar del campo está el animal; podrían registrarse las posiciones geográficas y el productor podría saber dónde se van las vacas y a qué hora, qué comen y en qué lugar”, finalizó.
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El novedoso sistema analiza los sonidos masticatorios del ganado, que son diferentes según la pastura (alfalfa, pastovillo), la altura de la misma y hasta la humedad. Es considerado inédito en el mundo.


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