La tarde especial de Ruben

"Hubiera preferido convertir en otro partido", dijo el ex delantero de Central

Se notó que le dolió en el alma convertirle los dos goles a Central. Por eso en el primero se le escaparon algunas lágrimas. Pero igual cumplió con la ley de los goleadores. Marco Ruben nunca olvidará su primer partido ante Central con la camiseta de River. Ya se escribieron cientos de capítulos con historias parecidas a las de ayer y en la mayoría el protagonista principal hace equilibrio entre el profesionalismo y sus sentimientos.

Ruben no fue ni por asomo la excepción a esta regla. De hecho, en los dos conquistas no hubo gestos ni saludos a la gente de River. El delantero enfiló cabizbajo hacia la mitad de la cancha y casi ni levantó la vista para no verle la cara a los miles de hinchas canallas que igual lo ovacionaron durante todo la tarde.

"El fútbol es así. Hoy soy jugador de River y me debo a este club. No la venía metiendo y justo se me abrió el arco ante Central. Hubiera preferido que eso pasara en otro partido. Les agradezco a los hinchas de Central todo el apoyo que me brindaron cuando ingresé a la cancha y corearon mi nombre. Siempre voy a agradecerle a este club", fueron las palabras que utilizó Ruben en el campo de juego para disimular su incomodidad.

No se descubre nada a la hora de ponderar las virtudes futbolísticas de Ruben. Por algo River se fijó en sus goles a principio de año y también le quitó a Central uno de los jugadores con más futuro del semillero.

En el primer gol demostró el olfato que distingue a los goleadores. Marco estuvo rápido para resolver un centro atrás de Rosales, en una jugada que había arrancado con una trepada por derecha de Augusto Fernández, que continuó en un cabezazo de Rosales y en un rebote que dio Alvarez.

En el segundo dejó su sello con una de sus especialidades: el cabezazo. Central era pura impotencia y las cartas de River sólo las mostraba con algún contraataque. Llegó el córner de Belluschi y Ruben les ganó a todos los defensores canallas y clavó un cabezazo de pique que pegó en el palo izquierdo de Alvarez y se metió.