Salud, placer y armonía con prácticas naturales

El alto nivel de estrés que se vive actualmente, sobre todo en las grandes ciudades, producto de la gran cantidad de información, estímulos, demandas y exigencias, lleva a que muchas personas recurran a centros holísticos, de salud, clínicas y spa buscando aliviar tensiones, cansancio mental y emocional, además de los síntomas corporales, emocionales y mentales que produce esta verdadera “epidemia del siglo XXI”.

   Una tendencia a nivel mundial es la recreación del viejo concepto de spa, término que proviene del latín “solus per aqua” (salud mediante el agua), que originariamente se basaba en baños termales y tratamientos mediante baños, y en algunos casos también se usaba el fango y distintos tipos de barro. Hoy el spa incorpora la más amplia gama de técnicas, aparatología y elementos naturales.

El concepto moderno debería contener tres principios fundamentales: salud, placer y armonía donde las vedettes son las terapias naturales, cada vez más buscadas por los amantes de una vida sana.

  Existen diversas opciones orientadas a mejorar la calidad de vida. Terapias o medicinas llamadas alternativas o complementarias como la homeopatía, la naturopatía, la medicina tradicional china, las terapias florales y la ayurveda, que si bien no buscan sustituir a la medicina tradicional la acompañan o complementan. Estas prácticas se basan en antiguos conocimientos científicos y tradiciones milenarias, llegando a lo que actualmente se llama medicina integrativa u holística que logra reestablecer los principios orgánicos con el equilibrio natural del cuerpo, y su resonancia con las leyes de la naturaleza.

Yoga y meditación: la combinación de técnicas de meditación, ejercicios de yoga y respiratorios con visualización creativa y control mental producen un gran bienestar. Son muy fáciles de aprender y aplicar y permiten que la persona active sus propios recursos mentales para alinearlos a un proceso curativo y de armonización. En estas prácticas se destaca la importancia de la activación del timo como una glándula que genera una respuesta inmunológica y la producción de endorfinas, llamadas las hormonas de la felicidad.

Fitoterapias: a través del uso de plantas, hierbas, flores, aceites esenciales y hasta algunos alimentos que se encuentran en la naturaleza surgen opciones como la aromaterapia, la fitoterapia, la fangoterapia y la olivoterapia, ideales para complementarlas con dietas especiales y suplementos de minerales y vegetales.

De esta manera se logra no sólo una mayor relajación o bienestar; sino que acompañadas con una actividad física adecuada ayudan a perder peso, recuperar elementos que el cuerpo necesita y a estimular la propia capacidad regenerativa.

Métodos manuales: se trata de métodos de manipulación que incluyen desde el clásico masaje descontracturante hasta técnicas orientales como el tui na, shiatsu, digitopuntura, reflexología podal y facial, masajes con esferas y piedras calientes.

También el drenaje linfático, con el complemento de la quiropraxia y la osteopatía, logran devolver al cuerpo movilidad, elasticidad y tonicidad activando los canales de energía, la circulación sanguínea y la purificación orgánica.

Técnicas energéticas: son aquellas que buscan activar los campos energéticos o chakras para lograr armonía, equilibrio y salud. Las más usadas son la acupuntura, el reiki, la gemoterapia, la auriculoterapia, el tai chi y el chi kung. Estas permiten un contacto con el “chi” o energía logrando que la persona se conecte con la energía vital universal dentro de su campo energético. En estas técnicas, se utilizan elementos externos para la activación: agujas, palitos de madera, gemas, cristales, electroestimuladores, entre otros.

   Existen varias instituciones que enseñan y capacitan en estas disciplinas, ya sea para uso personal o familiar, o como una posibilidad de salida laboral.

Tanto el aprendizaje como la aplicación de estas prácticas contribuyen a recuperar la armonía, el equilibrio, la salud y el bienestar.



Sebastián González Dogliotti

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