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 domingo, 22 de abril de 2007  
A los bocinazos. El tránsito se liberó a fines de 2002 y hoy las opiniones están encontradas
Circular por el microcentro es cada vez más difícil
Más autos, dobles filas y mayor movimiento comercial saturan las angostas calles del área central

Silvia Carafa - Laura Vilche / La Capital

Circular por el centro se volvió por demás de complicado. En una hora pico recorrer 20 cuadras puede demandar algo más de 15 minutos (40 segundos por cuadra en promedio), el doble de los 20 segundos por cuadra que asegura el municipio. Doble filas, bicicletas, un parque automotor que no cesa en su crecimiento desde 2005, más de 1.500 licencias de nuevos conductores que se suman cada mes y decenas de líneas de colectivos que lo atraviesan, terminan plasmando un panorama por demás de intrincado.

Para el municipio el tema "no es un caos", sino un problema "complejo". En el medio, la gente se queja, los bocinazos se suman y los insultos son una moneda corriente. Entre las situaciones más difíciles que se generan por la gran concentración vehicular se anotan la falta de respeto a los peatones y un desprecio temerario por las normas de tránsito, tal cual lo constató La Capital recorriendo el microcentro en tres horas pico (ver aparte).

Adolfo Firpo es chofer de una de las tantas líneas de colectivos que llegan al centro por calle San Lorenzo. Para él, el tránsito en el microcentro "es un desastre" y las normas "no se cumplen". Carlos Medina, un remisero con varios años al volante, sostiene que el problema que genera la congestión vehicular es algo más que una sensación y tiene que ver con la física. "Nací en Mitre al 700 y las calles son las mismas de entonces, cuando pasaba un auto por hora, saque la cuenta", propuso.

En el Centro de Control de Tránsito estimaron que los vehículos que circulan en Rosario se incrementaron en un 35 por ciento desde 2005. En las esquinas de Corrientes y San Lorenzo y Corrientes y San Luis, dos detectores inductivos, ubicados bajo nivel del suelo, miden el movimiento vehicular de modo que al menos en esos puntos el tránsito se puede cuantificar, pero el municipio fue reticente a revelar esas cifras.

Para los remiseros y taxistas consultados, en el microcentro no puede haber ómnibus ni estacionamiento medido. Y los colectiveros también se ofuscan. Aseguran que suelen apurarse el resto del trayecto porque saben que al llegar al centro "la cosa se complica y se demora bastante".

El dueño del quiosco de diarios de San Lorenzo y Sarmiento tiene más de una anécdota sobre la trajinada esquina. En su opinión, el microcentro no debe quedar liberado al tránsito. "La época de las ventas bajas quedó atrás, hay que pensar en otra cosa", insistió y agregó un dato al análisis, los colectivos son cada vez más grandes y apenas pueden girar.


Una misión difícil
Para el responsable del área microcentro de la Dirección de Tránsito Marcelo Fazzio en San Lorenzo y Sarmiento la situación se complica porque muchos abuelos van a cobrar sus jubilaciones y les cuesta cruzar la calle En esa esquina y en la de San Lorenzo y Mitre a las 9 el nivel de tráfico obliga a que dos agentes de tránsito ordenen la circulación hasta pasado el mediodía No son pocos los que estiman que esto lentifica el ritmo al que se mueven los vehículos

Siempre en el microcentro, y después de la hora de bancos, los inspectores de tránsito se trasladan a las zonas de mayor movimiento comercial, como Rioja y San Luis. Otros puntos críticos para organizar son las intersecciones de las calles Sarmiento, Mitre y Entre Ríos con la calle Córdoba, donde los peatones no siempre obedecen.

El control del tránsito en el microcentro está a cargo de 15 inspectores. Los que están sin vehículos se encargan de organizar el paso en las esquinas y de supervisar los estacionamientos tanto medidos como prohibidos. Los que se movilizan en motos patrullan para controlar la carga y descarga de mercadería, operaciones que no deberían realizarse más allá de las 9.15. "Muchos comercios abren tarde y entonces todo se complica", explicó Fazzio.

Así, en el medio de versiones oficiales, padeceres cotidianos, autos que se suman y calles que quedan angostas, manejar en el centro rosarino suele ser una tarea por demás de complicada.
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Así estaba el jueves calle Sarmiento entre Santa Fe y San Lorenzo.

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