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 miércoles, 11 de abril de 2007  
El corazón, una víctima más del cerebro
Los médicos prestan cada vez más atención al impacto de las emociones

Está comprobado que quienes sufren de depresión y trastornos de ansiedad tienen más eventos cardiovasculares que la población general. En una época en la que es tan elevado el porcentaje de personas con alteraciones neuropsiquiátricas, es necesario que los médicos presten mayor atención a la relación entre corazón y cerebro.

“Hoy sabemos que el corazón es víctima del cerebro y no al revés”, manifiesta Sergio Strejilevich, psiquiatra de Ineco y jefe del programa de trastorno bipolar del Instituto de Neurociencia de la Fundación Favaloro. El médico, que disertará en el Simposio Internacional sobre Corazón y Cerebro que se desarrollará pasado mañana, en Buenos Aires, señala que los especialistas en cardiología deben tener cada vez más en cuenta la posibilidad de que sus pacientes sufran, previamente, algún problema psiquiátrico.

Manejo clínico.
“El manejo clínico de los pacientes psiquiátricos es un tema bien sabido por los profesionales de la psiquiatría, pero no todos los cardiólogos buscan la causa de la afección coronaria en lo psíquico”, remarca.

Aunque el imaginario popular considere que las alteraciones mentales son problemas puramente emocionales, “todas las enfermedades mentales son físicas con manifestaciones psiquiátricas”, enfatiza el especialista. “Lo psíquico y lo físico es una división antojadiza que puede tener alguna ventaja descriptiva pero no tiene correlato real”, destaca Strejilevich. “En realidad, y aunque parezca obvio, es bueno recordar que el cerebro está íntimamente ligado a todo el cuerpo”, relata el psiquiatra.

Si a esto se le suma que quien atraviesa un cuadro depresivo o sufre ataques de pánico tiene alterado el apetito, desequilibrio en la energía, tiene problemas para conciliar el sueño, menos respuesta inmunológica y problemas digestivos, las chances de padecer enfermedades cardiovasculares están aumentadas.

Hay otra causa, menos directa, que es la menor capacidad de ejercer conductas de cuidado personal, lo que aumenta la incidencia de eventos cardíacos: “El paciente se olvida de tomar la medicación, se aísla, no concurre a los chequeos de rutina”, explica Strejilevich. También influyen en el corazón el aumento de sustancias (neurotransmisores) que a su vez incrementan en el organismo el nivel de corticoides “lo que repercute en todo el cuerpo”, manifiesta.

La relación corazón-cerebro está cada vez más aceitada en los equipos de salud de los países desarrollados pero es un desafío aun para países subdesarrollados. Es más, Strejilevich dice que la Argentina, que es el país del mundo con más psicólogos per cápita, aún está demorado en este tema con relación a América latina.

Control de la ansiedad
La Fundación Favaloro hará punta en este tema. En breve, tendrá un programa de control de la ansiedad para pacientes con cardiopatías. “Desgraciadamente, en la mayoría de las clínicas o sanatorios faltan recursos económicos y tiempo para tener un lugar destinado al manejo de las dos cosas”, afirma el psiquiatra.

Este viernes, la Fundación será sede de un simposio internacional denominado “Corazón-Cerebro” que abordará esta dupla desde distintos aspectos (ver aparte).


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La relación corazón-cerebro resulta un desafío para los médicos.

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