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 domingo, 08 de abril de 2007  
OPinión
Inundación: plan para el día después

Salvador Di Stéfano

La provincia de Santa Fe se caracterizó en los últimos años por trabajar en las herramientas necesarias para enfrentar una crisis en dos frentes. El primero, el fondo anticíclico y, el segundo, el bajo nivel de endeudamiento.

El fondo anticíclico se instrumentó a partir de la ley provincial 12.403 el 4 de marzo de 2005, por el cual se dispone en el artículo 1 la creación de “un Fondo de Estabilización Fiscal y de Inversión Pública de la Provincia de Santa Fe”, que tendrá por objeto “atemperar los efectos de las fluctuaciones de los recursos corrientes derivados de los cambios en los ciclos de actividad económica u otras circunstancias excepcionales que tiendan a provocar desequilibrios en las finanzas provinciales; y para la construcción de obras públicas”.

Este fondo ya lleva acumulados 400 millones de pesos. La política fiscal aplicada en nuestra provincia posibilitará enfrentar la crisis con recursos propios o tomando nuevo endeudamiento, sin la necesidad de caer en déficits presupuestarios o bien en incrementos de los tributos. En este marco, necesitamos inevitablemente realizar una propuesta para ver cómo enfrentamos la crisis post inundaciones en las 62 localidades de nuestra provincia.

Dado que el fondo de estabilización fiscal prevé que puede ser utilizado en circunstancias excepcionales, es saludable la decisión de utilizarlo racionalmente y de acuerdo a las necesidades inmediatas, y a mediano y largo plazo.

La primera etapa sería enviar a los 62 municipios y comunas afectados por las lluvias e inclemencias climáticas una cuota de coparticipación nacional y provincial adicional para hacer frente a las necesidades inmediatas. Sería una cuota extraordinaria, con la única contrapartida que tenga asignación especifica contra las erogaciones que produjo la crisis. Esto sería un monto que no ascendería a más de 80 millones de pesos, distribuidos según los parámetros de la coparticipación. En la segunda etapa, los municipios y comunas deberían inventariar claramente los daños sufridos, para asignar las partidas necesarias a la reparación. En la tercera, deberían enviar un informe con las obras necesarias para prevención. Para la etapa dos y tres se pueden utilizar recursos del fondo anticíclico o bien recurrir a endeudamiento, ambas posibilidades presentes por la solvencia fiscal de nuestra provincia.
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