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 sábado, 07 de abril de 2007  
Centenario de la Escuela industrial de Rosario
En abril de 2007 comenzaban las clases en esta institución educativa

Eduardo Carvalho (*)

En el mes de abril de 1907, muy probablemente el lunes primero, dieron comienzo las clases en la “Escuela Industrial del Rosario”, en el local de calle Buenos Aires 993, asiento en aquel entonces de la Escuela Nacional de Comercio.

La escuela se había creado mediante ley del Congreso de la Nación del 27 de setiembre de 1906, registrada con el Nº 5012, y promulgada el 10 de octubre por el presidente Figueroa Alcorta y su ministro Federico Pinedo. Si bien la ley la crea como “Escuela Industrial de la Nación”, sería mencionada en sus primeros tiempos, tanto en diarios como en decretos oficiales, como “Escuela Industrial del Rosario”, nombre que la diferenciaba claramente de su similar en la ciudad de Buenos Aires.

El 28 de enero de 1907 había sido designado director encargado de organizar el nuevo establecimiento el ingeniero Pedro de Lepiney, quien provisoriamente se alojaría en el “Hotel de Francia e Inglaterra” (Córdoba 625), actual sede del “Liceo Avellaneda”. Con la misma fecha fue nombrado secretario y contador Ramón Martinez. Tres días después se designan los primeros maestros de taller que tuvo la escuela: Florencio Ruiz (maestro carpintero) y Eleodoro Chaine (maestro mecánico). Más tarde, el 22 de febrero son designados los primeros profesores: Juan Lonca (idioma nacional), C. A. Stephenson (caligrafía y dibujo), Ramón Contreras (historia y geografía) y Pedro de Lepiney (matemática e idioma extranjero). También la escuela contó al comienzo con el que sería su primer preceptor: Miguel Pascual Morro.

La inscripción de los aspirantes se realizó entre el 3 y el 10 de marzo, y las condiciones de ingreso fueron: tener por lo menos 12 años cumplidos y haber cursado satisfactoriamente los seis grados de la enseñanza primaria o aprobar un examen de ingreso oral y escrito.

La prueba se realizó el día 21 de marzo y los resultados se dieron a conocer tres días después: 22 alumnos resultaron reprobados y 10 aprobados. Estos últimos fueron: Alfredo Túnez, Mario Briamonte, Juan Almara, Juan Zamora, León Peña, Herminio Pantarotto, Manuel Basualdo, Gerónimo Casella, Santiago Grondona y Bernardino Guizzetti. Además fueron admitidos 11 alumnos sin examen por contar con certificados de sexto grado otorgados por el Colegio Nacional y la Escuela Nacional de Comercio, lo que hace un total de 21 alumnos ingresantes. Por tratarse del año inaugural, el ministerio resolvió eximir a éstos del pago de los derechos de matrícula y de examen que establecía el reglamento.

Formación técnica. Los objetivos de la escuela eran: formar jefes de talleres mecánicos, directores y capataces de fábrica, dibujantes, ayudantes de ingenieros, etc., es decir un nivel intermedio de técnicos especializados, situado entre los profesionales de la ingeniería y los artesanos egresados de las escuelas de artes y oficios; fomentar las industrias existentes y facilitar la implementación de otras nuevas; y preparar para el ingreso a las facultades de ciencias e ingeniería. En este sentido cabe destacar que en aquel tiempo los egresados de las escuelas industriales ingresaban al 2º año de dichas facultades.

Poco después de iniciadas las clases, el 25 de junio, la escuela se traslada al edificio cedido por la Municipalidad en 1º de mayo 1059, cumpliendo ahora el horario completo, por la mañana de 8 a 12. y por la tarde de 12.30 a 16.30. De 10 a 12 funcionaban los talleres de ajuste, herrería y carpintería.

Sin embargo, hacia 1908 parece que la marcha del establecimiento no era satisfactoria a los ojos del gobierno nacional que comisiona al ingeniero Otto Krause, director de la Escuela Industrial de la Nación de Buenos Aires, para que informe al respecto.

La consecuencia de esta visita es un decreto de fecha 11 de agosto por el cual se declara al personal en comisión y se dispone la reorganización de la escuela a partir del año siguiente. Es así que con fecha 17 de febrero de 1909 se designa nuevo director al Luis Laporte, cargo que ocuparía hasta el año 1940, hombre de gran visión, bajo cuya orientación la escuela recibiría un impulso extraordinario.

Hasta aquí, el recuerdo emotivo de los tiempos primigenios de aquella escuela que hoy se resume, tras varios cambios de nombre, en el actual Instituto Politécnico Superior General San Martín, sin duda uno de los establecimientos educativos más importantes y prestigiosos del país, que ha dado y sigue dando, año tras año, excelentes profesionales técnicos.

(*) Egresado de la Escuela Industrial Superior de la Nación de Rosario, profesor emérito de la Escuela Normal Nº 1 de Rosario, y miembro de número de la Junta de Historia de Rosario.


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