Rosario violenta

Es lamentable y no me sorprende lo que le ocurrió al dibujante Noke y a su familia en un boliche nocturno ubicado en barrio Pichincha. Noches atrás en la más antigua y familiar de las pizzerías de la avenida Pellegrini, un nene de dos años se acercó a una mesa y fue bien recibido por una nenita de su misma edad que intentó darle un beso, pero el nene respondió tirándole una patada. El papá de la nena, a pesar del percance, sólo le dijo al nene “estás loquito, eso no se hace”. De inmediato, se levantaron de una mesa cercana dos energúmenos —el padre del nene y un “señor” mayor— para pegarle e insultar al padre de la nena y a toda su familia. Si no fuera por la rápida intervención de los mozos ocurría una desgracia. No sé en realidad qué le pasa a la gente. Rosario se ha vuelto una ciudad con un pésimo trato cotidiano, con un inmenso porcentaje de prepotentes, intolerantes, maleducados y peleadores.Rosario ha perdido su calidez y se ha convertido en una ciudad violenta.

Daniel Ciúffoli