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 domingo, 17 de diciembre de 2006  
Santa Catarina: Playas para toda la familia
El estado del sur brasileño ofrece a los turistas espectaculares parajes para todos los gustos

Uno de los principales destinos turísticos de Brasil es el estado de Santa Catarina. Desde el balneario Camboriú hasta la última playa de Florianópolis numerosas playas reciben cada año a miles de familias argentinas que buscan junto al mar las vacaciones soñadas.

Camboriú está localizado a 84 kilómetros de la capital del estado, Florianópolis y sus paisajes naturales son bellísimos, el clima es agradable y las atracciones están por todos los lados. Las playas son las estrellas de la ciudad, las aguas son limpias y transparentes, ideales para el baño.

En verano, el balneario es el punto de encuentro de surfistas, que encuentran olas perfectas para la práctica del deporte, y de naturalistas que tienen en la Playa del Pinho espacios reservados con completa infraestructura y privacidad.

La pesca es otra actividad muy practicada por allí. Las playas más indicadas son la de Taquara y la del Estaleiro. Quien visita la ciudad también se encanta con el tradicional paseo del teleférico, que une las playas Central y Laranjeiras. Durante la bajada, que lleva alrededor de 15 minutos, es posible ver diversos paisajes y para practicar el "arbolismo" en las áreas de Vegetación Atlántica de la Colina Aguada. Allí hay sendas y miradores que desde donde se ve el mar.

La red hotelera de Camboriú cuenta con más de cien hoteles y posadas para atender todos los gustos y bolsillos. Si lo prefiere, el visitante puede hospedarse a orillas del mar y saborear las delicias hechas a base de pescado. Las noches también tienen marcha en la orla de la Playa Central, donde está la mayor parte de las discos, restaurantes y bares. La rambla está iluminada, dando aún más encanto a los paseos nocturnos.


Garopaba
Anclada en el litoral Sur del estado de Santa Catarina, con ocho playas, cada cual con sus atractivos, se encuentra Garopaba. En la década del 70, la pequeña villa de pescadores fue descubierta por "forasteros" quienes, con sus mochilas y carpas, comenzaron a darle un colorido diferente. Este fue el embrión de la ciudad que hoy, gracias a una legislación urbanística apropiada, todavía mantiene las características de la "villa" original, con casas de planta baja y de dos pisos. Bendecida por la naturaleza por su belleza, presenta un perfil ideal para el ecoturismo y la práctica de deportes como: surf, windsurf, ala delta, parapente, trekking y competiciones de resistencia. Para aquellos que no abren mano de mucha agitación, existen los famosos "points" de la playa de Ferrugem (oxidación).

Bombinhas es un pequeño municipio ubicado en la parte norte del Estado de Santa Catarina, que hace poco tiempo obtuvo su emancipación política, tornándose un símbolo turístico del litoral de Santa Catarina. Son más de 18 playas, de las cuales algunas todavía permanecen desiertas -con acceso exclusivo por vía marítima-, y que proporcionan relajantes baños, paseos de barco y escunas, además de la práctica de varios deportes acuáticos.

Dotada de una ubicación privilegiada y de una notable infraestructura tanto para el turismo ecológico como para el turismo submarino, Bombinhas se afirmó como uno de los puntos de buceo más codiciados del sur del Brasil.

Las innumerables agencias de turismo locales promueven salidas diarias, llevando a los visitantes a realizar óptimos buceos en los principales puntos de la región, como la Reserva del Arvoredo, la Isla de las Galés y la Isla Deserta, siempre con confort y seguridad. La ciudad ofrece también una abundante oferta gastronómica y divertidas noches danzantes.

Playa de Bombinhas es la más animada del municipio, ofrece un mar tranquilo de aguas cristalinas y propicias para baños. En sus casi mil metros de extensión, todavía se encuentran resquicios de arena de cuarzo blanca y muy fina que, al entrar en contacto con los pies, provoca un ruido. Se atribuye a este hecho el nombre del municipio.

Existen también diversos bares, restaurantes y posadas junto a la playa, para atender a todos los gustos y bolsillos. No se puede dejar de visitar también la Villa del Engenho, un museo vivo de la cultura de las Islas Azores, en el cual se puede ver un molino de caña de azúcar funcionando y produciendo melado y otro fabricando la mejor harina de mandioca del Brasil.

La pequeña bahía que encuadra a las aguas cristalinas de la Playa de Bombinhas tiene en Punta del Zarling un lindo punto de referencia. Todavía no ocupada, ofrece un bellísimo visual para quien la visita, sea por tierra, mar o por vía aérea. Allí es posible hacer paseos en barco y buceo.

Es la playa más familiar de Bombinhas y posee buenos hoteles y restaurantes. Con dos kilómetros de extensión, sus arenas son limpias y las aguas descontaminadas, ofreciendo toda la estructura para disfrutar de agradables vacaciones. Posee diversos restaurantes frente al mar, que sirven de apoyo a los turistas. Su orilla está ocupada principalmente por casas de veraneo. Es la primera playa a ser vista por quien llega al municipio vía Puerto Belo y su monumental paisaje ya puede ser admirado desde allí.

Itapema está en una bahía rodeada por ramificaciones de la Sierra del Mar y ofrece a los visitantes aventuras ecológicas, como sendas a través de vegetación nativa, nacimientos de río y cascadas. Colinas y laderas también traen bellas vistas de la orla marítima. El tercer destino turístico más visitado por veraneantes del Estado, Itapema ofrece una combinación de naturaleza e infraestructura urbana que encanta a quien llega a la ciudad.

Son casi 15 kilómetros de orla marítima, playas con aguas límpidas y verdes, tranquilas e ideales para los niños. En la sierra de los Macacos, en el barrio Alto Arenal, hay bellas cascadas, siendo Manarick la más conocida de ellas. La naturaleza también está presente en las sendas ecológicas que cortan la Sierra del Mar, donde los amantes del ecoturismo tienen la opción de realizar caminatas, paseos en motos o en jeep.

Si el visitante prefiere disfrutar la vista panorámica de la ciudad, los lugares ideales son la Colina del Cabeço y el Cosao. Este último es uno de los puntos más bonitos de Itapema. Allí es posible caminar sobre las rocas, admirando la orla y el sonido del mar agitado chocando contra las piedras.

Eventos deportivos y culturales le dan marcha a Itapema y atraen público diversificado durante todo el año. Más de 100 pilotos y millares de fans acompañan anualmente en la ciudad la etapa catarinense de Motocross. También hay campeonatos de jet ski y festivales folclóricos, con danzas y músicas típicas catarinenses.

Las bellezas naturales de Florianópolis atraen a millares de visitantes todos los años. Principalmente en verano, son turistas de Brasil y de países de América del sur -como argentinos, uruguayos y chilenos- que buscan la diversidad de su litoral. En la isla se encuentran los más variados tipos de playas y es el paraíso de los aficionados al surf, al windsurf, y a la pesca.

Las regiones norte y central de Florianópolis son las más visitadas por los turistas y ofrecen completa estructura de servicios, resorts, hoteles y posadas. En el sur, algunos barrios mantienen el aspecto de pequeñas villas de interior y ello se percibe -en manera de hablar, en sus artesanías y en las fiestas folclóricas- la herencia dejada por los azorianos desde el siglo XVIII.

Por otro lado, la ciudad ha ganado un aire cosmopolita por la llegada de brasileños de otros estados y de extranjeros, que allí fueron para vivir. La isla, que al inicio de su colonización fue importante núcleo de caza de ballenas, es hoy un polo tecnológico en el área de informática. Capital turística, actualmente Florianópolis tiene una población de 300 mil habitantes, número que se triplica en el verano.

Florianópolis está situada en una región subtropical costera, la ciudad ofrece clima ameno, con mayor ocurrencia de lluvias en verano, en diciembre y enero, época del año, con una temperatura media de 25º. En julio, el mes más frío, la media es de 16,4 º. Son comunes los "veranitos" entre mayo y agosto, esto ocurre en principio los primeros días del invierno una sucesión de días calientes en el mes de abril.

Florianópolis ofrece más de una centena de hoteles, posadas, flats y apartamentos de alquiler con varios niveles de confort. Se destacan los resorts, las posadas, y a la orilla del mar las pequeñas y graciosas hospederías. Se localizan especialmente en las playas del norte de la isla, pero tiene buenas opciones en todas las regiones.

La especialidad de la ciudad en la parte culinaria son los platos con especies marinas, las ostras, cultivadas al sur de la isla se pueden consumir bien fresquitas recién sacadas de mar. Las gambas son las preferidas para los aperitivos, hechos y presentados de varias maneras. El Barbudo - pescado en mayo y junio- es preparado a la moda "escalada": después de pescado es salado y secado, y se hacen a la parrilla.

Otra característica de Florianópolis son los restaurantes simples y acogedores, próximos a las playas mantenidos por pescadores. La ciudad cuenta también con restaurantes con más refinamiento que ofrecen platos de la cocina internacional.

Entre las atracciones se encuentra el Puente Hercílio Luz construido hace más de 70 años, sigue siendo la tarjeta postal favorita de la isla. El Palacio Cruz e Sousa es patrimonio histórico y el Palacio del Gobierno.

Aún siendo una playa de preferencia de los turistas ingleses mantiene la tradición de los colonizadores azorianos. En verano es el segundo balneario en afluencia de turistas argentinos. La pesca del barbudo, las fiestas religiosas y las presentaciones folclóricas son una bella demostración de la cultura local. Las dunas que separan la Playa de los Ingleses de la de Santinho son otro atractivo natural e imperdible, allí se practica el sandboard.

Canasvieiras es un espacio ecológico situado en la Costa del Cacao, región sur del litoral bahiano, compuesta por siete islas marítimas. Las publicaciones especializadas destacan a Canavieiras como la mayor área de pesca natural de róbalo de Brasil, un pez de carne noble que atrae a deportistas adeptos de la pesca.

Bañada por el río Pardo, la ciudad tiene calles anchas y un sitio histórico del inicio del siglo pasado, de arquitectura agradable y colorida. La isla de Atalaia, situada enfrente a la ciudad, tiene 14 kilómetros de playa continua, áreas de cocoteros y áreas de pantanal que abrigan garzas, papagayos, periquitos y golondrinas, manteniendo el ciclo de la cadena alimenticia de diversas especies marinas y fluviales. La naturaleza, siempre presente, propicia la actividad turística y ecológica, permitiendo largos paseos en bicicleta por senderos salvajes, playas vírgenes y muchos baños de río y de mar.




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Garopaba, en el litoral sur, presenta el perfil ideal para el ecoturismo.



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