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 sábado, 16 de diciembre de 2006  
Cuestión de piel

Guillermina Sivack

La envolvente, dentro de la arquitectura, nunca ha sido un tema accesorio, sino todo lo contrario. Al estudiar la arquitectura desde sus más remotos orígenes, resulta muy común tomar algún rastro o elemento dentro de la fachada para dar cuenta del período al que perteneció. Por ejemplo, a partir de un capitel de una columna situada en el frente de un templo griego, puede saberse no sólo el estilo del edificio sino también las proporciones generales.

La relación entre el todo y las partes se hace visible desde los detalles de la envolvente hasta en los espacios interiores.

Jamás imaginaríamos al Pabellón de Barcelona (de Mies van der Rhoe) con molduras o sillones con tapizados floreados por más que la gran mayoría de la población de esa época (que accedía a construcciones con diseño) hubiese preferido los gobelinos o las paredes enteladas, antes que los acabados brillantes de los mármoles o del acero del pabellón. El proyecto es congruente por donde se lo mire.

Este tipo de correlato no siempre fue tan literal. Con el intercambio de información entre distintas culturas y con reinterpretaciones de las mismas, sumados muchas veces al ansia del hombre de querer abarcarlo todo (y si no por los menos mostrarlo, echar pinta o "hacer facha"), se vuelve muy difícil encontrar un correlato entre el contenedor y el contenido.

Es entonces cuando la cuestión de piel (al verse escindida o despegada de la génesis misma del proyecto, y tomada como una mera solución de maquillaje) se pone en crisis. A partir de esta frecuente realidad, la temática de la envolvente se vuelve un tema altamente significativo, digno de ser estudiado y repensado.

Del 6 al 8 de noviembre, se realizó en el Sheraton Hotel de Buenos Aires, el Foro Internacional de Fachadas y Cubiertas "La envolvente arquitectónica". La intención del encuentro fue favorecer el intercambio de ideas e información sobre nuevos desarrollos en materiales, sistemas de fachadas y cubiertas. Del encuentro participaron ingenieros, arquitectos, desarrolladores e investigadores.

El foro fue organizado por la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y abarcó sesenta ponencias, dos conferencias, veinticuatro charlas técnicas y una variada gama de stands con nuevos materiales y sistemas para la construcción. Entre los expositores sobresalieron los arquitectos españoles Fermín Vásquez y Rafael de la Hoz (h).

Guillermo Marshal, presidente del foro, consideró que la envolvente de los edificios es uno de los temas más sofisticados, desde el punto de vista arquitectónico, "porque compromete a la imagen del edificio e involucra lo cultural y tecnológico".

En países como el nuestro, la disponibilidad tecnológica opera como un limitante a la hora de diseñar. Sin embargo, la industria tiene la capacidad técnica, humana y financiera para responder a los requerimientos de los diseños. Sólo hay que diseñar en el tiempo y forma para llegar a ser un equipo con la industria y darle materialidad a las cosas imaginadas.

Por su parte, Fermín Vázquez, arquitecto español, reflexionó sobre el papel del arquitecto como profesional. "A los arquitectos cada vez se nos pide que nos involucremos menos en los problemas y se nos acota el alcance de las soluciones para las que se nos contrata. La fachada, sin embargo, ha quedado como un componente del edificio que aún se nos reconoce como específico", dijo, y su mirada dejó planteada una polémica inquietante al preguntarse si la fachada "es un refugio para el contratista".

La arquitectura, como manifestación del hombre, es consecuencia o respuesta de su forma de entender el mundo. Por tal razón no podía faltar dentro de las ponencias aquellas que buscan las cuestiones esenciales. En este contexto, Graciela Silvestri (arquitecta y filósofa) presentó a la fachada como elemento de comunicación, construcción de representación y quiebre entre el adentro y el afuera de las construcciones, y especialmente, como elemento fundamental de la ciudad en su contribución a la conformación del espacio público.

Las jornadas transcurrieron con amplia variedad de enfoques dentro de la temática de la envolvente. Con densidad técnica y teórica, las distintas ponencias fueron aproximándose al tema, pasando por exposiciones sobre la ingeniería, ornamentación de fachadas, concepción de la fachada como límite, hasta planteos filosóficos referidos a la postura del arquitecto.

Los tres días de reflexión y aprendizaje que duró el encuentro concluyeron con la promesa de seguir pensando la problemática a una escala mayor.
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