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 domingo, 10 de diciembre de 2006  
Caminos inseguros. Las nuevas tecnologías utilizadas en los camiones obligan a los delincuentes a modificar sus estrategias
Piratería del asfalto, un delito que cambió su modalidad sobre las rutas
El rastreo satelital de vehículos o los mecanismos que cortan el paso de combustible llevan a los maleantes a negociar con los choferes. Sin violencia, los cargamentos se entregan a cambio de unos buenos pesos

Eduardo Caniglia / La Capital

Las tecnologías de detección del tránsito de camiones contribuyen a disminuir los robos en los rutas. Pero no por ello los piratas del asfalto desaparecen: más bien, disuadidos de su clásica forma de interceptar vehículos, cambian de modalidad. Lo que surge, según fuentes policiales de distintas departamentales santafesinas, son los acuerdos entre camioneros y ladrones para la entrega de las cargas. Merced a esos pactos, la violencia típica a mano armada ha decrecido en los caminos, pero los delitos subsisten, a la vez que proliferan las falsas denuncias.

Hace cinco días, un camionero bonaerense quedó detenido por haber entregado a piratas del asfalto una carga de neumáticos valuada en alrededor de 100 mil pesos y luego denunciar el hecho como un falso robo. La policía del departamento General López logró recuperar al menos la mitad de la mercadería a partir del relato del denunciante, que confesó que había dejado la carga en una estancia de la provincia de Buenos Aires a cambio de la promesa de recibir una importante suma de dinero.

Hechos de este tipo, confiaron distintas fuentes policiales, se producen con cierta regularidad. A veces sin que se logren esclarecérselos como ilícitos (ver aparte).

La maniobra de General López comenzó a descubrirse la semana pasada, cuando Augusto Omar García se presentó en la comisaría de Hughes para denunciar que había sido asaltado por piratas del asfalto. Según el relato del camionero, la madrugada del lunes 27 había detenido en una estación de servicios su camión Mercedes Benz 1620 color rojo con semirremolque en el que llevaba entre 500 y 550 cubiertas nuevas marca Fate de varias medidas, carga valuada en alrededor de 100 mil pesos.

El camionero contó que el plan era llevar la carga hasta Mendoza por la ruta 8. Sin embargo, según denunció, un hombre lo abordó en el playón y lo hizo meter en el asiento trasero del Honda Civic blanco que conducía, con la cabeza tapada con una campera. García contó que fue paseado por diversos caminos hasta que lo abandonaron en Baradero, desde donde volvió a Hughes para radicar la denuncia.

A diferencia del semirremolque, el camión de García contaba con un equipo de rastreo satelital que permitió localizarlo más tarde abandonado en el playón de una estación de servicios de Venado Tuerto.

"Sin embargo, el relato de la víctima ofrecía groseras contradicciones que nos hizo comenzar a dudar de la denuncia. Entonces se le requirieron especificaciones sobre algunos puntos de la historia que, finalmente, hicieron que el camionero confesara que había entregado la carga a cambio de la promesa de recibir entre 6.000 y 8.000 pesos", señaló una fuente de la Unidad Regional VIII con asiento en Melincué.

El primer destino de la comisión policial que se envió a Buenos Aires para tratar de recuperar la carga fue San Fernando, en el norte del conurbano, donde está domiciliado García. Al parecer, el chofer estaba atravesando una coyuntura económica adversa por la cual decidió colaborar con el robo a cambio de una paga que le sería entregada en su casa. Allí, los uniformados santafesinos interceptaron a dos hombres de 40 y 25 años que llevaban una importante suma de dinero y un listado manuscrito de cubiertas con marca, medidas y calidad.

La investigación condujo entonces a la estancia "Kia-ora", ubicada en la localidad bonaerense de Marcos Paz, que se hallaba en venta. Un par de días después, con una orden de un juez de la ciudad de Mercedes, la policía allanó el lugar y halló en una caballeriza 271 cubiertas marca Fate nuevas, de distintos modelos y medidas. Además, escondido en la parte trasera del casco y oculto tras una frondosa arboleda, estaba el semirremolque de García vacío.

El camionero permanecía ayer detenido a disposición de un juzgado correccional procesado por falsa denuncia y hurto calificado. Sin embargo, ayer se preveía que no tardaría en recuperar la libertad ya que no tiene antecedentes y el delito que se le imputa es excarcelable.
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A veces los choferes están a merced de los asaltantes, pero otras terminan siendo sus cómplices.

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