Año CXXXIX Nº 49319
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Economía
Ovación
Escenario
Señales
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 03/12
Mujer 03/12
Economía 03/12
Señales 03/12
Educación 02/12
Autos 30/11
Salud 29/11
Página Solidaria 29/11
Estilo 18/11
Chicos pero grandes 11/11

contacto

servicios
Institucional


 domingo, 10 de diciembre de 2006  
El cantante desnudó sus angustias y placeres en diálogo con Escenario
Ricky Martin: "Viví obsesionado por ser aceptado, por eso ahora sólo quiero disfrutar al cantar"
El intérprete boricua, de visita promocional en la Argentina, confirmó que tocará en marzo próximo en Rosario

Pedro Squillaci / Escenario

El chico de la melena larga al viento quedó atrás, casi tan distante como aquel que se destacaba tanto en Menudo. Ricky Martin está atravesando un oasis. Y es en ese espacio tan introspectivo en el que descubre su más pura esencia. Por eso suenan transparentes sus palabras, no tiene nada que demostrar, no fuerza ninguna expresión. El chico políticamente correcto le dio paso al que se juega por lo que siente, al que se acercó al budismo y está abocado a una tarea solidaria para ayudar a los niños en conflicto en todo el mundo. Ese Ricky Martin también se nota cuando interpreta cada canción a corazón abierto en "Ricky Martin Unplugged MTV", su última placa (ver aparte). Es otro Ricky, mejor.

El músico puertorriqueño, quien desembarcó en la Argentina para promocionar su disco en vivo, transmitió el buen momento que está pasando en el diálogo franco que mantuvo con Escenario. Simpático, dispuesto a la charla, con las típicas expresiones "brother", "hermano", simplemente "mano", o el bien argentino "loco" en muchas de sus respuestas, hizo un repaso de los sentimientos que vivió a lo largo de su extensa carrera, y le dejó el mejor regalo para las fans de la ciudad: "El año que viene voy a ir a tocar a la Argentina, y por supuesto que voy a ir en Rosario".

También habló del precio de la fama, de la obsesión que tuvo toda su vida por ser aceptado, recordó los momentos más significativos en su paso por los escenarios y dijo que es momento de regresar a lo básico, a lo más simple. "Quiero volver al niño que abandoné literalmente en una época y quiero retomar las emociones en un escenario, porque siento que en un momento de mi vida todo fue muy automático", reflexionó. Más allá de su labor como músico, se emocionó y se indignó al recordar las injusticias que sufren los niños en muchos lugares del mundo. El trabajo que realiza con su fundación (que se puede ver en www.rickymartinfoundation.org) también fue un puente para hurgar en su interior y renovar el orden de prioridades en su vida.

-¿Qué concepto buscaste con este trabajo tan intimista como el "Unplugged de MTV"?

- (Risas) Pues, mira, simplicidad, brother, nada más. Lo único que yo quería era pararme en ese escenario, pasarla bien, sentir, más que nada, y no complicarme la vida con una gran, gran, gran producción. Yo creo que es justo lo que necesito el día de hoy. Afortunadamente hemos logrado cosas significativas en la carrera, qué te puedo decir, hemos visitado grandes escenarios, masivos, en estadios. Y esta vez, como que estamos volviendo a lo básico, a lo simple y al comienzo. Es donde estoy.

-El trabajo más cuidado en lo musical de este disco apunta más a las sutilezas que a las estridencias ¿También tiene que ver con tu etapa introspectiva?

-Sí, mano, volver al comienzo como te he dicho, volver al niño que abandoné literalmente en una época, en mi proyecto. Cuando digo esto de volver a sentir, y retomar las emociones en un escenario es porque creo que en un momento de mi vida todo fue muy automático, todo fue una carrrera, todo fue dirigido por obsesiones, ¿no?, ser el mejor, vender todos los discos, vender todos los fucking boletos de los conciertos, etcétera. El día de hoy estamos tranquilos, yo digo que hoy hay mucho agradecimiento. Lo que venga de ahora en adelante ya es por añadidura, no me exijo tanto. La quiero pasar bien, brother.

-¿Por qué decís "la quiero pasar bien", parece que hubieses sufrido en toda tu exitosa carrera?

-Es que desde los 12 años hasta hace 6 años atrás mi vida fue una exigencia constante, vivía con el látigo en la mano. Hemos logrado cosas importantes, no me puedo quejar, una vez estuve ante 55 mil personas en un estadio en Nueva Delhi (India), cantando y en castellano. Y el público estaba cantando en mi idioma, loco, eso sí que para mí fue grande. Esto fue hace 7 años atrás y todavía hablo del tema porque fue un momento fulminante en mi vida. Pero, el día de hoy estoy (respira), no sé, mano, pero mucho más tranquilo.

-¿Tu labor solidaria a partir de la fundación te sensibilizó más que nunca y te hizo ver las cosas de otra manera?

-Sí, estuve en la India donando mi tiempo para una fundación y me fui a la calle a rescatar criaturas. Yo no tenía idea de la magnitud de mi trabajo. Hay niñas de 5 años que están siendo prostituídas, brother, y eso no tiene perdón, hermano, entonces empecé a educarme al respecto y empecé a hablar de este tema luego de escuchar testimonios de las propias víctimas y de muchos activistas que llevan años trabajando en esto. Y de la manera más saludable que yo puedo desahogar esta angustia y este dolor que conocí a raíz del trabajo humanitario es hablando con los medios y hablando con el público. Es muy frustrante, realmente.

-Más allá de este compromiso social, en el disco se sigue observando el Ricky romántico y el de los temas más fiesteros.

-Bueno, yo creo que de eso se trata la vida, de matices ¿no? (risas) Si siempre estás romántico algo mal tiene que estar y si siempre estás arriba, también, algo mal está pasando. Creo que hay muchas altas y bajas en un mismo día, yo simplemente estoy presentando mi ADN. En las canciones más rítmicas estoy presentando el bolso de mi tierra, mano, una islita muy pequeña en el Caribe que busca cualquier excusa para festejar cualquier cosa. Eso tiene que estar ahí, es parte de mi vida y es parte de mi carrera.

-¿Qué disfrutás y qué te molesta de la fama?

-(Pausa) Eh, qué me gusta y qué me molesta, eh, yo no dejo que nada me moleste, brother. A lo mejor hace un tiempo atrás sí, me molestaba muchísimo que una crítica sea negativa, ¿me explico?, yo viví obsesionado con ser aceptado (risas). Fue un objetivo un poquito compulsivo, esa actitud ante la vida creo que no viene al caso, al día de hoy, mira, Dios es Dios y no es aceptado por todo el mundo, entonces, ¿qué pasa? (risas) Relájate brother, hay que vivir, y al que le guste bien y al que no le guste también. ¿Qué me gusta de la fama? Que me puedo desahogar, me gusta el control, lo adictivo del escenario, eso se lo puedes preguntar a cualquier artista o a cualquiera que haya sentido la adrenalina de un espectáculo, los viajes, las cosas buenas, men. Las cosas negativas, si es que me da algun día por analizarlas, creo que lo más saludable es rechazarlas.

-Entre tus proyectos para el año próximo figura el regreso a la actuación. ¿Por qué sentís esa necesidad de volver al teatro?

-No hay ningun plan, todavía. Si vuelvo a la actuación, me gustaría hacerlo en el teatro, estuve un tiempo haciendo "Los miserables" en Broadway, en Nueva York, y, loco, fue fantástico. Estuve todas las noches presentándome para un público que no es el mío, un público diferente cada día, y hay que sudar para sacar todo en cada actuación, ante un público tan exigente como ese. Y eso me gusta, los retos, brother.

-"Asignatura pendiente", de Ricardo Arjona, que la cantaste recientemente a pedido de Marcelo Tinelli en "ShowMatch", te muestra en un tinte más político en las letras. ¿Te gusta moverte por esa zona o te sentís más afianzado en las canciones netamente románticas?

-Mi intención al cantar "Asignatura pendiente", honestamente, mi hermano, nunca fue entrar al mundo de la política, bastante con lo que estoy haciendo con mi fundación, que tengo que trabajar directamente con los políticos. Esa canción fue para mí un despertar porque puedo describir exactamente las transiciones por las que he pasado, personalmente hablando,¿no?, cuando de niño me convierto en adolescente y de adolescente a hombre, y todo esto pasó dentro de la carrera, frente a las cámaras y en los escenarios. Es un reencuentro con lo noble, con lo simple, con lo ingenuo probablemente, y la verdad que estoy agradecido por la forma en que Arjona ha puesto mi vida en poesía, de una manera u otra.

-El año próximo regresás a la Argentina, pero esta vez será para dar conciertos por el país, ¿esa gira comprenderá Rosario?

-Absolutamente, en marzo estaremos allá. Yo voy a hacer Buenos Aires, pero voy a Rosario, Córdoba, Mendoza, creo que Tucumán también, estamos cerrando las fechas, pero claro que nos volveremos a encontrar.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


cartelera
Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El músico confesó el giro que dio a su careera a partir del trabajo solidario con los niños.

Notas Relacionadas
Una estrella que no deja de brillar

Un trabajo intimista y sutil

Un día inolvidable para las fanáticas



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados