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 domingo, 03 de diciembre de 2006  
Debate. Para los ambientalistas no se respeta la ley. Los productores dicen que no existen irregularidades
Agentes provinciales relativizaron los abusos con plaguicidas en Las Petacas
Los funcionarios explicaron los alcances de la ley de fitosanitarios y justificaron el uso de agroquímicos

Luis E. Blanco / La Capital

Las Petacas. - Funcionarios de la Dirección de Sanidad Vegetal del Ministerio de la Producción, de las secretarías de Derechos Humanos y de Trabajo y de la Comisión Provincial del Menor y Erradicación del Trabajo Infantil participaron de una reunión con autoridades comunales y productores locales con el fin de tratar la problemática relacionada al mal uso de agroquímicos, su incidencia ambiental y en la salud humana.

En el encuentro, los agentes provinciales explicaron los alcances de la ley que regula la aplicación de plaguicidas así como las circunstancias que llevan al uso de químicos en las explotaciones agrarias y relativizaron los excesos y las conductas de riesgo que en varias oportunidades, denunció la agrupación Vecinos Autoconvocados Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam).

La temática de la reunión fue cuestionada por los autoconvocados quienes aseguraron que"minimizaron los excesos existentes porque ellos lograron confirmar sólo algunas anomalías".

Los funcionarios de Sanidad Vegetal reconocieron que "en la localidad no se hacen las cosas bien" y desarrollaron los alcances de la ley de agroquímicos. En ese contexto remarcaron que la autoridad que debe controlar el cumplimiento de la legislación "son los jefes comunales de cada localidad que, a su vez, deben emitir sus propias reglas para impedir abusos".

También dijeron que "los controles realizados en la región determinan que el 95 por ciento de las aplicaciones se hacen con máquinas de última tecnología con sistema satelital que da precisión en los lugares que se fumiga y que siempre debe hacerse a más de 500 metros del ejido urbano".


Respaldo fotográfico
Al respecto, los vecinos reivindicaron su postura y la respaldaron con fotografías de aviones sobrevolando la población, máquinas aspersoras -llamadas mosquitos- circulando por calles urbanas, almacenamiento de bidones de agroquímicos en el pueblo y acumulación de los mismos en el basural, a escasos metros de las viviendas.

"Los inspectores se amparan en que no encontraron irregularidades como la existencia de niños bandera. Entonces podemos decir que no hicieron bien su trabajo porque nosotros lo detectamos y lo confirmaron distintos medios de la provincia que obtuvieron testimonios", explicó Leonardo Alvarez, uno de los ambientalistas que denuncia públicamente desde hace meses.

"Sobre estas advertencias mediáticas nunca recibimos una denuncia y nunca se nos presentó una prueba médica que certifique que hubo contaminación en seres humanos por el uso de plaguicidas", dijo el inspector de Sanidad Vegetal Luis Antuña, quien estuvo a cargo de coordinar el debate.

Sobre ese punto, el vecino Lucas Baima, sostuvo que "es indignante que quieran conformar a la gente con esos argumentos. Son funcionarios del gobierno y deberían alertarse con el sólo hecho de conocer el problema como lo hicieron algunas organizaciones ambientalistas y defensoras de los derechos del niño. También es inaudito que pidan certificaciones médicas cuando desde los inicios de nuestros reclamos solicitamos que realicen análisis de sangre a vecinos de la localidad, especialmente a niños de sectores de riesgo y el gobierno mandó a varias reparticiones pero a nadie del Ministerio de Salud, que son quienes tendrían que ocuparse del tema. Quizás se deba a que tienen miedo de descubrir que la contaminación existe".

A su turno, los representantes de la cartera de Trabajo, Guillermo Reynares y José Luis Bermúdez, indicaron que luego de relevar la zona "no se comprobaron infracciones de las normativas de higiene y seguridad y tampoco a las leyes protectoras del trabajo infantil. Necesitamos que si alguien conoce que hay chicos banderilleros que lo denuncie al 0800 555 3346".


Necesidad de diálogo
Carlos Romero, de Derechos Humanos, informó sobre la asistencia relacionada con su cartera y destacó que "es conveniente que cualquier controversia se solucione a través del diálogo y el consenso y es recomendable denunciar las situaciones anómalas a la línea gratuita 0800 555 3348 y en forma anónima".

"Esta posición contrasta con lo que sostuvo Antuña que se escudó en que no tienen denuncia", remarcó Baima. El funcionario dijo en un claro desafío a quienes recurren a los medios que "para denunciar ante la Justicia hay que tener cojones porque te piden nombre y DNI, pero para hablar ante los medios, no te piden nada".

Una posición similar tiene el nuevo presidente comunal, Oclides Fessia, quien asumió el cargo hace dos semanas y dijo que "era necesario que nos juntáramos para ponernos de acuerdo y no proyectar una imagen de Las Petacas equivocada y lamentable sobre una realidad de contaminación que no existe ya que los productores de la zona están asesorados por profesionales y saben cómo usar los agroquímicos. Si alguien conoce alguna situación irregular debería denunciarla donde corresponde".

Para los autoconvocados, esa apreciación constituye un nuevo intento de "esconder la basura bajo la alfombra. No quieren oponerse a sectores productivos y saben que el problema existe pero se apoyan en que es muy difícil que un vecino denuncie a otro en un pueblo donde todos nos conocemos".

En términos generales, los jefes comunales evitan la confrontación con los productores ante el temor de interponerse en el sistema del que muchas veces forman parte y que además, representa el principal recurso económico del territorio santafesino.

La exposición del director de Sanidad Vegetal, Carlos Debona, también fue objetada por los vecinos petaquenses. "El gobierno envió a este hombre que es ingeniero agrónomo, se desempeña como funcionario y es productor agropecuario. Mientras esperamos que alguien nos pueda decir de una vez por todas si nuestra salud está en riesgo y cómo podemos resolver los abusos, este señor vino con palabras de apoyo hacia los productores y nos explicó lo que dice la ley de agroquímicos como si no supiéramos leer. Lo que no saben es que cuando ellos vuelven a sus oficinas en Santa Fe, se abre nuevamente el abismo entre la teoría de la ley y lo que nos toca vivir día a día".

"Los productores que no tienen escrúpulos -continuaron-, vuelven a fumigar cerca de nuestras casas, sin respetar límites y a circular con sus aparatos envenenados por las mismas calles que transitan nuestros hijos. Algunos, hasta fumigan de noche para que no los vean.

El objetivo es siempre el mismo, ganar más. No importa si el que se embroma es el vecino. Lo importantes es salvar la cosecha".


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Un vehículo llamado "mosquito" carga combustible en una estación de servicio del pueblo.

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