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 domingo, 03 de diciembre de 2006  
Bajo la lupa. La Justicia y Asuntos Internos investigan presentaciones hechas por un joven policía
Un cabo dice que lo amenazaron tras denunciar maniobras con adicionales
Sostiene que empresas cercanas a la comisaría donde trabajaba pagaban por dos agentes, pero iba uno

Luisa Roldán tiene 49 años y uno de sus hijos es cabo en la policía santafesina. Pero a la mujer eso no la llena de orgullo, sino que le provoca temor. "Mi hijo es una persona honesta. Tras presentar una denuncia ante la Fiscalía de distrito 12 en San Lorenzo y Asuntos Internos por irregularidades con los adicionales en Puerto San Martín (Unidad Regional XVII), empezaron a perseguirlo", cuenta en tiempo de denuncia la mujer. "Primero lo cambiaron de destino, después lo trasladaron a Cañada de Gómez (UR X) y ahora recibió una amenaza de muerte", explicó. "Todo esto arrancó en octubre y ahora mi hijo está con carpeta psiquiátrica", comentó.

El hijo de Luisa se llama Pablo César Morán. Tiene 27 años y desde los 19 emprendió su camino dentro de la policía santafesina. "Mi hijo siempre quiso ser militar, pero terminó en la policía", cuenta la mujer. Pero lo que más preocupa hoy a Luisa es la vida de su hijo. "El 10 de noviembre un compañero le avisó que le había llegado un anónimo que decía que cuando mi hijo fuera para Cañada de Gómez lo iban a boletear", explica.

Luisa charla mientras repasa las constancias escritas de las denuncias que su hijo realizó en la Fiscalía de distrito 12 de San Lorenzo y en Asuntos Internos de la policía provincial, en sus delegaciones norte (Santa Fe) y sur (Rosario). La madre del cabo cuenta que todo se inició el 12 de octubre pasado con una denuncia que hizo en la Fiscalía de San Lorenzo. "Mi hijo relató allí serias irregularidades con los adicionales en la comisaría 5ª de Puerto General San Martín, donde prestó servicio los últimos dos años", relató Luisa. "La denuncia quedó asentada en el expediente 1820/06", precisó.

Según cuenta la mujer, las empresas Bunge SA y Nidera contratan servicios policiales para brindar seguridad a las playas de camiones que tienen en Puerto San Martín. Ambas contratan los servicios diarios de dos policías. La primera, por 12 horas y la segunda, por 8 horas nocturnas. Estos servicios son cubiertos, en su gran mayoría, con uniformados y vehículos oficiales de la seccional 5ª de Puerto. "Pero nunca van los dos policías de adicional. Va uno solo con una moto. Y las empresas pagan por dos personas", relató.

De acuerdo a lo denunciado, tanto el jefe como el subjefe de la seccional 5ª como el titular de Orden Público (del que dependen todas las comisarías y seccionales) y la división Operaciones Policiales de la Unidad Regional XVII, tienen conocimiento del hecho. "Para cubrir al policía fantasma (que nunca va al lugar) hacen figurar en la planilla de adicionales personal que no hace ese tipo de servicio. Arman los papeles diciendo que en tal fecha de 19 a 7 de la mañana estuvo haciendo adicionales fulano de tal, que nunca estuvo en el lugar, porque en su lugar mandan la moto", comentó.


Policías "fantasma"
Consultada sobre cómo se puede comprobar la anomalía, confió: "Muchas veces hacen figurar como el policía fantasma a uniformados que están de guardia en la comisaría. Pero descubrir la maniobra es fácil. Hay que cotejar las planillas que van a la división Operaciones con el libro de guardia de la comisaría. Y ahí salta la estafa", explicó. La denuncia quedó radicada, además en Asuntos Internos delegación sur. Según comentó la mujer, cada empresa paga cerca de 10 pesos por hora de adicional.

Y a partir de ese momento, cuenta Luisa, arrancó la persecución hacia su hijo. "Hizo la presentación el 12 de octubre y el 13 lo sacaron de la comisaría 5ª y lo enviaron a un puesto a la intemperie, donde va a estar el Tribunal de Menores de San Lorenzo", rememoró. Y continuó contando que al muchacho primero le hacían cumplir una jornada de 11 horas y media, la mayoría de noche, día por medio. Y posteriormente cuatro horas todos los días, de la 1 a las 5 de la mañana.

Todo continuó de esa manera hasta el 10 de noviembre. Ese día, fue desafectado del servicio y le notificaron su traslado. Tenía que presentarse en la Jefatura de Cañada de Gómez, sede de la Unidad Regional X, por resolución 1804/06. Es decir, a unos 90 kilómetros de su antiguo destino. "Cuando le llegó el pase a Cañada, mi hijo se fue a la Fiscalía de San Lorenzo a preguntar cómo estaba la denuncia que había hecho", contó Luisa. "Lo atendió la doctora Magnessi y le dijo que la había mandado a archivar porque no se podía demostrar lo denunciado. Y era todo muy simple. Tenía que secuestrar las planillas y el libro de guardia de la comisaría", comentó con desazón.

Golpe tras golpe, para el cabo Morán la cosa no terminó ahí. "El mismo 10 de noviembre Alberto Martínez, dirigente de la gremial policial no reconocida Apropol, recibió un llamado anónimo en el cual le decían que cuando mi hijo viajara a Cañada de Gómez lo iban a matar en la ruta", contó Luisa.

Ante semejante amenaza, Morán fue a la Fiscalía de San Lorenzo donde, según cuenta su madre, no le quisieron tomar la denuncia. Entonces, llegó a la delegación Rosario de Asuntos Internos y dejó asentado lo ocurrido y también las irregularidades en los adicionales en Puerto San Martín. El 14 de noviembre, esa denuncia por amenaza de muerte se empezó a investigar en el juzgado Correccional número 7 de Rosario.

Finalmente, Luisa cuenta que su hijo no duerme y que está con carpeta psiquiátrica. Que le retiraron el arma reglamentaria, le impiden utilizar el uniforme y lo mandaron a trabajar. "La semana pasada fue a la Fiscalía 5 de Rosario para denunciar lo que le está pasando y no le quisieron tomar la denuncia porque correspondía a San Lorenzo. Fue a Fiscalía de Cámara y le dijeron que tenía que presentar un escrito y nosotros no tenemos dinero para pagar un abogado. Quisimos presentar en San Lorenzo un recurso de amparo en la Defensoría del Pueblo y no lo quisieron hacer. Y mi temor es que viajando hacia Cañada de Gómez a mi hijo lo maten", concluyó angustiada la mujer.
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