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 domingo, 26 de noviembre de 2006  
Declaración en apoyo a dos chicas santafesinas
La aprobó la Cámara de Diputados por la historia de prostitución de Romina Gamarra y Cristina Ojeda

La Cámara de Diputados santafesina declaró en su sesión del jueves su "profunda preocupación por la integridad de las jóvenes Romina Gamarra y María Cristina Ojeda", oriundas del barrio Barranquitas de Santa Fe, ante los confusos episodios que las vinculan con una red de trata de blancas que las habría mantenido secuestradas y obligadas a prostituirse en burdeles de tres provincias. Asimismo, los legisladores expresaron su convicción "de avanzar en la investigación de las denuncias, efectivizar las órdenes de captura para los sospechosos y brindar protección integral a las jóvenes y sus familias".

La declaración aprobada el jueves fue propuesta por los diputados de la Comisión de Derechos y Garantías de la legislatura y un texto de similares características se encuentra en el orden del día que la Cámara de Diputados de la Nación tratará el próximo miércoles a instancias de la socialista rosarina Silvia Augsburguer.

En los textos se pone de manifiesto la preocupación que despierta la experiencia vivida por Ojeda y Gamarra. Según reconstruyó la investigación judicial, Romina fue secuestrada por un vecino en enero de 2006 para explotarla sexualmente. Su primer destino fue un burdel de General Rodríguez, en Buenos Aires, donde estuvo un mes. Desde allí, el mismo captor la trasladó hasta la localidad cordobesa de Bell Ville, donde pasó por la misma degradante situación, y finalmente a un prostíbulo de La Banda, en Santiago del Estero.

Fue en este último lugar donde se encontró con María Cristina Ojeda, relató la muchacha en su denuncia, a quien conocía por ser vecina del barrio. Allí, gracias a la colaboración de un cliente ocasional, pudieron dar aviso al padre de Romina quien viajó para ayudarlas a escapar. "Lo relatado demuestra claramente la presencia de una red de tratas de mujeres con lazos en varias provincias y comportamientos mafiosos", dice la declaración de Diputados.

Cuando las jóvenes llegaron a Santa Fe empezó la segunda parte de la historia. Ambas se presentaron ante el juez Diego de la Torre a quien le relataron su derrotero. De allí partió la orden de captura para tres hombres identificados como Martín Chino Núñez, un primo de éste y de Juan Osuna. Pero ninguno fue detenido.


Con paradero incierto
El 6 de noviembre María Cristina desapareció nuevamente a pesar de la custodia que debía tener por orden judicial. Dos días después se presentó ante la fiscal Griselda Tessio y dijo que todo lo contado había sido una mentira y desapareció nuevamente. En tanto, Romina estuvo en un canal de televisión porteño donde ratificó lo ocurrido. Sin embargo, esta chica se desdijo la semana pasada y coincidió con su compañera de que había sido una farsa.

En el medio de dimes y diretes, ambas jóvenes cambiaron de abogados y fueron sus nuevos representantes quienes las acompañaron para sostener ante la Justicia que la historia "había sido inventada". Pero tras ello, nunca más se las volvió a ver y esto despierta inquietudes en distintos sectores políticos de la sociedad.

"No damos credibilidad a dichas rectificaciones. Suponemos que ambas jóvenes actuaron presionadas y tememos que terminen siendo las acusadas (por falsa denuncia). También nos preocupa la inacción gubernamental, la lentitud de las tramitaciones judiciales, la falta de garantías para las víctimas. Creemos que sus vidas están en riesgo", aseguraron los diputados.

Finalmente, los legisladores sostienen que "es evidente que estamos ante un caso de delito de trata de personas con fines de explotación sexual" y que "no hay justificativo posible para la impunidad de la que gozan los proxenetas. Lo que falta es voluntad de perseguir el delito".
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