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 domingo, 12 de noviembre de 2006  
Hezbolá causa una crisis política en Líbano
El grupo integrista exige un mayor número de puestos en el gabinete bajo amenaza de un estallido de violencia

Beirut. - El primer ministro del Líbano, Fuad Siniora, rechazó la renuncia que presentaron cinco ministros shiítas, los que dimitieron luego de que fracasara una ronda de negociaciones para superar la crisis política que han desatado los partidos de ese sector de la sociedad libanesa. Las renuncias ponen en riesgo al gobierno de Siniora, surgido en 2005 del proceso conocido como "Revolución de los cedros", que culminó en elecciones generales y la retirada de las tropas de ocupación sirias. El poderoso grupo shiíta Hezbolá presiona con las dimisiones para lograr un nuevo Ejecutivo en el que tenga una presencia determinante, mucho mayor a la actual.

Los ministros renunciantes son miembros de Hezbolá y del partido shiíta aliado Amal. La renuncia de los ministros augura un "futuro oscuro" para el Líbano, señaló una fuente gubernamental. Sin embargo, "la dimisión no tira abajo automáticamente al gobierno", aseguró. Más de ocho ministros deberían renunciar antes de que el gobierno de Siniora se vea obligado a disolverse. "Será difícil para Siniora designar nuevos ministros shiítas en el gabinete, que debe ser mitad musulmán y mitad cristiano", apuntó la fuente gubernamental.

Los líderes políticos libaneses suspendieron sin llegar a un acuerdo sus negociaciones para pactar una salida a la crisis política del país y evitar las manifestaciones potencialmente violentas convocadas por Hezbolá y otros grupos prosirios para "derrocar" al gobierno de Siniora.

Los líderes libaneses iniciaron hace una semana y bajo estrictas medidas de seguridad una serie de encuentros para desactivar la crisis que amenaza con desestabilizar otra vez el pequeño país, después de la guerra entre Hezbolá e Israel. El conflicto debilitó al gobierno prooccidental de Siniora y envalentonó a Hezbolá y a sus aliados, así como a Siria, "tutor" de Líbano hasta que se vio obligada a retirar sus tropas el año pasado bajo la presión popular e internacional.


"Minoría de bloqueo"
El principal escollo de las conversaciones es la exigencia de Hezbolá de formar un nuevo gobierno de unidad nacional. Hezbolá contaba hasta ayer con dos de los 24 ministros del gobierno libanés y se propone aumentar su poder político para asegurarse una "minoría de bloqueo". El Parlamento libanés, dominado por las fuerzas antisirias, ha rechazado esta alternativa si no obtiene garantías de la salida del presidente Emile Lahud, un protegido de Damasco. Se teme ahora el estallido de la violencia entre los sectores antisirios y los favorables a Damasco.

Un ulterior tema de tensión entre los partidos y facciones libaneses proviene de la investigación del asesinato del ex premier antisirio Rafik Hariri, cuya muerte desató la "Revolución de los cedros" a comienzos de 2005. El premier Siniora convocó a discutir el texto enviado este viernes por las Naciones Unidas sobre la conformación de un tribunal especial para juzgar a los imputados por el crimen de Rafik Hariri. Una investigación preliminar de la ONU señaló a altos cargos del anterior gobierno libanés prosirio y al régimen de Damasco como responsables directos del crimen de Hariri. Pero Siria recibió apoyo en la ONU de su aliada y protectora, Rusia.
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