Año CXXXVII Nº 49291
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 08/11
Página Solidaria 08/11
Turismo 05/11
Mujer 05/11
Economía 05/11
Señales 05/11
Educación 04/11
Autos 26/10

contacto

servicios
Institucional


 domingo, 12 de noviembre de 2006  
Venezuela radicaliza la recuperación de empresas
Trabajadores de ese país relataron la experiencia de las firmas autogestionadas en las tierras de Hugo Chávez

Claudio Berón / La Capital

El momento histórico que atraviesa Venezuela y que resquebraja sus estructuras muestra ahora una nueva arista, que en la Argentina no es novedosa en su concepción pero sí en la forma de llevarlo adelante: el fenómeno de las empresas recuperadas.

El dirigente obrero Pablo Comenzana, trabajador de la empresa recuperada Inveval y representante del Frente de Fábricas Recuperadas de Venezuela (Freteco), explicó en unas jornadas en la Facultad de Humanidades de Rosario el sistema de estas empresas y cómo el viraje al socialismo de la Revolución Bolivariana liderada por el presidente Hugo Chávez logró recuperar, en ese contexto, fábricas que fueron cerradas a comienzos de la década.

"Todo comenzó en diciembre de 2002, en ese momento la huelga empresarial y el paro petrolero contra el presidente Chávez hicieron que la producción en la empresa nacional Petróleos de Venezuela (PDVSA) fuera llevada a cero; en ese marco un grupo de trabajadores retomó la empresa y la puso a funcionar. Esto sucede en la refinería de Palito, cerca de Caracas y se produce un hecho inédito porque regresan a la empresa trabajadores jubilados y militantes", reseñó Cormenzana.

En ese contexto una serie de empresas, entre ellas la Constructora Nacional de Válvulas (CNV), pararon para apoyar el lock out patronal. "La Constructora Nacional de Válvulas es llevada al paro, su dueño, un hombre de los sectores del poder económico venezolano que además fue presidente de PDVSA, aprovechó el paro y dijo que las cosas no iban bien, al fin cerró el 9 de diciembre de 2002 y dejó a 120 trabajadores en la calle. Cuando el paro concluyó, en febrero de 2003 no abrió más y no pagó indemnización", historió el dirigente gremial.

Los avatares políticos de Venezuela desembocaron en un replanteo de las condiciones. "En diciembre de 2004 hay una desmovilización de los trabajadores de CNV y en enero de 2005 Chávez cambia el curso de la revolución bolivariana y en el foro de San pablo dice que la revolución debe virar hacia el socialismo", recordó Comenzana, para acotar que "en este marco, tanto CNV, que pasa a llamarse Inveval, como la pastera de papel Venepal, pasan a formar parte del Estado".

Los trabajadores de Venepal eran unos 400 y el dueño se declara en quiebra. Estos trabajadores en 2005 piden sus reivindicaciones y el Freteco convence a los obreros que pidan la expropiación de la empresa. El presidente Hugo Chávez expropia la fábrica y se conforma un capital mixto.

En Inveval hay 64 trabajadores y de momento la empresa no produce. En abril de 2005 se constituyó una empresa mixta en la cual el 49% de las acciones está en manos de la cooperativa de trabajadores y el 51% lo mantiene el Estado.


Problemas y mercado
En Argentina la experiencia de las empresas autogestionadas no es nueva. Pero en el país las empresas compiten en el mercado en similares condiciones que sus pares totalmente privadas. En Venezuela las "recuperadas" se manejan casi exclusivamente como proveedoras del Estado. "Venepal, la empresa recuperada de papel, le vende a los ministerios", apuntó Cormenzana.

En los mercados en que incursionan también difieren de sus pares argentinas. "La idea de exportar y jugar en el mercado externo no nos interesa", dice el venezolano.

Los problemas de estas industrias es que la figura que se planteó del capital mixto para ellos "no fue buena". Los trabajadores, se quejó, "reprodujeron las relaciones capitalistas, hubo problemas con trabajadores contratados y ahora desde el Freteco, que nuclea a unas 15 empresas, hemos pedido al Estado que asuma la totalidad de la acciones".

Sin embargo los obreros sostienen que "el control debe ser obrero y que el Estado venezolano garantice la producción de las distintas empresas".

Los salarios son iguales tanto para el presidente de la cooperativa como para el último obrero. "Los sueldos rondan los 300 dólares, un poco más de un salario mínimo, si se lo compara con un alquiler en las afueras de Caracas, que ronda los 100 dólares, la cosa no está mal", concluyó.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados