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 domingo, 12 de noviembre de 2006  
Por amor al fútbol. No existe una
Miles de jugadores salen a la cancha sin chequeos médicos
La muerte de dos aficionados en plena competencia dejó expuesta la falta de regulación que existe en este deporte

Claudio González / La Capital

En Rosario hay más de 10 mil futbolistas aficionados de entre 20 y 55 años que concurren todos los fines de semana a disputar torneos de fútbol libre en ligas independientes o de clubes reconocidos de la ciudad sin control de aptitud física.

Si bien se muestran como ejemplos fortuitos, dos casos de muerte súbita ocurridos en estos espacios de recreación dejaron expuesto el vacío que existe en cuanto a la falta de una regulación específica de esta actividad deportiva. Y aunque las instituciones deben inscribirse en reparticiones públicas de la provincia y la Municipalidad, no hay norma que los obligue a llevar un registro sobre la salud de sus asociados. De las casi 10 ligas amateurs que existen actualmente, solamente en un caso se exige la presentación de un certificado médico.

La muerte del vicepresidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Máximo Bressan, en el country del Jockey Club de Rosario el último fin de semana dio la luz de alerta. Inmediatamente, en los Tribunales provinciales se inició una investigación de oficio para determinar si existen normas de control sobre la salud de los deportistas amateurs.

De todos formas, el fallecimiento de Bressan no fue el único que sacudió en estos últimos tiempos a quienes participan de estas ligas. El primer sábado de octubre otro futbolista amateur de 55 años falleció mientras disputaba un partido interno del Club Atlético Provincial. El hombre participaba en la categoría Supersenior que reúne jugadores de 55 años o mayores, en una competencia en la que intervienen 2.320 deportistas, que compiten en 116 equipos.

Si bien hay que aclarar que se trata de torneos privados donde los interesados concurren por propia voluntad a despuntar el vicio del deporte más popular del mundo; se debe tener en cuenta que estas competencias se han convertido en un verdadero fenómeno masivo, donde hombres con distintas actividades llegan después de una semana agitada de trabajo a distraerse con amigos, pero desprovistos de un adecuado control sobre el funcionamiento de su organismo para encarar las exigencias de la actividad.

Las edades de estos deportistas no son un dato menor. Según los especialistas, a partir de los 35 años se está más expuesto a los descompensaciones cardíacas derivadas de diversos tipos de factores: estrés, tabaquismo y colesterol elevado, dan señales de que el cuerpo está cambiando y que necesita más atención.

Aun así, en Rosario no existe una norma específica que obligue a los responsables de estos eventos a pedir a los asociados un registro sanitario de aptitud física (ver aparte). La ordenanza solamente tiene injerencia en los actividades federadas y otra reglamentación del ámbito municipal propende al control sanitario de los concurrentes a los cerca de 80 gimnasios de la ciudad.

Fuera de esta órbita quedan los mencionados torneos, las canchas de fútbol 5, escuelas de tenis y multitudinarias maratones pedestres. Por mencionar sólo algunas de las tantas actividades que reúnen a miles de deportistas aficionados.


A jugar, sin chequeo
Según un relevamiento hecho por La Capital, en casi todos los predios donde se disputan torneos libres de fútbol existe una guardia con un médico (en algunos casos solamente son enfermeros de empresas de emergencias) que asisten al jugador cuando padece una lesión. Pero, por regla general, ninguno exige un certificado médico antes que los competidores salgan a la cancha.

El Club Banco y Seguros que reúne a unos 2.500 competidores, contempla en su reglamento la entrega de un informe médico a principio de año. Pero es el único caso.

En el Country de Funes, donde hay unos 1.300 jugadores, no se piden certificados de aptitud psicofísica. Sí hay una enfermería con un médico en todo momento. El mismo método utilizan otros, como el torneo interno de Club Atlético Provincial, con casi 2.500 inscriptos; en el Club Fisherton, con 1.800; o el Jockey Club, con más de 1.000 jugadores.

Otros torneos tienen menor cupo como Chirquitas (ex Area 18), San José, Judiciales, o Latinoamericano. Son competencias que se disputan durante todo el año, con espacios físicos fijos y con una población estable que puede ser evaluada, si existiera control

Según cálculos de los responsables de algunos torneos, entre todos los predios pueden sumar unos 10 mil futbolistas aficionados que cada fin de semana participan de los torneos.

Alfredo del Río (hijo) es cardiólogo y forma parte de una organización latinoamericana denominada Glumus (Grupo de Lucha conta la Muerte Súbita). La entidad ya lanzó algunas campañas de prevención en maratones, estadios de fútbol, escuelas y centros recreativos; pero el profesional advirtió que esto no alcanza para disminuir las 50 mil personas que padecen muerte súbita por año en Argentina.

"Vamos a seguir golpeando la puerta de legisladores y gobernantes para instrumentar un plan de concientización con acciones de prevención coordinadas, aunque no hay mucho interés en la clase dirigente política", señaló del Río.

En este sentido, el médico consideró que la existencia de una norma que obligue a la realización periódica de controles de salud a los deportistas amateurs "es importante ya que los chequeos médicos regulares hay que realizarlos".

Además, destacó la oportunidad de actuar con una red rápida y eficiente de atención ante los accidentes. Y en este punto remarcó las políticas de los países desarrollados que "en los lugares donde se reúne mucha gente como canchas de fútbol, gimnasios, escuelas, clubes o aeropuertos cuentan con desfibriladores portátiles". Mediante un choque eléctrico, estos aparatos despolarizan las células del corazón para que vuelva a latir "ayudando a salvar muchas vidas", apuntó el cardiólogo.

Así, promoción, prevención y tratamiento rápido ante las contingencias, parece ser la la táctica para acompañar la actividad deportiva amateur.
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Los torneos del Country de Funes reúnen unos 1.300 jugadores.

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