Año CXXXVII Nº 49277
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 25/10
Página Solidaria 25/10
Turismo 22/10
Mujer 22/10
Economía 22/10
Señales 22/10
Educación 21/10

contacto
servicios
Institucional


 domingo, 29 de octubre de 2006  
El enroque de funcionarios disparó especulaciones y una curiosa teoría
Lifschitz movió el tablero y generó rumores por los cambios en el gabinete
La explicación oficial se enfoca en el transporte. Otros hablan de una demostración de fuerza dentro del PS

Walter Palena / La Capital

La última movida del gabinete municipal promovida por el intendente Miguel Lifschitz dejó una estela de especulaciones que las explicaciones oficiales no han logrado despejar.

"No hay segundas lecturas, se trata de un reacomodamiento de funcionarios", dijo a La Capital el secretario de Gobierno, Juan Carlos Zabalza. "Se trata de un corrimiento lógico" en el equipo municipal, expresó el jefe de la bancada oficialista en el Concejo, Horacio Ghirardi.

Más allá de las argumentaciones que buscar evitar la entrelínea, varias fuentes consultadas por este diario coincidieron en afirmar que los cambios en el gabinete municipal son una demostración de poder de Lifschitz hacia dentro y fuera del Partido Socialista (PS).

Si bien ninguno de los funcionarios alcanzados por los cambios fue desplazado del todo de la estructura municipal, algunos creen ver premios y castigos en la reciente movida.

El enroque entre Gustavo Asegurado (ahora secretario de Hacienda) y Carlos Fernández (pasó de ser el titular de la cartera económica a director del Banco Municipal) es interpretado como un "gesto fuerte" de Lifschitz hacia el interior del partido, sobre todo en un año electoral donde el PS se juega la continuidad del poder en Rosario y la posibilidad de acceder a la Gobernación santafesina.

"Fernández ficha con Binner y Asegurado con Lifschitz. Es lo único que puedo decir, o quizás lo dije todo", soltó, casi con culpa, un conocedor de la soterrada interna socialista.

El traspaso de Fernández de Hacienda al Banco Municipal no se trata, en rigor, de un traslado sino de un regreso. Y es aquí, dicen, donde comienza a tallar el otro nombre en cuestión: Gustavo Perrone, quien mudó de la titularidad de la entidad bancaria y ahora pasará a manejar la Sociedad del Estado Municipal para el Transporte Urbano de Rosario (Semtur).

La explicación oficial sobre el nuevo destino de Perrone es que el municipio quiere jerarquizar y darle mayor autonomía al ente estatal de cara al proceso licitatorio que encarará la actual administración.

Otra muy diferente es la que sostiene que Perrone tuvo serias diferencias con el manejo del sector sindical (que también forma parte del directorio) personificado en la figura del gremialista José Barraza, sobre todo en la etapa que culminó con la reciente capitalización de la entidad.

La vuelta de Fernández al Banco Municipal, entonces, reforzaría dentro del directorio el vínculo entre los funcionarios municipales y la parte gremial, una relación que se habría desgastado en la gestión de Perrone.


Arbol escondido
Esta movida en la tríada de nombres (Asegurado-Fernández-Perrone) se conoce como la "teoría del árbol escondido", aquella que sostiene que para esconder un árbol no hay mejor lugar que un bosque. Verbigracia: Lifschitz, para no dejar expuesto a un sólo funcionario, cambia a tres y hace una serie de movimientos que se pierden en la dinámica del enroque.

"El problema no es el vínculo entre Fernández y Binner; la verdadera cuestión de estos cambios está en el Banco Municipal, pero Lifschitz la disfrazó de renovación de gabinete", amplía la fuente, dándole entidad a la teoría del árbol escondido.

Otra fuente consultada por La Capital abona la original teoría, pero la centra en la Secretaría de Hacienda. "En realidad, lo que hizo Lifschitz fue blanquear una situación que se estaba ejerciendo de hecho", comenta el hombre con vasta experiencia en los pasillos del Concejo Municipal.

Según el informante, Fernández era un secretario de Hacienda "virtual", dado que todo el poder lo ejercía Asegurado, el vice del área, y que ahora pasó a comandar las finanzas del municipio.

Dicen que cuando los funcionarios debían recurrir a las comisiones del Concejo para dar cuenta o explicar cuestiones relacionadas a los números oficiales, Fernández nunca comenzaba una reunión sin la presencia de Asegurado. "Cuando se los ponía en aprieto por alguna pregunta, el que contestaba era Asegurado y no Fernández", resumió la fuente.

Pero aquí no terminan las especulaciones. Hay otra que es de carácter estrictamente político electoral. Lifschitz, tironeado por el binnerismo y Giustiniani, no tendría "entusiasmo" para encarar una reelección y preferiría un sitio en la lista de diputados nacionales. Y que mejor gesto para marcar territorio que colocar al frente de las finanzas municipales a un hombre de su entera confianza, como Asegurado.

"Eso es relativo, porque Fernández también es un hombre de su confianza. La clave de las movidas están en el transporte y la Semtur, un tema sensible para los rosarinos en un año electoral", dijo una fuente con cierta llegada a Lifschitz, quien, no obstante, lanzó un risita nerviosa cuando se le comentó sobre la teoría del árbol escondido.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El intendente Miguel Lifschitz sacudió el gabinete municipal de cara a un año electoral.



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados