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 domingo, 29 de octubre de 2006  
Absuelven a una mujer que mató a su pareja en defensa legítima
Para la Justicia, la reacción de la joven "no fue desproporcionada" en relación al ataque sufrido

Una mujer que estaba procesada por el homicidio a cuchilladas de su pareja fue puesta en libertad por un tribunal que consideró que la chica actuó en legítima defensa para poner fin a una violenta golpiza luego de que el hombre la amenazara de muerte. La joven de 24 años estuvo cinco meses detenida por matar a su concubino tras una discusión que mantuvieron en la humilde casa de la zona oeste que compartían, donde ella sufría frecuentes maltratos por parte de su pareja. Al punto que esa noche le pidió a una amiga que no la dejara sola por temor a que se repitiera el castigo que el hombre le proporcionaba cuando se emborrachaba.

Los episodios de violencia que sufría Cecilia Carolina Ferreyra fueron tenidos en cuenta por los jueces de la Sala IV de la Cámara Penal como un factor de peso para comprobar que actuó amenazada y atemorizada cuando apuñaló a su pareja. Los camaristas se pronunciaron así al revisar el procesamiento que le habían dictado en primera instancia por el homicidio de Juan Roberto Maldonado, de 32 años, quien era su pareja cuando la noche del 11 de abril pasado ella le clavó un pequeño cuchillo de cocina en el pecho y le provocó algunos cortes en los brazos. El hombre murió dos días después y a la joven la apresaron en la casa de su mamá.

En el mes de julio pasado, fue procesada por el homicidio de su pareja en el juzgado de Instrucción Nº 12, a cargo de Mónica Lamperti. Pero la defensa de la chica apeló la decisión ante la Sala IV de la Cámara Penal. Planteó que la joven actuó en legítima defensa ante el ataque a golpes de puño que estaba sufriendo por parte de su pareja, y que esto además la sumió en un estado de emoción violenta. Basó su planteo en los dichos de algunos testigos, sobre todo una amiga de la pareja que les daba alojamiento en su casa y que presenció lo ocurrido. Sugirió, además, que se solicitara el registro de antecedentes de la chica para verificar que no es una persona "peligrosa".


El agobio
Que la joven ultimó a su pareja nunca estuvo en discusión: ella misma admitió haberlo apuñalado, cansada de los golpes que él le efectuaba cuando se emborrachaba. Varios testigos señalaron en la causa que Maldonado era una persona "de carácter violento cuando se emborrachaba y drogaba" aunque "cuando no estaba ebrio era una persona pacífica".

Por esto, los jueces Guillermo Fierro, Rubén Jukic y Antonio Paolicelli consideraron probado que Maldonado "era un golpeador, que tenía intimidada" a la mujer. Así, la situación de violencia de género que precedió al crimen fue un factor que los jueces contemplaron al comprobar que la chica reaccionó a un ataque previo.

La amiga que presenció la última discusión de la pareja contó que ese día la víctima "había ingerido varias cajas de vino" y que Cecilia, atemorizada, le pidió por favor "que no la dejara sola con Maldonado". Desde el cuarto de al lado, la mujer escuchó cuando ambos empezaban a discutir y que él la amenazaba diciendo que la iba a matar. Se acercó a la habitación de la pareja y observó cuando él le pegaba un cabezazo en la frente para luego "perseguirla y golpearla en todo el cuerpo". Entonces la chica agredida fue a la cocina y buscó "un cuchillo sin serrucho" que le clavó en los brazos y el tórax. Cuando logró que el hombre dejara de golpearla se fue corriendo a la calle. Fue su amiga quien llamó a la policía, al ver a Maldonado manchado con sangre. El hombre murió dos días después en el Hospital de Emergencias.

Ante ese relato, los jueces concluyeron que "no fue desproporcionada" la reacción de la chica, teniendo en cuenta la contextura física de su pareja (que pesaba 95 kilos y medía 1,81 metro), su "marcada agresividad cuando estaba borracho o drogado" y el hecho de que previamente la había amenazado con matarla.

"Ante la golpiza (la mujer) reaccionó valiéndose del medio que tenía a su alcance, un pequeño cuchillo de cocina. Hubo un peligro concreto, grave y actual hacia su integridad física y una agresión ilegítima que la habilitó a defenderse", observaron los camaristas.
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