Año CXXXVII Nº 49277
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 25/10
Página Solidaria 25/10
Turismo 22/10
Mujer 22/10
Economía 22/10
Señales 22/10
Educación 21/10

contacto
servicios
Institucional




 domingo, 29 de octubre de 2006  
El cazador oculto: "El coqueteo con el artista más deseado"

Ricardo Luque / Escenario

Se hizo rogar, pero finalmente dio el "sí". Como una chiquilina histérica, que se insinúa, mira de reojo, sonríe, pero cuando llega el momento de la verdad dice "no", Rosario coqueteó con Ricardo Arjona durante varios meses. Lo quería más que a nadie más, pero cuando tenía que arriesgarse daba un pasó atrás o al costado o salía huyendo, como un chico enamorado que sueña con una gran oportunidad y cuando la tiene no sabe qué hacer, se pone colorado, balbucea un par de frases tontas y parte raudo y veloz en busca de un lugar a donde esconderse. Peor no fue pánico escénico lo que privó a la ciudad de sumar a su cartelera al artista latino del momento, al hombre que batió el récord de conciertos en el Luna Park, cantándole a las mujeres de cuatro décadas sin sutilezas. Nada que ver. La verdad es otra, muy distinta y, hay que decirlo, un tanto decepcionante. Porque si no se confirmó antes la fecha del show del guatemalteco no fue, como hubiera sido deseable, por las dudas que despertaba en los empresarios locales la respuesta que su propuesta podía tener entre los rosarinos. Nadie tuvo dudas de que esas canciones melosas, con letras de dudoso gusto, que Arjona vende como pan caliente aquí, allá y en todas partes, también tienen compradores, y muchos, entre los rosarinos. Una desgracia. Porque, hay que admitirlo, hubiera sido realmente alentador enterarse de que no hay público para "De vez en mes". Pero no es así. La verdad es que la lírica pueril de temas como "Pingüinos en la cama" o "Para bien o para mal" o "Primera vez" tiene fanáticos dispuestos a pagar el precio de una entrada para escucharlos de los labios de su autor. Y aún siendo así hasta último momento hubo una gran incertidumbre sobre el show de Arjona en Central. ¿Un repentino ataque de buen gusto de los productores de espectáculos? No. Para nada. Es bien sabido que, cuando se trata de engordar la taquilla, les importa poco si la alimentan con caviar o con polenta. Y el plato que prometía la cocina guatemalteca era tentador. Rico en calorías, pero (y ete aquí el dilema) no barato. Para servirlo a la mesa había que desembolsar una buena suma y a los buenos muchachos del show bussiness les cuesta meter la mano en la billetera. Y no lo hicieron, al menos los más experimentados en el rubro no lo hicieron, les faltó coraje. Pero hubo quien lo tuvo. Para bien o para mal.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


cartelera


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados