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 domingo, 29 de octubre de 2006  
El Incaa le donó los equipos y mañana proyecta "Patoruzito II"
Vuelven las películas al cine Diana
Retomará las funciones infantiles de los sábados y lanzará un ciclo solidario de cine para escuelas

Carina Bazzoni / La Capital

"Reabre la sala del barrio" promete un cartel instalado en la esquina de avenida del Rosario y Lituania. Las puertas del cine Diana están cerradas, pero contrariamente a lo que podría pensarse, adentro la actividad es intensa: ya se repararon techos y desagües, se pintaron las paredes y se está terminando de recambiar el cielorraso.

Este fin de semana la sala estará completa, llegará un proyector, un reproductor y un amplificador de sonido que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) donó a la comisión de vecinos que hace dos años se puso al frente de la recuperación del emblemático biógrafo cerrado en 1972. La noticia de esta donación tiene, además, especial trascendencia, ya que con ella el Incaa lanza a nivel nacional su Espacio Solidario.

Mañana, a partir de las 17, todo el barrio Saladillo estará de fiesta. El Diana estrenará sus nuevos equipos con una celebración que comenzará en la calle con la actuación de murgas, zancudos, magos y malabaristas. Después será el acto formal: con la presencia de autoridades, corte de cintas, actuación de artistas del barrio y la proyección de "Patoruzito II. La gran aventura".

"Vamos a cambiarle la cara al cine", aseguran orgullosos Alfredo Monzón, Peti Leguiza y Carmen Pagliari, tres miembros de la Asociación Amigos del Centro Cultural Cine Diana que pelearon desde el principio la recuperación de la sala.

Con los nuevos equipos, no sólo se podrán retomar las funciones infantiles de los sábados, que se habían suspendido hace casi un mes por falta de presupuesto para alquilar el proyector, sino también sumar otras actividades, como la concreción de un ciclo de cine para escuelas y otro de cortos de realizadores rosarinos, entre otras propuestas.

Esto implica todo un salto. "Antes estábamos muy limitados y la exhibición de cada sábado dependía de cuánto se había recaudado durante la semana anterior, porque más de una vez tuvimos que sacar plata de nuestros bolsillos para pagar el alquiler de los proyectores", recuerda Leguiza.

volvió a quedar vacío. El cinematógrafo había cerrado sus puertas en el 72 y, de ahí en más, se había convertido en un depósito mayorista de alimentos, una carnicería, una brasería y hasta un garaje.

"Cuando volvimos a entrar al cine no podíamos creer lo que veíamos -asegura Monzón-, estaba todo destruido. No quedaban las puertas, ni los mármoles y las rejas de bronce de la boletería, ni las butacas. No había nada".

Pero eso no les impidió ver todo lo que podían hacer: pidieron donaciones, armaron rifas, cenas, sorteos, gestionaron ante la Municipalidad un subsidio para alquilar el edificio, ante el Concejo la compra de asientos y, ahora, a través del diputado nacional Agustín Rossi, lograron que el Incaa les ceda los equipos.

Así, en enero del 2004 arrancaron con la exhibición de películas para niños, a lo que sumaron una serie de talleres de cuidadores de ancianos, plástica, tango, canto y acrobacia sobre tela, entre otros. Monzón, Leguiza y Pagliari todavía se emocionan cuando recuerdan esas primeras funciones: "La gente ya había entrado a la sala y nosotros nos quedamos en el hall, escuchando los murmullos, la música y las voces de los actores. Por un momento sentimos que el tiempo había vuelto atrás, que éramos todos mucho más jóvenes y empezamos a llorar", aseguran.

Los chicos, con sus sillitas y almohadones tirados en el suelo (porque en ese momento todavía no había butacas) permanecían al margen de esas historias. "Muchos era la primera vez que iban al cine y, algunos, hasta salieron corriendo cuando se apagó la luz. Sólo con eso nosotros sentimos que habíamos cumplido nuestro objetivo: darle a los chicos las mismas posibilidades de vivir todas las cosas que nosotros vivimos en el cine", señalan los miembros de la asociación cultural. Y rápidamente advierten que esa nueva historia aún está comenzando.
Carnicería, brasería y garaje
Los vecinos decidieron sacar al Diana del olvido hace cuatro años, cuando el edificio de avenida del Rosario y Lituania
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Los impulsores de esta "patriada" quieren revivir los años de esplendor.

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