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 sábado, 07 de octubre de 2006  
De aprobarse la nueva ley de educación nacional este año, a partir del 2007 el actual sistema dará paso a una secundaria obligatoria
Poco exigente, básico y sin contenido, así ven los alumnos al polimodal
Tienen entre 16 y 18 años, aseguran que falta una escuela con programas claros y profesores que dicten materias para las que se formaron. Se quejan de las horas libres y de la ausencia de interés que perciben a la hora de enseñar y aprender

Marcela Isaías / La Capital

Piden una escuela con propuestas, que los motive y donde las exigencias lleguen de la mano de programas claros, que los preparen para la universidad, para la vida y para enfrentar situaciones cotidianas. Las críticas más duras llegan para los planes de estudio, a los que definen como básicos; luego siguen con los profesores: se quejan de las horas libres, las pocas exigencias y que dicten clases de materias para las que no se formaron. No participaron del debate por la nueva ley de educación nacional, aunque aseguran que lo que saben es porque "lo escucharon", o algún profesor lo comentó en la clase. Estas son algunas de las definiciones que un grupo de alumnos de distintas escuelas hacen del polimodal, una estructura creada a la luz de la ley federal, y que de aprobarse la nueva norma de educación nacional pasará a la historia.

Tal como se conoce, el anteproyecto de ley de educación nacional busca volver a la primaria y a la secundaria, extendiendo la obligatoriedad a esta última y manteniendo distintas orientaciones. Mientras estas definiciones terminan de tomar forma, un grupo de jóvenes -convocados por LaCapital- que pertenecen a escuelas públicas y privadas, y transitan los últimos años del polimodal, ya tiene su veredicto sobre la escuela que quieren y acerca de qué hay que cambiar. Son Victoria Gabosi, Jimena Casals, Leticia Galarza; Maximiliano Montaño, Mauro Ferrero Drati, Francisco Orell, Adrián Luna y Maximiliano Ojeda.

La primera mirada se detiene en los planes de estudio del polimodal, del que dicen que "no los prepara para la vida universitaria", que "faltan contenidos en las materias" y que les gustaría "salir de la escuela sabiendo un poco más". Y llegan los ejemplos. Una de las alumnas, que cursa la modalidad economía, asegura que poco y nada ha dado de cultura general, y que si bien está en sus planes seguir ingeniería industrial le hubiese gustado saber más de historia. Otro estudiante, de humanidades, recuerda que en su orientación aún historia no se dicta en el tercer año. Y dos alumnos de escuelas técnicas afirman que las clases de taller están ausentes.

Para otra de las jóvenes, "la ley federal es la responsable del fraccionamiento que se vive en el sistema"; también afirma que "falta relación entre lo que se dicta, además de preparación para conectarse con la vida laboral y social".

La idea de seguir una carrera universitaria está en los planes de estos chicos, por eso insisten en señalar los temores que les plantea: "No estamos preparados para presentarnos a un tribunal examinador, tampoco para seguir el ritmo de estudio que impone la facultad": Para eso proponen "un cambio gradual".

Por añadidura, llega a este debate la relación que mantienen con el estudio. Primero aseguran que "todos los años dan lo mismo", que se pretende "una especificidad en las modalidades que luego queda en la nada" y que "no nos enseñan a estudiar". Sin embargo, a la par que se quejan del sistema, son críticos con ellos mismos: "Hay un desinterés por estudiar, sin esforzarte tanto sabés que pasás. Falta un incentivo para tomar los libros. Lo que nos enseñan no llama la atención y es muy básico".

-Y ustedes ¿cuánto tiempo le dedican al estudio por día?

Ante la pregunta, primero llegan las risas, después aparece la primera respuesta: "Poco y nada". Alguien completa: "Depende de la materia y el profesor", y otro dice: "Con estudiar o leer algo para las pruebas ya sabés que aprobás". Reconocen que el planteo no es el ideal, que en todo caso lo que demandan es una escuela exigente. "Pero no exigir por exigir, lo que falta es una escuela que antes de exigir proponga. Nosotros tenemos que tener en claro cuál es la planificación que nos proponen para que ésta se cumpla", advierte una de las chicas.

Para uno de los alumnos de la ex Técnica de Pueyrredón y Tucumán, "para que haya interés para estudiar y terminar el secundario debe haber algo al final esperándote. Imaginate qué iba haber en los noventa, ahora al menos se habla de industrias".


Pensar en el futuro
Igual coinciden en que sin educación no hay futuro. Por eso valoran la idea de hacer un secundario obligatorio. Aunque señalan que hay que mirar la propuesta de manera global, integrando proyectos educativos con una economía que garantice el acceso y la permanencia en las aulas. Y son muy gráficos: "No se puede pensar en el secundario obligatorio cuando la mitad de la población vive en la pobreza". Citan, como ejemplo, a los compañeros que abandonan porque deben ir a trabajar para ayudar a sus familias o bien porque no encuentran en las aulas un futuro prometedor. Al margen de las críticas, para ellos la escuela es el seguro para "pensar el futuro".

Y la visión de los chicos no es errática: en la Argentina los datos oficiales indican que 4 de cada 10 adolescentes están afuera de la secundaria. A estos datos se suman los de la provincia de Santa Fe, donde la mayor tasa de repitencia se da en el 8º año de la EGB y en el 1ero. del polimodal, donde un 13 por ciento de los chicos repite. El dato no es menor, porque la repitencia escolar en esta franja de edades constituye en muchos casos la antesala a la exclusión.

En Santa Fe, la matrícula de alumnos del tercer ciclo de la EGB y el polimodal suma 304.942 chicos; poco más de 100 mil pertenecen al polimodal.

La implementación del polimodal (en Santa Fe arrancó en el 2000) significó armar un rompecabezas de nuevas materias para atender a los planes de estudio que cada escuela salió a ofrecer a los potenciales alumnos, y además no dejar sin trabajo a cientos de profesores. Hoy se sabe que el resultado de tal ajuste significó que convivan en Santa Fe más planes de estudio que escuelas. ¿Y cómo se vive esto a diario en las aulas? "Tenemos profesores que no están preparados para las materias que dictan. Por ejemplo, una docente de historia enseña economía y comunicación, nada que ver con su formación y eso se nota", dicen los chicos. O bien se preguntan: "¿Qué tiene que hacer un docente de economía dando clases de plástica?".

En este sentido, las propuestas de los chicos pasa por contar con materias "con contenidos", "aprender de todo", "trabajar con la actualidad" y que "los programas de estudio se adapten a lo que nos pasa a nosotros".

La cantidad de horas libres, reiteradas faltas, llegadas tardes y la falta de interés que muestran muchos docentes también entran en el terreno de las preocupaciones: "Muchos profesores sólo cumplen horas en la escuela, se les nota la falta de interés por enseñarnos", comentan. "Faltan mucho y tenemos muchas horas libres", dicen los chicos de las escuelas públicas, no así las alumnas del colegio privado, que aseguran que si hay faltas, éstas son siempre cubiertas por reemplazantes.

Las horas libres en las escuelas oficiales significan una gran desventaja para los estudiantes. Uno de ellos pone un ejemplo que vive por estos días: "Nosotros hace tres semanas que no tenemos filosofía, porque la profesora se tomó licencia y no pusieron reemplazante".

Para algunos chicos, las horas libres las viven aun con los docentes en el aula: "Llegan tarde y antes de dictar clases hablan por celular". Y si bien se sabe que ésta no es la imagen generalizada, es también parte del panorama que los estudiantes proponen cambiar.

Para ellos es muy importante la relación que puedan tener con los directivos. "Nuestra escuela es chica, tenemos mucho diálogo con los directivos", dicen estudiantes de Villa Gobernador Gálvez. En general todos rescatan el papel de los vicedirectores: "Nos conocen, nos llaman por el nombre y hablan con nosotros". Para otros chicos, la figura directiva es todavía una incógnita: "Tenemos una directora nueva, que asumió este año, pero todavía no se presentó a los alumnos", cuenta uno de los alumnos.

La charla se extiende por la participación en los centros de estudiantes, un tema incipiente para muchos, inexistentes para otros y de gran interés para algunos. "Esto es el reflejo de lo que pasa en la vida política en general", apunta uno de los jóvenes.

Con miradas diferentes y coincidentes sobre cómo viven el polimodal, el acuerdo generalizado pasa por ahora en proponer una escuela que les despierte el interés, les proponga cambios y les exija con sentido, porque aseguran que por ahora esta escuela "está en el medio de la nada".
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Leticia, Adrián , Maximiliano, Jimena, Victoria, Mauro(sentados), Maximiliano y Francisco(de pie); proponen una escuela secundaria que despierte más interés por estudiar.

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