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 lunes, 11 de septiembre de 2006  
Conflicto. El gobernador Gerardo Zamora dice que no se trata de un reclamo salarial y denunció apología del delito
Exoneran a 155 policías santiagueños tras seis días de autoacuartelamiento
Miles de manifestantes se enfrentaron a los huelguistas y quemaron un auto frente a la Jefatura

El gobernador Gerardo Zamora santiagueño exoneró ayer a 115 policías considerados "cabecillas" del autoacuartelamiento iniciado hace seis días por reclamos salariales en la Jefatura de la ciudad capital.

Tras el anuncio del mandatario, unas diez mil personas se concentraron frente a la Jefatura. Un grupo de los manifestantes provocó serios incidentes. Anoche se seguía negociando una salida al conflicto.

El mandatario anunció en las primeras horas de la tarde el pase a disponibilidad de 115 policías considerados, junto con un grupo de efectivos jubilados, los "cabecillas" de la huelga y el autoacuartelamiento en reclamo de un fuerte aumento salarial, entre otras reivindicaciones.

Tras el anuncio comenzó a concentrarse un importante número de manifestantes convocados por el gobierno para repudiar la medida de fuerza policial, lo que en poco tiempo derivó en incidentes, cuando un grupo lanzó piedras y rompió vidrios del edificio de la Jefatura.

Poco después, efectivos "rebeldes" lanzaron gases lacrimógenos desde las ventanas hacia la multitud provocando una violenta reacción que incluyó el incendio de un automóvil policial estacionado en el lugar.

Un pequeño grupo de encapuchados intentó abrir la puerta principal del edificio de la Jefatura empujando el vehículo en llamas.

Si bien no lograron su objetivo, la puerta de hierro quedó muy dañada lo mismo que la mampostería de la fachada, ya que el vehículo fue incendiado bajo el pórtico de entrada al antiguo edificio.

Aparentemente, dos agentes resultaron lesionados cuando los manifestantes arrojaron elementos contundentes contra el edificio, dijeron fuentes policiales.

En medio de los incidentes llegó al lugar el vicegobernador Emilio Rached y aseguró que iban a liberar la calle porque los autoacuartelados se retirarían del edificio ocupado. Sin embargo, esa información fue desmentida por voceros del millar de huelguistas que se mantenían en la Jefatura.

A pesar de que el gobierno nacional envió unos 200 gendarmes a la provincia, éstos no intervinieron para controlar los desmanes.

Además de exonerar y sumariar a 115 efectivos, que dejarán de percibir sus salarios, Zamora decretó la emergencia de la policía e instó a los rebeldes a deponer su actitud.

El mandatario afirmó que los reclamos salariales de los huelguistas son "exorbitantes" y los acusó de "apología del delito" porque uno de sus líderes admitió que eran "delincuentes por necesidad" y dijo que pedían coimas por los bajos haberes que perciben.

Precisó que los rebeldes son efectivos que "lamentablemente, lo ha dicho el propio líder, son delincuentes por necesidad", indicó en referencia a declaraciones del comisario retirado Ricardo Gutiérrez.

Asimismo, advirtió que el conflicto "a esta altura no es una cuestión salarial", sino que los autoacuartelados son parte de "esa mano de obra desocupada" que formó parte de "las fuerzas armadas de Musa Azar", el jefe de inteligencia del régimen del ex gobernador Carlos Juárez (ver aparte).

Al caer la tarde, cuando los manifestantes convocados por el gobierno se habían retirado y sólo quedaba el grupo más violento, aunque sin generar nuevos incidentes, los líderes de los rebeldes, encabezados por Gutiérrez, fueron a la Escuela de Policía a encontrarse con la cúpula de la fuerza y con el subsecretario de Gobierno Carlos Silva Neder. Ambas partes iniciaron entonces una negociación que continuaba anoche. (Télam y DyN)
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Un grupo de manifestantes incendió un automóvil en el ingreso de la Jefatura.

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