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 lunes, 11 de septiembre de 2006  
Reunión cumbre. Legisladores, funcionarios y ecologistas buscan frenar la descontrolada quema de pastizales
Estudian pedir que se declare la emergencia ambiental en las islas
La medida será un escollo para que Entre Ríos alquile unas 130 mil hectáreas del delta para criar ganado

Legisladores nacionales y provinciales, funcionarios de la provincia y el municipio, concejales, representantes de organizaciones ambientalistas y universidades se reunirán hoy con dos objetivos: frenar los incendios y advertir sobre las graves consecuencias medioambientales que tendrá el alquiler de 130 mil hectáreas de islas frente a Rosario. No descartan que, al fin del encuentro, se solicite a la Nación que se declare la emergencia ambiental en la zona.

La cumbre fue convocada por la Secretaría de Servicios Públicos del municipio y se realizará, a partir de las 10, en el salón Carrasco del Palacio Municipal. En total, representantes de unas 15 instituciones fueron invitados a participar de la reunión donde se debatirán "alternativas urgentes y a largo plazo para preservar los humedales del Paraná", explicó la titular del área, Clara García.

Básicamente, se apunta a erradicar los incendios en las islas que, cada vez con mayor frecuencia, hacen sentir sus consecuencias sobre Rosario inundando de humo la ciudad. Los datos son elocuentes: de acuerdo a cifras de la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia, sólo entre el 15 al 30 de agosto se labraron 40 actas de quema ilegal. Más de dos por día.

La quema de pastizales se relaciona directamente con la explotación de estos terrenos para la cría de ganado. Y, la situación, a todas luces se verá agravada por el arrendamiento de unas 130 mil hectáreas del primer delta del Paraná que realizará la provincia de Entre Ríos para la explotación ganadera.

Los lotes, unos 160 en total, comenzarán a adjudicarse en menos de dos meses. Y, según advierten representantes de entidades ecologistas, el uso de estas tierras para la cría o engorde de ganado producirá un verdadero desastre ecológico que incluso podría, lisa y llanamente, terminar con los humedales del Paraná.

"Los humedales constituyen una de las reservas de agua, flora, fauna y aire más importantes del país", advirtió la secretaria de Servicios Públicos del municipio, convencida de que hay que plantear "acciones concretas para preservarlos, sumando la acción del gobierno nacional, provincial y municipal".

La intención de la funcionaria es que en la reunión de hoy se empiecen a escribir los primeros borradores de estas políticas. "A corto plazo hay que frenar las quemas, pero también hay que pensar un plan sostenible para la zona, como ser la creación de un parque nacional como lo han propuesto varios legisladores nacionales", explicó la funcionaria municipal.

Mientras tanto, para atender el corto plazo, una de las alternativas que se discutirá esta mañana, es solicitar a la Nación que declare la emergencia ambiental en la zona.

Tal cual se hizo en el caso del Riachuelo (provincia de Buenos Aires) la medida implica la inmediata suspensión de aquellas actividades que atenten contra el medio ambiente, y el compromiso de parte del Estado Nacional de remediar el daño ambiental causado.

Al mismo tiempo, se puede solicitar la formación de una comisión interjurisdiccional -con la participación de autoridades de Nación, provincia, municipio y representantes de organizaciones no gubernamentales- encargada de controlar las actividades que se desarrollen en la zona.

Según estiman desde más de una organización ecologista, a legisladores, funcionarios y ambientalistas no le faltan argumentos para solicitar esta medida: la problemática de la quema de pastizales se viene agravando año a año a medida que crece la cantidad de cabezas de ganado que pastan en estos terrenos. Y la situación se agudizará notablemente con la próxima adjudicación de 130 mil hectáreas más para la explotación ganadera.

Además, la ley sancionada por la legislatura entrerriana autorizando la oferta de los campos tiene un déficit fundamental: no está acompañada de un estudio del impacto ambiental que traerá a la zona la intensificación de la cría de ganado en la isla.

"Pedir la declaración de emergencia ambiental es una de las alternativas para evitar que se intensifiquen los incendios -reconoció García- pero no es la única, sino que vamos a estudiar distintas acciones posibles y discutir entre todos cuál es la más apropiada".

Lo cierto es que el problema aparece cada vez más crítico, lo que apura la necesidad de entablar acciones para preservar las islas, antes de que su flora y su fauna se haga, literalmente, humo.
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Los expertos explicaron que la preservación del sistema es primordial, antes de que su flora y su fauna se hagan, literalmente, humo.

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