Año CXXXVII Nº 49221
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 27/08
Mujer 27/08
Economía 27/08
Señales 27/08
Educación 26/08
Autos 24/08
Salud 23/08
Estilo 19/08

contacto

servicios
Institucional



 domingo, 03 de septiembre de 2006  
Londres: reina de la diversidad

Daniel Molini

Si a los treinta millones de pasajeros que llegan cada año al aeropuerto de Gatwick le sumamos aquellos que aterrizan en Luton o Heathrow obtendríamos un resultado impresionante, digno de mencionar en los libros de las exageraciones.

Si además a esos números asignáramos contenido: idiomas, credos, colores y cultura, comprenderemos por qué Londres es la ciudad más cosmopolita y una de las que cuentan con mayor bibliografía en el mundo.

La gente que la descubre lo hace interpretando una fantasía adquirida a lo largo de años de lecturas, películas y documentales, sabiendo perfectamente lo que tiene que ver o buscar.

En el caso de abrigar alguna duda se puede echar mano de los mil hitos donde informarse, porque Londres es la ciudad turística por antonomasia, a la que absolutamente a nadie le importa regresar, independientemente de las veces que haya estado.

Fuera del circuito habitual, ese que lleva a visitar símbolos tan conocidos con forma de torres, puentes, castillos, palacios o catedrales, la capital del Reino Unido ofrece un riquísimo patrimonio, quizás menos glosado pero digno de ser conocido.

Ya se sabe que al pueblo inglés, muy suyo, no le duelen prendas cuando tiene que convertir un capítulo de su historia en algo culminante, por eso Londres está repleta de monumentos, esculturas, memoriales y placas que participan al visitante de un hecho que en algún momento fue significativo: un acontecimiento, un estreno, o el sitio donde vio la luz alguien que después se nutriría de ella, de la luz, para trascenderla en una obra.


Ciudad de próceres
Políticos, ensayistas, historiadores, militares o artistas ocupan un espacio importante, demostrando cómo se debe guardar la memoria de los grandes, perpetuándola a través de generaciones.

Aquí nació el último virrey de la India, allá estudiaba el general Charles De Gaulle la forma de poner fin a la ocupación de Francia, acullá Florence Nightingale iniciaba los trabajos que la llevarían a ser una figura gigantesca de la compasión y la solidaridad.

Pasear por las calles de Londres, perdiéndonos en ella, siguiendo cualquier camino marcado por la intuición, puede depararnos sorpresas inolvidables, como encontrar el lugar donde sir Alexander Fleming descubriera la penicilina, donde el general don José de San Martín superaba sus días de niebla o el poeta Rimbaud imaginaba sus metáforas en el tiempo en que fueron londinenses.

Cualquier barrio es bueno para iniciarse en esta práctica de espiar referencias, da igual que se trate del centro o la periferia, que se esté sumergido entre los escaparates y ofertas de Oxford o Regent Street, o refugiado en las sombras que ofrecen los paseos más exclusivos.

El inicio de esta aventura no implica ningún riesgo, por cuento siempre va a aparecer a un lado o a otro de nuestro camino, un círculo azul con letras blancas que nos ilustre sobre algún hecho interesante.

Plazas, jardines y plazoletas podrán interponerse en nuestro camino, y no debería preocuparnos porque también ellos tienen escritas sus historias en carteles generosos: "En 1622 Henry Jermyn, Conde de St. Albans, obtuvo un trozo de tierra en Londres, en un área conocida como St. James, y comenzó a desarrollar nuevas residencias. Primero construyó una plaza rodeándola de calles, luego llamó al arquitecto Christopher Wren -el mismo que participó en la Catedral de San Pablo- para que diseñase una iglesia.

Esta es la iglesia de St. James, consagrada el 13 de julio de 1684 y que puede ser observada en el 197 de Piccadilly..., justo enfrente de uno de los árboles emblemáticos de la ciudad.

El infaltable cartel ilustrador lo señala como catalpa, nombre de evocaciones indias y americanas, poniéndole el apellido bignoniades a su nombre principal: Indian Bee Tree St. James Church.


Hechos culturales
Mil referencias se ofrecen a la curiosidad, homenajeando a las artes, recreándonos momentos de inspiración, raptos de genialidad, y, no pocas veces, frustración, en síntesis, dando cuenta de hechos culturales riquísimos que suelen escapar a los recorridos habituales.

Tanta es la cultura por descubrir, tantas las historias dignas de ser actualizadas, tantos los lugares por visitar que esta capital, más que un viaje, requeriría un traslado.

"Un hombre cansado de Londres es un hombre cansado de la vida, pues en Londres se encuentra todo lo que la vida puede ofrecer" dicen que dijo Samuel Johnson.

La cita del célebre escritor y ensayista originario de Lichfield, que manifestaba su admiración por Londres a mediados del siglo XVIII, todavía tiene perfecta vigencia.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados