Nutrición: comer con inteligencia

Como afirma Susana Zurschmitten en su libro "Sanarnos mediante la alimentación", el alimento es un vínculo muy especial ya que su función primaria es permitir el desarrollo de cada persona hasta su máxima expresión fisiológica, y puede ser usado plenamente para lograr el crecimiento integral de todo ser humano. Los alimentos también nutren el alma porque la buena alimentación colabora a una mejor calidad de vida, da sostén espiritual, y une a quienes la comparten.

El libro, que le confiere una enorme importancia al naturismo como una forma de vida en la que gobierna la confianza en la naturaleza, aporta consejos prácticos para ayudar a los padres a que guíen la alimentación de sus hijos. Seguidamente, algunas ideas para comer rico y saludable.


Rico y sano

Milanesas al horno, empanadas con una mezcla de pan rallado y salvado de avena (para bajar el colesterol y las grasas).

Pescados: en hamburguesas, o milanesas al horno, o tartas o empanadas.

Reemplazar el pan blanco por el negro. Buscar en las tiendas naturales aquellos con semillas. Llevar a los chicos para que ellos elijan.

Si no comen verduras, se pueden hacer sopas y procesarlas, agregándoles fideitos de colores, o letras.

Las hamburguesas pueden hacerse en casa, mezclando la carne con alimentos protectores de la flora intestinal, como la cebolla rallada, zanahoria rallada, perejil y salvado de avena.

Enriquecer los alimentos poco a poco, para no despertar el rechazo de los chicos.

Incluir el arroz integral en croquetas, o en guisitos. Se puede empezar de a poco, eligiendo un arroz integral de grano largo o los de bolsita hervidora que son más suaves al paladar.

Dejar en lugares accesibles a ellos semillas de girasol, pasas de uva, almendras, para que puedan picar cuando tengan hambre.

Hacer limonadas con jugo de limón, agua o soda, y azúcar.

Si no comen verduras, se las puede integrar a las comidas, por ejemplo, un poco de espinaca o acelga en el pan de carne.

Pedirles ayuda para cocinar, por ejemplo, se pueden sacar las semillas de calabaza y tostarlas (con ayuda de mamá) en el horno. Luego se salan y están listas para comer.