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 domingo, 30 de julio de 2006  
La Rioja: la salvaje belleza de Talampaya
El inexorable paso del tiempo convirtió a una región lacustre en un increíble desierto de areniscas sedimenterias que contienen restos de dinosaurios

Murallones de más de 100 metros de alto de piedra roja, quebradas, pinturas rupestres y caprichosas formas moldeadas por el viento y otros agentes erosivos conforman un lugar único, de salvaje belleza. Talampaya está situado entre los departamentos Independencia y General Lavalle, al sudoeste de la provincia de La Rioja, frente al Valle de la Luna.

Hay cuatro accesos para llegar al puesto de control, que se halla en el kilómetro 144 de la ruta provincial 26, pavimentada, que nace en Patquia. Desde Chilecito, que capta la afluencia desde el norte por la ruta nacional 40; desde Villa Unión a los que vienen de San Juan; por el proyectado camino internacional Copiapó, en Vinchina; y desde la intersección de la ruta provincial 26 con la ruta nacional 142 que viene del Valle de la Luna.

En los alrededores se observa una vegetación baja y raleada, compuesta por jarillas, jumes, retamos y algarrobos.

De los períodos Pérmico, Triásico, cuando la depresión de Talampaya estaba cubierta de grandes extensiones lacustres, los aluviones depositaron en sus suaves pendientes grandes acumulaciones de óxido y cenizas volcánicas que le dieron la coloración actual, al levantarse posteriormente la zona ya desértica y árida, su estructura de areniscas sedimentarias se fue resquebrajando.

Los vientos y la lluvia fueron modelando sus bellas formaciones actuales, y en los paredones erosionados y en las piedras derrumbadas se observan los distintos niveles de sedimentaciones paralelas o cruzadas que dan una idea de los cambios sufridos en los planos horizontales.

Pequeños cursos de agua cristalina, provenientes de deshielos y vertientes, propician la presencia de una flora típica de la región árida: variedad de cactáceas, jarillas, algarrobos, tuscas, hierbas medicinales y también algunas parásitas.

En cuanto a la fauna, numerosos ejemplares de zorros, liebres, vicuñas, guanacos y cóndores, se prestan a la observación sencilla de los visitantes.


Area de servicios
El Parque Nacional Talampaya renovó su área de servicios con la construcción de un complejo de 500 metros cuadrados, en el marco de su programa de modernización para mejorar la capacidad de recepción de la creciente cantidad de visitantes, que este año serán 80 mil.

Ubicado al sudoeste de la provincia de La Rioja, Talampaya forma parte del proyecto Ruta de los Dinosaurios, junto al Parque Nacional Sierra de las Quijadas, en San Luis, y al provincial Ischigualasto, en San Juan.

El área de servicio de Talampaya fue concesionada hace dos años, en una licitación que comprometió a su ganador la concreción en distintos plazos de una serie de obras de renovación de su infraestructura.

Así se construyó un moderno complejo, que ocupa una superficie de 500 metros cuadrados cubiertos, y alberga un restaurante, estacionamiento para vehículos de distinto porte, locales comerciales, sanitarios, duchas, un salón de usos múltiples, una biblioteca temática y un área de recepción.

El edificio guarda relación con el paisaje natural respetando las formas y tonalidades del maravilloso entorno natural. "Forma parte del compromiso de la nueva concesión", indicó el secretario de Promoción Institucional de La Rioja, Adolfo Scaglioni, quien destacó que "el año pasado Talampaya recibió 50 mil turistas, este año estimamos que serán 80 mil las personas que lo visitarán".

Asimismo, precisó que "en el último verano, el turismo en el Parque creció en un 40 por ciento, y en Semana Santa lo visitaron 2.900 personas, lo que significó un aumento del 23 por ciento en comparación con el fin de semana largo del año pasado".

Scaglioni subrayó que "esto no es todo, las obras continuarán, y para fin de año se espera que esté terminado un centro de interpretación que se realizará en un punto equidistante con el parque Ischigualasto, en el camino hacia el Valle de la Luna".

Además, el funcionario remarcó que "a 20 kilómetros de Talampaya se encuentra el parque provincial El Chiflón, con su bosque petrificado y vestigios indígenas", y señaló que "la idea es mejorarlo para que se convierta en un complemento turístico".

En las obras de Talampaya, Cristian Brouwer de Koning fue el ejecutor del área de servicios de la concesión operada por la empresa Rolling Travel. Se realizó en 10 meses durante los cuáles se trabajó ininterrumpidamente, y se invirtió 1,3 millones de pesos.

Aún resta emprender la construcción de la segunda etapa que comprende el centro de informes, la casa de los cuidadores, una sala de primeros auxilios, dos locales comerciales y un garage para vehículos. El plazo estimado para esta etapa es de dos años más, durante los cuales también se hará una renovación de los vehículos del Parque.

En Talampaya trabajan 46 personas en forma directa desempeñándose en distintos puestos como guías de turismo, mozos, cocineros y expendedores. Del total de empleos el 20 por ciento está a cargo de personal femenino en puestos de cocina, guías y recepción.
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El viento moldeó durante millones de años mágicas formaciones rocosas y dejó al descubierto vestigios del remoto pasado.

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