El Chino se sumó a la pretemporada con el deseo de dar vuelta la página tras 6 meses de suspensión por dóping

Garcé llegó a Central con sed de revancha

Intuye que la posibilidad que se le presenta es el desafío más grande de su carrera profesional. Quiere volver a divertirse en una cancha y Central puede ser su pasaporte de regreso a la felicidad personal y al escenario grande del fútbol argentino. Por eso quiere aprovechar una chance única, que llegó de la mano de Leonardo Astrada, quien conoce los pergaminos que supo concebir en su génesis millonaria. "Quiero responderle a la gente que confió y se la está jugando por mí", confió en primera instancia Garcé en la concentración canalla en Cariló, como genuina muestra de gratitud. Y agregó: "Tenía muchas ganas de venir a jugar a Central y traté de evitar cualquier inconveniente en la negociación. Por suerte todo se solucionó rápido y ya estoy entrenando con el plantel", sostuvo el defensor de 26 años que arregló su vínculo con la entidad auriazul a préstamo, por un año y con opción.

-¿Qué significa para vos este paso por Central?

-Es un paso importantísimo porque en los últimos años recibí muchos golpes. Eso fue muy duro para mí. Por eso no me imaginaba que podía surgir el interés de Central y estar otra vez en un club grande. Es una oportunidad muy importante.

-¿El golpe más duro fue el doping que saltó en diciembre pasado?

-Sí, porque fue algo muy injusto. Pero no fue el único golpe que recibí, sí fue el más reciente, polémico y conocido. Pero creo que todas las personas sufren estas cosas, no creo que sea la única persona en el ámbito social o deportivo que haya sufrido un revés duro en la vida. Igual, creí que me la iba a bancar más. Pero de alguna manera me fui sobreponiendo, lo superé y hoy estoy en Central.

-¿Te molesta que lo que más se conoció fue aquel caso de doping?

-En realidad, me hubiera gustado no recibir ningún golpe. Y menos en este deporte. A algunas cosas no les encuentro explicación y pasaron porque tenían que pasar. No tuve suerte en algunas cosas y siento que no siempre fue responsabilidad mía, como cuando fui a México (a Morelia) y no jugué.

-¿Creés que a partir de aquel incidente estás bajo la lupa?

-El prejuicio sobre mí lo tenían desde que tenía el pelo largo. Después me hice rastas porque me gustaron y también hablaban. Pero ahora ya asimilé muchas cosas, viví seis meses muy duros pero creo que estoy preparado para lo que puede llegar a venir.

-Con estos golpes que recibiste, ¿pensaste alguna vez en dejar el fútbol?

-Antes pensaba que iba a jugar al fútbol mientras lo disfrute. Y los golpes no te permiten disfrutar. Entonces, uno pone en la balanza muchas cosas, la familia, los amigos y los afectos. Porque no sólo sufre uno sino toda la gente que está alrededor. Ahora quiero demostrar que estoy para jugar y para conseguir cosas importantes o por lo menos intentarlo.

-¿A quién le querés demostrar?

-Principalmente tengo ganas de responderme a mí y a mi familia. Y también a Astrada y al cuerpo técnico que fueron los que realmente se interesaron en mí. Y a los dirigentes de Central que creyeron en esa idea. Es como una gran revancha.

-¿Es el desafío más grande de tu carrera?

-Obvio. Porque a pesar de que vengo de un club como Olimpo que es una entidad ordenada y que se portó muy bien conmigo, no tiene comparación con lo que me puede tocar vivir en Central. Un club como este es lo mejor que me podía pasar.

El defensor dijo que quiere responderle a la gente.