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 martes, 27 de junio de 2006  
Israel negocia la libertad de un rehén y prepara una ofensiva
El premier Olmert advirtió que "no habrá inmunidad para nadie" y que el "tiempo de la moderación se terminó"

Jerusalén. - El primer ministro israelí Ehud Olmert descartó negociar con los extremistas palestinos que secuestraron a un soldado israelí y prometió una gran ofensiva militar que alcanzaría incluso a las autoridades gubernamentales palestinas del grupo islámico Hamas. Esta agrupación se responsabilizó del ataque en el que fue secuestrado el soldado. La Franja de Gaza, de donde partió la incursión, quedó sitiada "por tierra y mar", advirtió el primer ministro israelí, quien agregó: "Que quede claro, no habrá inmunidad para nadie". Cientos de blindados y miles de soldados se reunían ayer en la zona fronteriza con la Franja de Gaza, de donde partió el domingo el ataque palestino contra un puesto militar en Israel que provocó la muerte de dos soldados. Los milicianos secuestraron a un tercer soldado antes de retirarse.

Pero incluso cuando Israel emplazó sus fuerzas en la frontera con Gaza, las autoridades aún alentaban una solución diplomática y admitieron que un ataque pondría en peligro la vida del soldado, un cabo de 19 años.

Tras más de 24 horas de silencio, los milicianos que capturaron al soldado Guilad Shalit hicieron sus primeras demandas. Los grupos extremistas, todos relacionados con el gobierno de Hamas, pidieron la liberación de "mujeres y menores" palestinos de prisiones israelíes a cambio de dar información sobre Shalit. Olmert rechazó de plano la demanda.

El ataque palestino del domingo fue el primero en su tipo desde que Israel se retiró por completo de la Franja de Gaza en septiembre pasado. La incursión es la culminación de una campaña de ataques con cohetes desde el norte de la Franja hacia territorio israelí, iniciada poco después de la retirada de Israel. Las respuestas israelíes a las salvas de cohetes han provocado bajas entre los civiles palestinos, lo que aumentó ulteriormente la tensión.

Olmert expresó que "ordené a nuestros comandantes preparar un operativo militar amplio y continuo para atacar a los líderes terroristas y a los que estén involucrados. Debe quedar claro: no habrá inmunidad para nadie. Llegaremos a todos, en cualquier lugar donde se encuentren". Este duro mensaje tiene como destinatarios a los integrantes de la cúpula de Hamas, a cargo del gobierno. El primer ministro añadió que "la época de la moderación terminó. Responderemos con la fuerza con una operación que no puede tardar más de uno o dos días".

Israel advirtió también que cortará todos los lazos con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, si éste no garantiza la liberación del soldado israelí.


Sin heridas graves
La información de inteligencia que tenía Israel mostraba que el soldado Shalit no tenía heridas de gravedad y los funcionarios de defensa expresaron que no tenían planes inmediatos de realizar una incursión. Aunque Israel realiza con frecuencia operativos aéreos en Gaza, los soldados solo han ingresado al área tres veces desde la evacuación de septiembre pasado. Los informantes indicaron, sin embargo, que podría realizarse un operativo limitado en los próximos días.

El presidente palestino Abbas, un moderado que se ha enfrentado varias veces con Hamas, trabajaba intensamente con mediadores egipcios y líderes árabes y occidentales para localizar al soldado.

Ghazi Hamad, portavoz del gobierno de Hamas, expresó que tenía información de que Shalit estaba vivo e instó a sus captores a que lo mantuvieran a salvo. "Estamos interesados en evitar cualquier tipo de enfrentamiento o derramamiento de sangre", declaró.

El ataque del domingo puso de relieve la puja interna en Hamas, entre el sector político, que negocia un acuerdo con el partido del presidente Abbas, y el brazo armado que realizó la operación. Este responde al buró político de Hamas, que reside en Siria, y se opone a cualquier negociación con Abbas o a una tregua con Israel. Pero estas diferencias internas poco importan al gobierno israelí, que ve cómo se lanzan ataques contra el interior de su territorio desde la Franja de Gaza, a la que desmilitarizó y retornó a los palestinos en septiembre pasado.
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