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 domingo, 25 de junio de 2006  
Serenidad, cultura y tradiciones campestres
Estancias, días de campo y circuitos productivos, actividades que ofrece el turismo rural en la provincia

Clarisa Ercolano / La Capital

Menos de una hora de viaje. Con sólo ese tiempo es posible escapar de la vorágine ciudadana y abrir los ojos bajo un cielo celeste entre ramas de eucaliptos mientras todo el cuerpo se prepara para percibir los olores de la naturaleza, el casi imperceptible sonido de las hojas quebrándose bajo los pies, el aleteo rasante de los pájaros y la sensación de apoyarse sobre la tierra, húmeda casi siempre en esta época del año.

  Para que esto sea una realidad, la Secretaría Turismo de la Provincia de Santa Fe impulsa la Red de Turismo Rural, una serie de circuitos cuyo principal atractivo reside en las ocho estancias y casas de campo que se ubican en la región sur de la provincia y que ofrecen al viajero una amplia variedad de actividades enmarcadas en las actividades campestres o en la simple recreación.

  Aquellos que quieran pasar un auténtico día de campo, realizando incluso las tareas que antaño desarrollaron los primeros pobladores, pueden recalar en las granjas educativas y en las casas de campo. Allí es posible arrear hacienda y participar en tareas agrícolas, además de observar espectáculos de destreza criolla como domas y jineteadas.

  Para los que buscan sólo un momento de paz existe la opción de llegar bien temprano para no perderse un incomparable desayuno campestre, bien argentino, donde el olor del pan recién amasado invade todo con un olor que alimenta el alma. Después, se puede optar por paseos a caballo, en bicicleta, avistaje de fauna y flora autóctona y visitas a sitios históricos cercanos.

  Aquellos que quieran permanecer más tiempo, pueden elegir pernoctar en las cabañas que algunas estancias tienen especialmente acondicionadas para tal fin. Los precios son por cierto accesibles: 170 pesos por una cabaña para seis personas, con derecho al uso de piletas y de otras instalaciones, incluidas las actividades.

Pueblos con trabajo e historia

  El turismo en pueblos rurales es otra opción que bien puede conjugarse con las visitas a estancias. La opción integra el patrimonio histórico y cultural, la gastronomía regional, el folclore y las tradiciones que hacen a la identidad pueblerina. Un verdadero viaje a través del túnel del tiempo gracias al paseo en carruajes antiguos y caminatas por circuitos autoguiados. También, se pueden adquirir artesanías que encierran el esmero y el trabajo de los pobladores de la región, además de participar de espectáculos de música y danzas.

  Los circuitos turísticos productivos no faltan en una provincia con marcada tradición agrícola y ganadera. Algunos establecimientos muestran la fabricación de queso y embutidos y los trabajos típicos de una jornada de trabajo.

  El ministro de Turismo santafesino, Raúl Bertone, insistió con la premisa de revertir la tendencia que excluye a la provincia como región turística y remarcó la importancia de la infraestructura sumada a los recursos y al aprovechamiento del llamado boom rosarino como punto de partida para visitar otras localidades vinculadas por la cercanía. Bertone se refirió también a la importancia de mantener la oferta para que la demanda se sostenga en el tiempo más allá del auge temporario.

  Por su parte, Teresita Muñoz, directora de la Red Agro Turismo, aclaró que se avanzó en el campo de la especialización y capacitación para mejorar al máximo el nivel de atención al turista. Y destacó la notoria diferencia de precios existentes entre las opciones santafesinas y las de Buenos Aires, ciertamente más costosas.

Calor de hogar

  Los caseros de los diversos establecimientos saben muy bien cómo hacer sentir al turista mejor que en su propia casa. Desde la cálida bienvenida que no ahorra esfuerzos para brindar toda la comodidad posible, hasta las comidas caseras que ofrecen una innumerable variedad; desde el tradicional asado hasta comidas al disco como cazuelas de mondongo y de albóndigas, y pollo a las finas hierbas. Y las infaltables entradas con salame, bondiola y panceta cien por ciento caseras

  La comida es amenizada por espectáculos bien autóctonos: tango, chacareras y canzonetas italianas que se combinan armoniosamente.

La tranquilidad de una casa de campo

  Pasar un día en una de las habitaciones que las estancias tienen acondicionadas para tal fin puede resultar una experiencia interesante. En la Estancia San Sebastián, por ejemplo, se puede habitar un chalet de dos pisos, perfectamente calefaccionado que combina una decoración que alterna el estilo campestre con la comodidad urbana.

  Mientras, en el establecimiento Don Alberto, las habitaciones tiene dependencias compartidas y preservan el estilo colonial de antaño, perfectamente decoradas y arregladas con motivos tradicionales.

  Para los amantes de la pesca están las alternativas de El Mirador y de In Campagna, dos establecimientos que permiten al visitante practicar pesca en lago y arroyo, además de organizar fogones y campamentos.

  En el área comprendida por las ciudades de Sanford, Casilda y San José de la Esquina existe una alternativa cercana, con buenos precios que permite a los turistas, incluso a los rosarinos, alcanzar un momento de descanso y plenitud en contacto con la naturaleza y porqué no, de reencuentro con las más costumbres de la región. El relax que se logra es tan grande, que aun de regreso, caminando por la peatonal Córdoba, es posible entrecerrar los ojos un instante y sentirse de nuevo, pisando la tierra húmeda, el pasto apenas mojado, debajo de la sombra de eucaliptos.

Vuelos

  Los más osados pueden hacerse una escapada al aeródromo de Casilda, ciudad cercana a las estancias que conforman la red de agroturismo, y practicar vuelos en parapente a 800 metros de altura mediante el uso de un camión remolque. Quienes deseen saber más sobre la actividad pueden escribir a [email protected].
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